XII. No soy la única con problemas.

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Me aparto levemente de su tacto, ¿Qué fue eso? No lo sé. Pero logré recibir el cumplido que quería. Un sentimiento, como de calor, nace en mi pecho, provocando que la incertidumbre me invada más. 

Un gran cuadro roba mi atención, distrayendo mi mente y calmando el manojo de sentimientos extraños que hay en mi interior. Era similar a la pintura que cuelga de unas paredes del pasillo que cruce al llegar aquí, el que retrataba a los Vold de forma extraña, el cuadro de la oficina de Vitaliy y el del pasillo compartían el mismo tamaño y tipo de marco. Esté siendo más detallado, era como ver una fotografía enmarcada.

Mostraba un reino rodeado en mar, supongo estando en una isla, las construcciones estaban hechas de mármol. Se notaba que era una mezcla de varios estilos de construcción de todo el mundo; uno puede ver columnas que solo se ven en Grecia, los grandes arcos de Roma que sostenían puentes que cruzaban lagos y ríos , las casas construidas con un diseño parecido a una mezcla de ruso y alemán antiguo. Era como si hubieran intentado agregar todo lo que les gustaba de este mundo.

Mi vista viaja hacia una gran palacio, el atardecer de la pintura hacía parecer que estuviera hecho de oro pero en si seguía siendo mármol, un mármol que parecería que pudieran deslizarse en él. El palacio estando en una isla separada de la anterior, estas dos siendo unidas por un gran puente con faroles y flores.

Mi mano derecha se posa sobre mi pecho, esta pintura provocando en mi un sentimiento que no lograba descifrar, era como si algo muy cálido naciera en mi pecho. Sentía que algo de ese lugar me llamaba y me necesitara. Como si ya lo conociera.

—Vitaliy, usted sabe de qué es este lugar?

Aun sin dar media vuelta y mirarlo a la cara, noto el cambio de ánimos que tuvo rápidamente. Lo escucho suspirar, escucho sus músculos tensarse y tronar un poco. Sin querer active mi sangre de titan.

—Esta isla era...— Escucho como camina lentamente hacia mi, los dos ahora observando el cuadro con atención.— El reino de los Vold.— Su voz sale ahogada, como si algo se la obstruyera, algo como un sentimiento malo. 

Le miro confundida, ¿Las razas tenían reinos? Que raro, pensé que simplemente estaban por el mundo como super héroes y se juntaban cuando la tierra los necesitaba. Como los Avengers. 

—Pero somos titanes, el tener un reino no era más de los humanos?

—Sea humano, animal o titan. Todo ser necesita un hogar. Además que, excluyendo a los titanes originales y algunas generaciones posteriores, todos los titanes que forman parte de las cuatro razas fueron humanos por un tiempo. Ya sea largo o corto.

Asiento, estando un poco confundida. Entonces esta pintura muestra nuestro hogar.

Que extraño. Si uno lo analiza bien pareciera que irradia energía triste, una energía nostálgica. Las pinceladas eras apresuradas y discontinuas, un caos creando una hermosura. Si, algo así era.

—Si no contáramos con las emociones que la evolución del ser humano nos ha dado, probablemente seamos más parecidos a los animales más primitivos de la historia. No tendríamos pensamiento a fondo, toda nuestra vida se basaría en comer, dormir y guerra.

Tiene razón, aun así, ¿no seria mejor estar con nuestra forma original? Para diferenciarnos del resto. ¿Qué se sentirá ser energía pura?

— Pero porque después de todo, seguimos con forma humana. Se supone que los titanes podían cambiar de forma verdad? Además que nuestra forma original era sólo energía.

— Bueno eso es bastante fácil de responder, Laura.— Camina hacia su escritorio y deja caer su cuerpo sobre la silla, sus pantalones sueltos junto a una camisa casi abierta y una chaqueta negra de tela lo hacia parecer un mafioso poderoso, a eso agregándole sus variadas cicatrices.— Los titanes, como cualquier ser vivo, evoluciona.

Vold: Resurrection #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora