|| Kaichou Wa Maid Sama|| [one-shots Lemmon]

0.8 Experiencia

Atención: Lemon con contexto largo.
Realmente este no es como otros de mis One Shot, pero la inspiración hizo lo suyo.

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Misaki sabía que estaba por buen camino cuando llamaron a su agencia   para preguntar por ella directamente y por su disponibilidad para trabajar.

Había pasado tres largos años siendo seleccionada solo para papeles secundarios o de relleno en películas, algunas reconocidas y otras de mediano presupuesto. Tenía la confianza en que sí trabajaba duro, habría alguien que vería su talento, y al parecer ese día había llegado.

Seika era una agencia conocida por llevar al estrellato a muchos artistas, y por producir películas con tramas intensas...  Si bien durante muchos años estos eran actores varones, recientemente habían apoyado a actrices y ella estaba orgullosa de poder tener una oportunidad.

Se presentó a la junta donde le explicaron los detalles de la película. Al parecer, era una película de romance en la cual tanto el protagonista como la coprotagonista ponían barreras para evitar estar juntos, debido a sus propios egos y orgullos, pero se veían en la necesidad de trabajar juntos en la búsqueda de un ladrón de diamantes, siendo ella una policía y él un detective privado.

El contrato era muy claro al decir que los actores deberían de estar dispuestos a tener entrenamientos rigurosos, clases fuera del horario de trabajo para mejorar sus actuaciones así como poder trabajar en equipo.

Ella no tenía problema con eso. Ella sabía trabajar duro y era buena en lo que hacía, así que, firmando el contrato, se aseguró de hacerle saber al director ejecutivo que estaba dentro.

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No fue hasta la siguiente semana que le llamaron para darle un recorrido por las instalaciones y para que conociera a una parte de los involucrados en la película, como a maquilladores, personal de vestuario, entre otros. También le presentaron a su asistente (una chica muy seria llamada Shizuko) y a un chico tímido pero inteligente llamado Yukimura.

Ya entrada la tarde, decidió buscar algo de comer en la cafetería, ya que después de eso sería la junta general, dónde conocería a los demás actores involucrados en la película. Estaba nerviosa, ella era nueva, la chica que se estaba adentrando en las grandes ligas.

Pero si estaba ahí era gracias a su talento. Nadie le estaba haciendo el favor. Así que sacudió su cabeza y alejó esos pensamientos.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, había un hombre dentro de él. No sé fijó mucho en su acompañante, ya que en realidad no había mucho que ver, tenía un cubrebocas negro, al igual que una gabardina del mismo color, lo único que destacaba era su cabello rubio, algo largo, sujeto en una coleta. Le dio la espalda y miro el tablero de los pisos que tenía el edificio.  Seleccionó el número cinco.  En eso su celular comenzó a vibrar, de manera rápida abrió su bolsa buscando el aparato, pero sus movimientos fueron tan alterados que su bolsa se resbaló de su hombro y sus cosas se esparcieron por el suelo.  

- Maldición. - Exclamó en voz baja, mientras se agachaba para recoger sus cosas. La llamada que estaba recibiendo fue cancelada, así que el silencio fue roto por la voz del hombre. 

- Déjame ayudarte. - Ofreció su ayuda, estando ya inclinado al lado de ella. Misaki se giró para verlo, topándose con unos hermosos ojos verdes; tan brillantes y pero igual de penetrantes. Tanta fue la energía varonil que él desprendía que la tomó desprevenida y se quedó quieta observándolo. 

Él recogió sus cosas sin tomar en cuenta la actitud de Misaki, abrió su bolsa y los metió dentro. Ella se recompuso cuando el hombre se puso de pie, y se la tendió.