Fijo mi mirada en el espejo colgado en la pared del baño, mi cuerpo desnudo después de una ducha fría que me ayudó a relajar mis músculos por el entrenamiento de hoy. Han pasado dos semanas desde la conversación con Judith e Iris, este tiempo me ayudo a pensar en mi misma. Y llegue en una conclusión.
Yo no soy una chica buena, nunca me acomodo el comportarme como tal, simplemente me acondicione a mi misma a serlo al punto de pensar que solo así podría ser feliz en el futuro. Me acostumbre tanto a cambiar mi personalidad para complacer a los demás que deje de pensar en él como yo me sentía, si comportarme así me haría feliz o si solo lo hacia para no quedarme sola.
Veía en la televisión en mi antigua casa como las adolescentes se comportan como querían, sin complacer a nadie que no sean ellas mismas, y en el fondo, sentia envidia, una envidia extraña; que no lograba entender. Recuerdos de las palabras de mi madre al ver ese tipo de chicas vienen a mi mente, aquellas palabras que me marcaron a mis doce añitos:
"Oh claro, porque ahora vestirse como puta es bien visto. Son solo chicas que quieren hacerse las especiales. En mis tiempos.."
Yo amo a mi madre con todo mi corazón, pero ella era muy machista. Ese tipo de comentario afecto mi forma de pensar por bastantes años, al punto de que llegue a insultar a las personas que se vestían de forma diferente a mi. Yo era muy intolerante, eso si, el celular que me regalaron a los catorce me ayudo a despejar mi mente de la influencia de mi madre.
Pero, creo que en el fondo de mi pensamiento, sabía que lo que decía eran simples mentiras. Sabía que mi madre las criticaba porque ella nunca pudo ser como ellas. Ella nunca tuvo confianza, no se sentía bonita. Extraño. Ya que solía pensar que mi padre la alagaba bastante, pero solo le decía comentarios bonitos cuando ella se lo pedía. Si no, casi no comentaba.
Pero yo no soy ella, yo soy mi propia persona, creada por mi. No un clon de mi madre. Ya no busco su aceptación como si fuera un tipo de perro faldero.
Ella ya no está aquí. Y, aunque me duela en el alma aceptarlo; ya que significa que no tengo y no me queda nada de ella. Ya no tengo que hacer todo lo que ella diga. Ella está muerta. Ella y todos los que me ataban con cadenas desaparecieron de mi vida.
Quizás me llamen egoísta, quizás no les agrade el cómo esté pensando pero no me importa. Mi forma de lidiar con el trauma de ver a mi familia asesinada es dejándolos ir, eso significa eliminar cada rastro que quede de ellos en mi. Y, si soy honesta, no me molesta, no se me hace tan difícil como esperaba.
Lentamente llevo un gloss rosa a mis labios, nunca me ha gustado que el labial cubra por completo el color natural de los labios; así que un gloss era perfecto para mi. Mis labios quedando brillantes y vivos y con unos ligeros brillos. Nunca me había dado cuenta de lo grandes que eran; bueno, siempre los rompía por lo tanto los veía bastantes feos.
Al terminar sigo con mis ojos, suavemente paso una brocha para sombra de ojos en mi parpado superior, la sombra también está siendo rosa. Si no caen en cuenta, mi color favorito es el rosa. El color fundiéndose con mi piel, haciendo parecer mis ojos mas marcados y con unos brillos alrededor, a su ves suavizando mi mirada. Al terminar de difuminar la sombra sigo con el delineado, sería una de las primeras veces en que hago uno pero no creo que me quede mal.
Después de unos minutos logro hacer un delineado con el cual me sentí satisfecha, este combinando bastante con mis ojos caídos y combina bien con la sombra.
No crean que soy una genio con el maquillaje, todo esto lo aprendí de ver como Elinor se maquilla cada mañana. Y tambien que en mis recitales de ballet solía maquillarme un poco para parecer mayor, por alguna razón al publico le gustaba.
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Vold: Resurrection #1
Fiksi Ilmiah«Este libro cuenta con escenas explicitas y sangre. Leer bajo tu propio riesgo» Todos conocen las típicas historias de cuentos de hadas, donde la protagonista logra salvar al mundo y es alabada como una heroína. Bueno si estas buscando eso es mejor...