Septiembre 02,1770, Londres

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Debería comenzar diciendo algo como "querido diario", pero me he acostumbrado a pensar en que alguien está leyendo esto y no solo se ha quedado mi vida en un anaquel, espero estés bien, mi estimado lector, realmente me gustaría saber tu nombre pero eso es imposible, yo vivo en el pasado para ti y tu vives en un futuro desconocido para mí, al final tú sabrás más de mí que yo de ti.

En estos días me rondaba una pregunta por la cabeza, ¿qué clase de música hay en tu presente? me gustaría saberlo, justo ahora me decanto por Wolfgang Amadeus Mozart, nunca he sido hombre de cultura hasta que recién comencé con mis lecciones, Taehyung se ha ido por las ramas mientras me enseñaba matemáticas y se ha inclinado a nuevos caminos, hace unos días probó con música, de todos los pianistas y compositores que me mostro, él, fue quien más atrajo mi atención, a la par me he enterado que comparto el mismo gusto con mi profesor, he aprendido en estos momentos donde estamos cerca unas cuantas cosas sobre él, siendo honesto algunas me asustan, por si no fuera poco la apariencia del hombre, también cuenta con gustos y maneras que me erizan la piel.

Mientras tomábamos un descanso he querido aprovechar para limpiar un poco el sitio en el que estábamos pero por torpeza no noté un abre cartas que estaba sobre un mueble y me corté la palma de la mano, no había pasado ni un segundo cuando me jaló del brazo y fui conducido hasta el lavamanos del baño, me vendó casi cortando la circulación y después solo vi su molestia conmigo por aquello, en ese momento pude apreciar su rostro, no sabía si todo el día había lucido así,  el hombre lucía cansado, hasta su piel se tornó de un gris extraño, estaba enfermo, pensé, nada de eso, me comentó que solo había dejado de alimentarse correctamente pues su dieta es estricta y en esa época del año escaseaba su carne favorita. Hombre extraño.

Supongo que es como cualquier rico, aunque me parecía más una rabieta, a ello se aunó una conversación algo extraña para ojos de externos y muy normal para mí.

«—¿Puedo saber cuál es?»

Sus ojos son bastante intimidantes por si no lo había mencionado, me miró mientras alzaba una ceja y dejaba que su boca cuadrada reluciera sus aperlados dientes para después responderme.

«—No importa, igual no podrías conseguirla.

—Soy un buen cazador, no se deje llevar por mi apariencia, aún en esta condición podría cazar los animales suficientes para alimentar a varios vikingos hambrientos.»

Aquello le pareció interesante pues me ha invitado a cazar con conocidos de él, burócratas, he aceptado la oferta, no podría evitar una cacería aunque eso signifique estar rodeado de la clase de gente que mis padres evitaban, después de nuestra inusual conversación su rostro volvió a su semblante molesto por el incidente de mi mano y lo noté porque no dejaba de verla con un gesto extraño, si, aquello había sido mi culpa, pero era mi mano y a mí era a quien le dolía, supuse que solo le desagradaba mi torpeza.

Pasó todo aquello y volvimos a lo nuestro hasta que el reloj marcó las siete de la tarde, me mencionó que habría visitas y que lo mejor era retirarme a mi habitación, lo mejor realmente era hacerle caso, ¿recuerdas mi última proximidad con uno de sus "invitados"?

Si te preguntas que ocurrió con Namjoon no tengo idea y me importa poco, es un loco que podría atacarme, igualmente mis dos manos se encontraban dolientes y el dolor en mi pierna empezaba a hacerse presente a todas horas lo que me hacía evitar situaciones así de nuevo.

Caminé por los pasillos con radiantes ventanales, aquello gracias a mí, así como mis pasos me acercaban a mi habitación se dejó oír la puerta principal, dos golpes fue lo que escuché a través del eco de la residencia, esperé a que Taehyung fuera a abrir pues no sabía bien que hacer, ante su nula atención corrí al llamado para abrir la puerta, tras ella dos hombres de aspecto cansado se dejaron ver, sus ropas dejaban ver su presunción, los adornos de su ropaje no podían destacar más ante mis ojos que aquella joven que los acompañaba, los adentre y les dejé en la sala, quería dirigirme al fin a mi cuarto pero la joven mencionada se acercó a mi pidiéndome que le diera un poco de agua, me acompañó hasta la cocina, ahí surgió una conversación bastante casual y por completo carente de rimbombantes palabras que agradecí.

Amantes funestos (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora