CAPÍTULO ONCE

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Despertó nuevamente cuando Hobi acomodaba su cabello suavemente detrás de sus orejas y daba golpecitos en su nariz de botón.

—Despierta, enano durmiente. —Jimin se acomodó nuevamente en el cuello de su amigo, dejando libre un gemido de protesta. El mayor rió, enternecido. —Ya llegamos a casa, vamos.

El pelirosa volvió a gemir, saliendo de su escondite y restregando uno de sus ojitos mientras bostezaba.

—¿Ya?

—Ya.

No hacía falta decir que Jimin estaba en modo consentido, por lo que abultó sus labios en un tierno puchero, mirando a Hoseok con ojos esperanzados.

—Ah, no, no, no. Conozco esa mirada y desde ya te digo que no. —El puchero empezó a temblar en los labios del menor, sus ojitos aguándose nuevamente. —¡Eso es jugar sucio!

—Por favor. —Y sinceramente Hobi era de voluntad frágil, por lo que bajó resignado, rodeó el carro, abriendo la puerta más cercana a Jimin y ofreciéndole su espalda.

—Rápido, antes de que me arrepienta.

Jimin se rió por lo bajo, dando unas palmadas y acomodándose en la espalda de su amigo, rodeando el cuello con los brazos y la cadera con las piernas.

Yoongi, por supuesto, no se perdió nada, ¿De cuándo aquí el chico era tan meloso? ¿Y por qué con Hoseok?

Y la más importante, ¿Por qué le importaba?, ¿Por qué se sentía incómodo?, ¿Por qué había una voz chillona en su cabeza gritando enojada?, ¿Estaba celoso? Pff, para nada, seguramente era la falta de sueño.

Decidió no prestar más atención e ingreso a la casa detrás de la pareja, esperando pacientemente órdenes.

En la sala se quedó mientras veía a Hoseok dirigirse a la habitación del chico, después volvió estirando la espalda y con una sonrisa cordial en su rostro.

—Muchas gracias, Yoongi, eres muy eficiente.

—Es mi trabajo, Hoseok.

—Bien —el coreógrafo sonrió para sus adentros al percibir el leve tono enojado del pelinegro. —Necesito aquí a Chang. —Comentó mientras se dirigía a la cocina, escarbando en la nevera algo para tomar. —Está en su día de descanso y no quiero importunar aún más, ¿Podrías traerlo hasta aquí?

—Por supuesto, dejaré a Jeongin a cargo de la seguridad de Jimin. —Hobi asintió agradecido. —Necesitaría la dirección.

—La enviaré a tu celular. Te lo agradezco.

—Solo hago mi trabajo. —Con una pequeña reverencia, Yoongi salió por la puerta principal, encontrándose de paso con Jeongin y dándole las indicaciones.

Hoseok suspiró con la tristeza colmándole el corazón. Había decidido no ahondar en el tema cuando Jimin se lo mencionó, porque no quería incomodar más al menor y aumentarle la presión en su cansada mente. Pero decir que no sentía su cuerpo estremecerse y los ojos aguarse era una mentira, el miedo le recorría completo y la lejana posibilidad de que su amigo perdiera la batalla le lastimaba el alma.

Volvió en sí cuando cayó en cuenta de que había enviado a Yoongi por Chang, pero este último no estaba ni enterado, sabía que sería difícil hacerlo salir de su casa, pero confiaba que con el tema delicado que tenían entre manos, lo convenciera rápidamente.

Marcó el número del médico, esperando una respuesta.

—Más te vale que sea algo importante, Jung, ¡Tienes prohibido llamar en mis días de descanso! —La voz adormilada y molesta de Chang le hizo sonreír levemente.

BEHIND THE STAGE - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora