La siguiente clase que tuvimos de Cultura Audiovisual, yo, a escondidas de mi madre, me llevé al payaso de porcelana a clase en una caja para que no le pasara nada. Sabía que muchos de mis compañeros les tenían miedo a los payasos y que iba a ser la ganadora, pero para mi sorpresa, a todos les parecía lindo aunque les daba un poquito de miedo. Por otro lado, Ian sacó de su mochila a la muñeca y todos nos quedamos mudos al verla.
Obviamente, por como era de antigua la muñeca y añadiendo que a muchos no le hicieron mucha gracia, la mayoría votó por ella para que saliera en el corto. Debo de añadir que cuando la vi, me dio mal rollo, ya que su expresión parecía estar molesta y tanto sus dientes como sus ojos me daban algo de cosa. Al final tuve que volverme a llevar a mi payaso de porcelana a casa.
Ya teniendo a la estrella principal, empezamos a dar ideas de cómo iba a ser la trama del corto. Tardamos aproximadamente dos semanas en hacer un guion oficial, y después de mucho pensar en el nombre no solo del corto sino también de la muñeca, al final la llamamos Matilda... Después de hablarlo con la profesora, de que Itahisa me confiara su cámara para poder grabar las tomas, de comprar los materiales para el símbolo satánico y tener los lugares claves en donde íbamos a grabar, sólo faltaba que Ian volviera a traer a Matilda.
El mismo día en que la volvió a traer a clase, la profesora nos dio la noticia de que el corto iba a ser retrasado, ya que no podía pausar más sus clases para poder continuar con la materia, y que al final de la tercera evaluación, si daba tiempo, lo grabaríamos. Esto no nos hizo ni pizca de gracia ya que la decisión la tuvo que tomar a la fuerza. ¿Por qué? Porque la mayoría de la clase no habían hecho absolutamente nada de sus trabajos.
Ian, molesto, no se quería llevarse otra vez a Matilda a casa, y por si las de la limpieza u otras personas que entraran en la clase no la tocaran, me ofrecí a guardarla en mi taquilla (junto con las demás cosas del corto y la cámara) para que no la volviera a cargarla. A él le pareció buena idea y la colocamos en la taquilla.
Matilda estuvo aproximadamente 5 meses en la taquilla. Todos dirían que al estar bajo llave estaría bien la muñeca, pero todo lo contrario...
Las primeras veces que abría la taquilla, sentía que la expresión de la muñeca era de tristeza, pero no le daba importancia ya que creía que eran cosas de mi imaginación... Hasta que las siguientes veces, me la encontraba con una lagrimita en su mejilla. Esto me estaba poniendo un poco tensa, pero empeoró con el tiempo ya que no era la única que veía ese comportamiento en Matilda. Mis amigos, que al principio no me creían, empezaron a notar los mismos comportamientos que les había contado sobre la muñeca. Luego, mis compañeros, cuando pasaban por mi espalda y miraban mi taquilla abierta, algunos sentían lástima por Matilda, otras les daban miedo o decían que sentían que Matilda tenía un aura oscura y densa. Por último, algunos profesores al ver a Matilda, me decían que me deshiciera de ella, que era muy terrorífica para que estuviera en ese lugar, y más si estaba dentro de un instituto...
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Matilda, La Muñeca Maldita
ParanormaleEsta historia que os voy a contar está basada en hechos reales de una experiencia paranormal que viví a los 17 años estudiando. Si quieres saber más sobre lo que me pasó, te invito a leer y a conocer a esta muñeca a la que llamamos... Matilda.