Capítulo 3

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Ya era la tercera evaluación, y por culpa de nuestros compañeros de clase, no nos iban a dar tiempo de hacer los cortos... Pero sí que hacer un tráiler del mismo.

El guion que ya teníamos escrito en la segunda evaluación, lo usamos para subrayar las escenas  y las partes más interesantes que podrían servir, creando así un nuevo guion para el tráiler. Grabar las escenas del instituto fue bastante fáciles. Podíamos salir de algunas clases para aprovechar los pasillos y las aulas vacías para poder grabar sin ningún problema, aunque tuvimos que pedir un permiso especial para salir a grabar unos segundos fuera del centro. Lo más difícil fueron las escenas en lugares públicos, como el centro comercial y en una de nuestras casas. Por suerte, esas escenas sólo salía Ian, así que mientras que uno del grupo pudiera ir, no había problema. Al principio quien iba a quedar con él era Itahisa, pero como tenía cosas que hacer, y yo era la única a la que le dejaba la cámara y sabía que tendría cuidado, al final fui con él.

Ian y yo habíamos quedado un domingo por la tarde en Los Cristianos. Sabíamos que las tiendas del centro comercial estaban cerradas y no iba a ver mucha gente... Perfecto para grabar sin molestar a nadie. Hicimos varias grabaciones e intentos por si al grupo no le gustaban una toma, tendrían más opciones para escoger y no perder más el tiempo en quedar y volver a grabar.

Lo curioso de esa tarde, era que Matilda tenía una expresión rara en su cara que no sabía identificarla bien a qué emoción representaba, pero pasaron cosas que a Ian y a mí nos pillaron por sorpresa. Ian tiene fobia a las aves (ornitofobia), es normal que en algunas partes de la ciudad hayan pájaros... Lo que no era normal era que mientras caminábamos de regreso a la estación de autobús (aquí le decimos guagua), tres palomas se lanzaron sobre nosotros y mientras las ahuyentaba, intentaba calmar a Ian que se había llevado un susto enorme el pobre.

Después de ese incidente, solo quedaba grabar una escena en su casa, así que subimos en guagua. Nos fuimos a su garaje y preparamos el attrezzo para la escena que se iba a rodar. Una de esas escenas le tenía que atarle a una columna y agüita las risas que nos echamos XD. Las luces de su garaje se encendía a base de interruptores, así que para no estar a oscuras del todo, donde estábamos íbamos a estar a oscuras mientras el resto del garaje estaría encendido para que haya un poquito de claridad en el vídeo.

Nada más terminar las escenas que nos faltaba y desatarle, ocurrió otra sorpresa que no nos esperábamos. Todas las luces a nuestro alrededor se apagaron y al fondo del garaje había un foco parpadeando. Ambos nos asustamos y con la linterna de mi móvil, cogimos a Matilda y nuestras cosas y lentamente, nos fuimos sin dejar de mirar el final del garaje por si acaso.

Ya agotados un poco del día movidito que tuvimos, pasamos el resto de la tarde en su cuarto leyendo la historia que estaba escribiendo en ese momento y hablando de la trama de la misma, hasta que ya estaba anocheciendo. Me tenía que volver a ir en guagua, así que en la parada me despedí de él hasta mañana que nos volvíamos a vernos el clase con los demás.

Días más tarde, ya habíamos terminado el corto, y después de una semana, la profesora proyectó todos los cortos. A toda la clase les encantó nuestro corto y nos felicitaron por el trabajo. Ahora mismo no me acuerdo la nota que nos pusieron, pero sé que era un sobresaliente.

Después de todo nuestro esfuerzo, era hora de que cada uno recogiese sus cosas y se las llevara a su casa, pero...

Matilda, La Muñeca MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora