Capítulo 14 | Laberinto

4.6K 612 636
                                    

—Pst, pst

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Pst, pst.—no escuchan.—¡Hey!—les "grito" en voz baja.

—¿Escucharon algo?—Connie pregunta y Sasha niega.

—Agh, no puede ser.—Annie toma un bocadillo de la bandeja que sostenía una mujer que iba pasando y se lo tira a la cabeza de Sasha.

—Auch.—se quejó la castaña.

—Vengan aquí.—les hago señas y comienzan a acercarse todos juntos.

—Uno por uno.—los regaño.

—¿Qué?—preguntan todos al unísono y me golpeo la frente.

—Blouse, aquí.—la rubia le ordena que se acerque sola.—Springer.—Y así los nombra sucesivamente hasta lograr sacar a todos del salón.

—Escuchen bien, iremos a un lugar pero necesito que sean lo más discretos posibles.—les susurro.

—¿¡A dónde?!—grita la castaña emocionada ganándose un golpe en la cabeza de parte de Connie.

—Solo... caminen.—les indico que vayan por el pasillo a nuestra izquierda.

—¿A dónde crees que vas?—escucho a Alexander hablar detrás mío.

—Adelántense, Annie sabe donde es.—pido.

—Vuelvo.—me avisa mi amiga.

—¿Ahora que sucede?—me volteo rodando los ojos.

—Mamá quiere que saludes a ciertas personas.—hace señas hacia el salón donde se encuentra mi madre hablando con los padres de Dimitri.

—Si... yo paso.—hago una mueca.

—T/N...—me reprende con la mirada.

—Por favor, por favor.—lo tomo de las manos.—Diles que me sentí mal y salí a tomar un poco de aire.—le ruego.

—Solo ve a saludarlos y después te puedes marchar.—me empuja de vuelta.

—No, no.—me aferro fuertemente una de las columnas.—Si entro ahí y hablo con ellos lo más seguro es que intenten comprometerme nuevamente con Dimitri.—explico.—Por favor, no permitas que me vuelvan a quitar mi libertad.—me mira con ojos tristes.

—Está bien, les diré que no te sentiste muy bien y que saliste a tomar aire.—revuelve mi cabello.

—¡Gracias! ¡Gracias!—doy grititos mientras lo abrazo.

—Ahora ve con tus amigos, no se vayan a meter en problemas.—me empuja.

—¡Esta bien!—me río.—Le pediré a Mikasa que baile contigo.—subo y bajo mis cejas.

— ¿Cómo lo sabes? digo...—se pone nervioso.

—Tranquilo, ya sé todo.—golpe su hombro

—¿Ella te lo dijo?—pregunta incrédulo.

Colores | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora