0.7. Clases

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El primer año había sido fácil, incluso divertido.

Misaki Ayuzawa se había posicionado como la mejor alumna de su generación de preparatoria. Era alegre, un poco sería, comprometida con sus estudios y con una templanza envidiable.

Tenía a unas cuantas amigas, no se llevaba bien con los muchachos pero nadie parecía odiarla, ni siquiera los bravucones que solían ser regañados por ella.

Sin embargo, su actitud se volvió algo recelosa cuando, en su segundo año, apareció un joven profesor de ciencias sociales, que comenzó a hacer su vida de cachitos. No era que él fuera malo con ella, o injusto, ni un pervertido.  Pero él parecía sentir satisfacción menos presiandola. Siempre quería encontrar un punto débil en sus conocimientos para poder demostrar que él sabía más que ella.

Era arrogante, y muy estricto. Los chicos lo odiaban ya que era (muy a su coraje) un hombre guapo. Con unos ojos verde claro, piel blanca y tersa, junto con un cabello rubio siempre peinado de manera pulcra, de unos 27 años aproximadamente. A simple vista se veía lo bien posicionado que estaba pese a ser maestro. Se rumoreaba que su trabajo era solo una fachada y que en realidad era un príncipe escapando del trono.

"Tonterías" solía pensar ella cada que escuchaba una nueva teoría o fantasía que implicaba a su profesor.

Poco podía importarle la procedencia de Usui Takumi, solo sabía que entre ambos había una disputa intelectual que también implicaba el orgullo entre ellos... Y ella tenía mucho de ambos.

Por ello, su segundo año fue el mejor de su carrera académica. Siempre estaba estudiando, siempre era la primera de su clase, incluso fue seleccionada como presidenta del consejo estudiantil.

Estaba tan orgullosa de si misma...

Pero por alguna razón, cuando al otorgarle su título, Usui Takumi no mostró al menos un signo de aceptación, un peso en el estómago la hizo dejar de sonreír.

¿Cuál era su maldito problema?

La batalla había llegado a su fin, era había demostrado ser la mejor, ser lo suficientemente buena, ¿Porqué la trataba tan mal?

Trataba de convencerse de que no debía pensar en ello, de que no era su problema de que un profesor no la felicitara, no cuando nunca había sido injusto con alguna calificación. Se lo repetía todos los días, pero no era suficiente...

Así que un día tomó la decisión de enfrentarlo. Obtendría una respuesta y así podría seguir con sus responsabilidades.

Ese viernes en particular, varios maestros no estaban en la escuela al igual que varios grupos de segundo año ya que habían ido de excursión: algunos a unos museos y otros a un teatro. Era el momento perfecto.

Segura de si misma, caminó hacia el tercer piso donde estaba la sala de maestros, sabía que él estaría ahí por qué (a su pesar) solía seguirlo con la mirada.

Él se encontraba detrás de un escritorio marrón, tenía la mirada baja, seguramente leyendo algunos exámenes. Su cabello estaba despeinado, Misaki pensó que llevaba un rato peinándoselo, quizá por estrés.

Hizo ruido al cerrar la puerta para que él la mirara.

Un estremecimiento frío me recorrió la columna cuando esos ojos verdes se conectaron con los suyos y la reconocieron.

Se enderezó con lentitud, mirándola  con recelo, como si ella fuera  atacarlo.

- ¿Se le ofrece algo? Señorita Ayuzawa.
Pronunciaba su nombre con neutralidad, pero aflojó un poco el nudo de su corbata roja.

|| Kaichou Wa Maid Sama|| [one-shots Lemmon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora