Aquel día llovía, me causa gracia que las malas noticias sean dadas en días lluviosos al menos todas las que recibí así lo fueron, cuando murió mi padre, cuando me rechazaron en un trabajo, cuando mi marido fue asesinado y aquel día en el que me dijeron que las pruebas eran insuficientes y no podrían condenar al que lo hizo, sé que me lo dijeron con miedo, yo era una mujer importante y pudiente y temían una demanda por mi parte, quería hacerlo, quería demandarles y que alguien sufriera como yo pero me contuve, durante meses intenté seguir con mi vida, en mi gran casa, probé la meditación y maneras varias de relajarme pero nada funcionaba, la rabia, la ira y la impotencia pululaban por mi interior como fantasmas o pequeños seres que rascaban dentro mia y me susurraban la palabra Venganza y aunque intente acallarlos me vencieron con facilidad porque quería hacerlo, quería matarle y lo había imaginado mil veces y me daba igual que me atraparan solo quería sentir paz y por fin poder respirar. Así que lo hice, aquella noche me vestí con un bonito vestido negro de terciopelo y fui a la gala benéfica, había aceptado la invitación hacía meses y había tenido ese tiempo para prepararme, no fue difícil comprar el arma y no fue difícil aprender a disparar más bien lo complicado fue mentalizarme pensé mucho en lo que iba a hacer y también dudé pero llego el día y me empujé a actuar, le dije que quería hablar con él en privado, era el organizador de la gala al principio dudó pero rechazarme hubiera sido una falta de respeto, así que me acompaño al jardín, hacia la puerta de salida y empezó a disculparse, ni siquiera pronunció tres sílabas cuando le dispare en el pecho tres tiros seguidos y cuando estuvo en el suelo seguí disparando, la gente salió, llamaron a la policía, muchos gritaron pero yo solo podía ver sus confusos ojos y como caía al suelo formando un charco de sangre al rededor suyo, sentí tranquilidad pero no la que esperaba, me seguía doliendo la muerte de Peter pero su asesino había muerto y por unos segundos sentí euforia y alegría hasta que su mujer salió llorando al patio, Patty intentó atacarme pero la apunté con la pistola a la que ya no le quedaban balas y retrocedió, ella y toda la multitud, las sirenas sonaban cerca, las luces me apuntaban y los agentes gritaban suelte el arma señorita y estaba dispuesta a hacerlo, ponerme de rodillas sobre la sangre y dejar que me llevaran pero entonces simplemente todo despareció y ya no estaba en la finca Michael si no en medio de una ciudad, que demonios había pasado?
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Relatos cortos
De Todouna mezcla de lo que se me ocurre cuando ando por la calle o cuando intento estudiar sin éxito o algunas de las tantas historias que creo y represento en mi cabeza cuando estoy aburrida. No quiero olvidar mis pequeñas obras de arte. Disfruta de mi m...