Ojos Color Cielo [Armin × Annie]

Capitulo 16

N/A: aqui los capítulos serán más cortos, pero cuando termine la historia uniré los capítulos, solo es para actualizar más rapido :"^

Armin no sabía como esto había pasado, de repente luego de varias vueltas estaban de vuelta en el hogar de la familia Braun, estaban cenando.

Pero antes fue el momento incomodo en el centro comercial.

–Annie?!, no sabía que estarías aquí– dijo azabache

Los chicos estaban sentados en unas sillas fuera del árcade.

Hablaron de algunas cosas, sin embargo había algo que no podían dejar de lado y era la persona de rubios cabellos al lado de la chica.

–Así que tú eres el chico– dijo Pieck

–¿Chico?– ambos rubios respondieron.

–Pieck– el muchacho hizo una seña entre los dientes

–Pero si es él, estoy segura, es el chico que tu hermano nos contó Pocco– era una sonrisa sincera

–Pieck, Marcel dijo que no habláramos de eso– dijo Porco

–Que tontería, no veo a Annie desde que éramos unos niños y lo veo con una buena compañía y ¿me dices que no puedo hablar de él?

–N-no es eso yo…

–Estoy segura, tengo la foto que mando al grupo aquí mismo.

La chica había sacado su teléfono móvil, El chico a su lado le pedía que no lo hiciera, era un drama completo.

–Es suficiente– Annie se molestó –Muéstranos la foto– dijo

Ambos chicos miraron y sus mejillas se habían teñido, era de ellos dos en la heladería que trabajaba Marcel, sin embargo en aquella foto se veía como la joven le daba de su helado.

–Debo admitir que te verías mejor sin lentes jovencito, no obstante Marcel dijo que no son nada más que amigo, pero veo que hay algo más, mi instinto lo dice– dijo la azabache.

Armin acaricio la mano de Annie, siempre la calmaba, él en poco tiempo la conocía tan rápido, como si se conocieran desde hace mucho tiempo

Lo miro un momento, mirando con ojos soñadores aquellos ojos azules que demostraban un brillo tan hermoso y divino.

–Si, si lo somos– dijo Annie.

–Me alegro mucho por ustedes dos, me alegra que hayas encontrado a alguien– la castaña sonrió.

Ahora estaban cenando, todo estaba callado y el ambiente para el pobre joven era tenso, su pecho aspiraba aire de manera exagerada, sus manos sudaban y sentía que su piel estaba pálida.

–Las pastillas– pensó –debo tomarme las malditas pastillas.

El joven trato de comer con calma, la garganta ya lo estaba molestando demasiado, sus manos empezaron a temblar, no podía agarra siquiera el tenedor.

–¿Armin?– la joven lo miro.

–Jovencito ¿está todo bien?– la mujer de cabellos castaños también noto que algo no estaba bien.

–Estoy b-bien, estoy cansado, eso es t-todo– ahora no podía hablar bien.

La joven rubia miró al chico preocupada, tomo la mano y sentía como estaba bastante fría, con la otra toco su frente y sintió como empezaba a calentarse.

‐Estas entrando en una fiebre– dijo la joven –¿Tomaste tus medicamentos?–

–Y-yo– sus palabras salían pobres, sus labios no le daban ni un poco de ayuda.