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Capítulo Segundo
Cuando el amor no es en pareja

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El primero de los gemelos en toser un pétalo fue Floyd. Estaba con Jade en ese momento, viendo como azul caminaba hacia el espejo de Ignihyde, seguramente para hablar con Idia.

Un pétalo de rosa blanca, simbolizando el amor tan puro que sentía por Azul.

Claro que eso desconcertó mucho a Jade, ya que él era el único que sabía el significado de esto. ¿Por qué su gemelo estaba padeciendo Hanahaki si ya estaba con él?

Montó una escena de celos cuando llegaron a su habitación, estaba en todo su derecho. ¿Floyd le estaba engañando? ¿Acaso había perdido el interés? ¿Acaso estaba jugando con él? Los gritos que se dieron esa noche fueron muy dolorosos, pero Jade cruzó la línea cuando hizo esa amenaza.

—¡TE DEJARÉ POR AZUL SI NO ME DICES LA VERDAD! —Esa oración hizo que Floyd se callara, y que Jade se diera cuenta de lo lejos que había llegado— Yo… Lo… Lo siento, Floyd, yo no… Yo no quise decir eso… Yo…

—¿Por qué Azul? ¿Tú también lo sientes? —Jade no entiende a que se refiere su hermano— ¿Sientes como quema cuando va a ver a Idia en vez de estar con nosotros? Porque yo si… No quería decirlo… No quiero que me odies por amar a alguien más mientras también te amo a ti…

Claro que Floyd no lloró por eso, no es tan débil emocionalmente, pero si le hizo darse cuenta de lo mucho que le dolía ver a Azul con alguien más.

—Yo… También lo siento… —dijo Jade.

Ambos gemelos entendieron muy bien los sentimientos del otro ese día, no era raro que se enamoraran de la misma persona al mismo tiempo, ambos conocieron a Azul juntos y ambos decidieron compartir su vida con él.

El primer pétalo de Jade salió una semana después de esa escena de celos. Escuchar la risa de Azul, una risa para nada sarcástica… Una risa que antes de llegar a NRC solo los gemelos tuvieron el placer de escuchar… Ver como poco a poco Azul los necesitaba menos, le hizo darse cuenta de lo doloroso que era ese amor…

—Al menos nos tenemos a nosotros —la frase motivadora de Floyd le hizo sentir mejor, porque era cierto.

—Si, nos tenemos nosotros.

Si bien los gemelos empezaron a padecer su enfermedad antes que Azul, parecía que este último era el que peor llevaba los síntomas.

Los gemelos estaban muy pendientes de todo lo que Azul hacía, siguiéndolo en secreto, casi acusándolo; todo con la intención de saber quién era el causante de la enfermedad de su pulpo.

Pero nunca notaron nada. Azul no se veía realmente mal cuando estaba con cualquiera de sus amigos. Su principal candidato para haber enamorado a Azul era Idia, pero, incluso con él, Azul se veía muy tranquilo.

Pasaron toda una semana siguiendo a Azul, pero no lograron hacer más que empeorar la enfermedad en ellos.

—Ne, Jade —dijo Floyd, acomodándose mejor entre los brazos de su hermano, disfrutando del calor del cuerpo de este— ¿Qué haremos si no encontramos al enamorado de Azul? No quiero que muera.

—No lo sé Floyd, no tengo un plan para esta ocasión…

No se habían resignado aún, para nada, pero era bien sabido que Floyd no se caracterizaba por ser el más paciente.

—Quiero encontrarlo rápido… Aunque duela, quiero ver a Azul feliz.

—Yo también…

Jade empezó a acariciar suavemente el cabello de Floyd, para darle un poco de consuelo, agradecen mucho tenerse el uno al otro, de esa manera pueden llevar mejor su enfermedad. En ese sentido, sienten un poco de lástima por Azul, porque ellos se tienen el uno al otro, aunque aman a Azul, también se aman entre ellos; pero Azul no tiene a nadie con quien compartir su dolor.

—Ne, jade —Floyd levanta un poco la cabeza, para poder ver a su hermano.

—¿Si, Floyd?

—Te amo.

—Yo también, a ti.

Ambos desearían poder compartir ese momento con Azul, poder decirle que lo aman, besarlo y abrazarlo…

—Quiero decirle a Azul

—¿Qué cosa, Floyd?

—Que lo amo. No cambiará nada, pero quiero que lo sepa.

—¿Sabes qué, Floyd? —el gemelo más alto centra su atención en su hermano— yo también.

—Hay que hacerlo.

—Si, hay que hacerlo.

Floyd sonríe y se levanta un poco para quedar a la altura de los labios de Jade, por alguna razón siente la enorme necesidad de besarlo.

Ya han tomado una decisión, le dirán a Azul lo que sienten.

Debimos haber hablado antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora