Narra Paul
Me mire al espejo por última vez tratando de acomodar la corbata que mi abuela me estaba obligando a usar. No entendía porque esta vez quería una cena estilo gala en vez de la sencilla fiesta que siempre hacíamos. Cuando intente quejarme me amenazo con golpearme con un sartén, y no es que me doliera, era porque si abollaba su sartén me lanzaría de un rico solo por ello.
- Espero que estes listo, tu abuela enloquecerá si no bajas a recibir a los invitados con ella. – mi abuelo apareció en la puerta luciendo un traje negro parecido al mío. – Esto es muy importante para ella.
- ¿No sería para los dos? – pregunte mirando en su dirección.
- Para mí no es necesaria una cena o una fiesta para festejar que esa mujer testaruda y amorosa es mi esposa hasta el último de mis latidos, incluso después de la muerte pienso que la seguiré amando.
- Eso es muy... cursi.
- Oh como si tú no te volvieras un idiota enamorado cuando miras a cierta jovencita. – rodo los ojos el anciano sentándose en mi cama. – Nosotros, los hombres Lahote siempre hemos sido de una sola mujer desde hace generaciones, se dice que, aunque no nos transformemos en lobos podemos sentir el lazo hacia esa persona. Cuando mire por primera vez a tu abuela, sabía que no habría ninguna otra mujer en mi vida aparte de ella. Lo mismo sucedió con tu padre...
- No quiero hablar de ellos.
- Bien, no es momento para charlas tristes. – me dio una sonrisa y se puso en pie. – vamos antes que tu abuela nos mate.
- A veces ella da miedo. – le susurre caminando detrás de él.
- Shhh puede escucharte. – bromeo yendo hacia el recibidor donde estaba mi abuela parada con los brazos cruzados. Llevaba un vestido color crema que me recordaba un poco a la tonalidad rosácea que tienen algunas perlas. Hacía que sus ojos y su piel morena resaltaran haciéndola lucir hermosa.
- Hasta que bajan, mi hermana y sobrinos llegaron hace unos minutos, vayan a saludar.
- Amadís, deja de presionar a estos pobres hombres. – rodo los ojos mi tía abuela Solaría.
Ella era la hermana menor de mi abuela, se había casado con un hombre español y se fue de aquí después de su boda. Solo la veíamos pocas veces al año, se llevaba bien con mis abuelos, pero cada quien tenía su vida hecha. Además, mi abuelo y yo no nos llevábamos muy bien con sus hijos, sobre todo con su hija mayor, mi tía Herminia, era vanidosa, entrometida y siempre se consideraba superior a todos nosotros.
- oh que grande y guapo se ha puesto este terroncito de azúcar morena. – mi tía Solaría se acercó y apretó mis mejillas con fuerza. – estas enorme, mira que cuando naciste eras una cosita de este tamaño y ahora mírate, casi llegas al techo.
- Gracias, tía Sol. – sonreí frotando mis mejillas adoloridas.
Mi abuelo abrió la puerta en cuanto sonó el timbre. Me quede estático mirando entrar a Alaia, se veía espectacular con un vestido color plata. No sé en qué momento empezó a caminar escuchando las voces de mis tíos a mis espaldas susurrando entre ellos. Llegue hasta Alaia tomándola entre mis brazos y abrazándola con fuerza.
- Te vez completamente hermosa. – susurre con mi cabeza recargada contra su cuello.
- Gracias, aunque creo que tú te ves sexy con ese traje.
- Oh sé que soy todo un galán.
- Hey podrías soltar a mi hermana. – escuche la voz de mis pequeños cuñados a mi costado. – todos los están viendo.
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I'd Come For You - Paul Lahote (Pausada)
FanfictionAlaia Skysea, está decidida a salir adelante después que su padre los abandonara. Conseguir un trabajo para apoyar a su familia, por lo tanto, ella va a una entrevista de trabajo en el nuevo restaurante Shadows of destiny. Si solo le hubieran avisad...