CAPÍTULO TRES

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⚠️ ESTE CAPÍTULO PUEDE NARRAR CONTENIDO SENSIBLE⚠️



La ducha caliente después del ensayo y el cambio de look, le cayó de maravilla, sus músculos agarrotados se lo agradecieron de inmediato. Estuvo en una sesión de fisioterapia justo después de eso y luego, Tae lo dejó dormir lo que le pareció una eternidad.

Volvió en sí cuando la escandalosa risa de Hoseok se escuchó por la habitación, pero se rehusó a abrir los ojos, ¿Podría dormir solo un poco más, por favor?

- ¡Minnieeeee! – La cantarina voz de Chang lo hizo enterrar la cara en la almohada, ¿Por qué tenían que ser tan ruidosos? – Trajimos comida, pequeño, así que levántate antes de que Tae acabe con todo el contenido en las bandejas.

- ¡Cállate, Chang! – Escuchó la mano del peliazul impactar con violencia sobre el cráneo del médico, seguido de las burlas de su coreógrafo. – A burlarte del peso de tu abuela.

- Ese fue un buen golpe, Tae, tengo que admitirlo. – Luego de un corto silencio Hoseok soltó un grito dramático que terminó por despertarlo. – ¿A que vino eso?

- A ver que tan buenos golpes doy yo, tal vez si te golpeo a ti, también me felicites. – Chang habló con burla.

Decidió levantarse antes de que sus tres amigos se mataran a golpes. Se sentó sobre la cama, frotándose los ojos con insistencia y bostezando, todavía sentía el cuerpo muy pesado. Sintió una mano cálida apartarle el cabello de la cara y sonrió al encontrarse con la mirada de cachorrito de su mejor amigo.

- Espero que hayas descansado. – Asintió con entusiasmo antes de mirarlo con interrogación al percatarse del nuevo color de cabello en Tae.

- ¿Qué te hiciste? – El chico se encogió de hombros antes de contestar.

- El azul es muy aburrido, ¿No crees?, sin ofender, Chang. – Jimin miró sobre el hombro de su amigo para encontrarse con un Hoseok rubio y un Chang peliazul pero mucho más discreto que el llamativo tono que tenía Tae antes. El médico le restó importancia al comentario con un gesto despreocupado – Pensé: nunca he probado dos colores en el cabello, así que, ¿Por qué no? – Jimin soltó una pequeña carcajada antes de negar con la cabeza.

- Un poco drástico, de azul a rubio y rosado, pero me gusta. – El aroma a amoniaco seguía impregnado en su nariz, pero sintió que, al ver el cambio en todos, este disminuyo una décima.

- Esa es la idea de los tintes. – Tae se encamino hacia la mesa donde sus amigos devoraban la comida que habían traído. – Son unos cerdos. – Hoseok le mostró el dedo del medio y se metió a la boca un sushi que se veía demasiado grande, al rubio no pareció importarle. – Ven a comer antes de que estos inútiles acaben con todo. Menos mal era yo el tragón.

Jimin se levantó de mejor ánimo de lo que lo había hecho en semanas, se detuvo antes de llegar a la mesa al escuchar que su celular vibraba en algún lugar de la cama. Lo buscó hasta dar con él, enredado en las mantas, sin embargo, la llamada ya se había terminado. Estaba a punto de irse nuevamente a la mesa, cuando, una vez más, el aparato vibró en sus manos; el número era privado, lo que lo hizo fruncir el ceño, no recibía muchas llamadas y era ciertamente extraño que esta viniera de un número privado. Sin prestarle mucha atención, contestó.

- ¿Hola? – Una respiración pesada fue lo único que escuchó los primeros segundos, se apartó el teléfono de la oreja para confirmar que siguiera en línea y así era. - ¿Hola? – Repitió alzando un poco la voz, tal vez la persona al otro lado no lo había escuchado la primera vez. La respiración empezó a hacerse más intensa hasta el punto de sonar como bajos gemidos.

BEHIND THE STAGE - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora