Ella

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Cuando los dragones estuvieron descansados, Nel y Kayla, volvieron a emprender su viaje y juntos jugaron y volaron rozando las cálidas aguas del mar Suoris, tras estar volando todo el día y llegar a la mitad de su viaje, hicieron una pausa en la cala de los espejos, una pequeña gruta, que al anochecer era engullida por el agua, pero que tenía miles de pequeñas hendiduras en las que descansar a salvo, Nel llevó a Kayla a la más especial, una que él mismo había descubierto hacia años, cuando se perdió entre las cuevas, una historia para otro momento que tenia como protagonista a Nel y a una muchacha muy orgullosa o puede que a su padre tan enfadado. Él quiso mostrarle a Kayla la belleza de la luna que se reflejaba en las paredes creando alusiones de pequeños arcoíris por toda la cavidad, pero ella tan cansada del viaje se perdió tal descubrimiento al quedarse profundamente dormida nada más recostarse en el pecho de Nel, que lo único que pudo hacer fue mirarla con ternura y tristeza y susurrarle un te quiero al oído.

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