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Capítulo Primero
Escondiendo lo obvio

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Una fuerte tos se apoderó de él, desde hace días que se estaba aguantando esa horrible comezón en la garganta, ese ardor tan desgarrador. Cada pétalo era doloroso, sentía que cortaban su garganta cuando salían, y el que empezaran a salir cubiertos de sangre sólo confirmaba sus horribles suposiciones.

Cada vez que veía a los gemelos juntos, compartiendo su amor, se sentía empeorar, pero no podía hacer nada para apaciguar su sufrimiento.

Había leído de una operación capaz de quitar las flores de su corazón. Ahora que estaba en una etapa temprana de la enfermedad sería muy fácil remover la semilla y salvarle la vida, pero... Los efectos secundarios le impedían someterse a ese procedimiento...

"Cuando la semilla es removida, junto con ella desaparecen los recuerdos que la plantaron ahí. El amor que una vez sintió desaparecerá para siempre, los recuerdos de esa persona se irán y nunca se podrá amar a esa persona nuevamente."

¿Vale la pena salvar su vida a cambio de sus memorias más preciadas?

Jade y Floyd son sus únicos amigos, los únicos que ven algo en él lo suficientemente bueno como para quedarse a su lado, las únicas sirenas que se acercaron a él... Siempre estuvo solo hasta que Jade y Floyd entraron a su vida.

No lo vale. Definitivamente, no lo vale. Prefiere morir por esa enfermedad, antes que olvidar a las sirenas que le hicieron ver lo valioso que es.

Es gracias a ese pensar que ahora se encuentra escupiendo pétalos de rosa, porque prefiere sufrir todo ese dolor a olvidar. Pero está seguro de que no es el único que pensaría de ese modo.

Su amor por los gemelos va mucho más allá de querer una relación romántica con ambos; son sus mejores amigos, sus confidentes, son su todo.

El sonido de alguien golpeando la puerta hace que retome la compostura y deje a un lado el cubo de basura que utilizó para vomitar todos esos pétalos.

-¿Azul? -es Jade- ¿Te encuentras bien? Floyd dice que te escuchó toser hace un momento.

-Si, me encuentro bien, tome un mal sorbo del té, es todo -no le ha dicho nada a los gemelos, si dice algo... Teme que lo dejen. Floyd dejó muy claro que para ellos Azul solo es una diversión-. No te preocupes.

-Está bien -Jade no le cree, pero no va a indagar más. Si Azul no quiere decirle, es porque no es algo de su incumbencia.

Claro que Floyd no es tan tranquilo como Jade.

Abre la puerta de golpe y llega hasta donde está Azul. Le inspecciona a detalle, notando un pequeño rastro de saliva en la comisura de sus labios, sus ojos cristalizados por las lágrimas, y un leve sonrojo adornando sus mejillas.

-Azul ha estado vomitando -dice Floyd- ¿Por qué?

Jade inspecciona la habitación en busca de algo que haya sentado mal al estómago de Azul, pero no encuentra nada. Vuelve su mirada a Azul, quién parece un poco nervioso y nota cómo empuja lentamente un cubo de basura debajo de su escritorio. Floyd se agacha y lo observa, no le daría asco ver el vómito de Azul, se burlaría de él en todo caso.

-Eso... Yo... -Azul trata de encontrar una excusa para justificar los pétalos ensalivados y ensangrentados, pero no se le ocurre nada.

-Eh, a Azul le regalaron flores -no sabe si Floyd ha dicho eso porque es lo que en verdad cree, o si lo dijo porque sabe lo que está pasando y siente lástima- ¿Son de Idia?

-Si, pero no me gustaron, por eso las tiré -se apresura a decir- ¿Ya han acabado sus tareas?

-Si, ya hay que cerrar. Podemos encargarnos de eso si... -Jade no puede terminar de hablar, porque Azul se levanta rápidamente de su asiento.

-No, tranquilos, yo me encargo -Azul empuja levemente a los gemelos, para que salgan de su oficina lo antes posible, siente la comezón en la garganta que va antes de que empiece a toser los pétalos- Ustedes vayan a dormir, llegaré al dormitorio en unos minutos.

Azul cierra la puerta con un poco de fuerza, dejando a los gemelos algo desconcertados.

-Ne, Jade -dice Floyd mientras se aleja de la habitación- Azul está enfermo, ¿Deberíamos darle una poción de amor a Hotaruika-sempai?

-No, primero tenemos que averiguar si es él de quién azul está enamorado -Jade no quiere actuar sin pensar, pero también...

-No somos nosotros, Jade -La voz de Floyd suena desilusionada-. Azul dejó muy en claro que está con nosotros por conveniencia, no nos ama.

-Aún así, hay que investigar. Si le damos una poción a la persona equivocada, no podremos salvarlo.

Debimos haber hablado antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora