Octubre 30, 1770, Londres

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Han pasado masomenos dos semanas si es el día que yo creo que es, en este lugar no hay ni una entrada de luz que me permita orientarme, aun así estoy muy seguro de que es sábado, a este punto que importa el día que sea, ¿no?, estoy encerrado y me siento a desfallecer, se me suministra una comida al día y tres vasos de agua, no hay una cama, no hay cobijo y mi ropa está llena de sangre.

En estos días he visto a diario a Felix, me saca de esta celda y me conduce por un pasillo a oscuras, me ha dicho que él puede ver perfectamente en la oscuridad total, yo me he lastimado en aquella caminata, al final de aquel interminable pasillo llegamos a un cuarto, está tapizado de color rojo, tiene una alfombra afelpada, juraba que aquel cuarto sin ventanas estaba vacío y lo estaba, hasta que el movió una pared y sacó de ahí un artilugio del que desconocía su función.

«—¿Sabes para que sirve esto? Tu rostro me dice que no, en la época medieval se usaron este tipo de artilugios para infligir castigos a homosexuales, brujas, traidores, eran muy listos los del medievo, he tenido bastantes años para leer un sin fin de libros y entre ellos me encontré los de tortura, quería hacerle cada método, uno por uno a Taehyung, debía pagar, pero no servirán de nada, a él ya no le importa su vida , de hecho creo que jamás lo hizo, lo recuerdo a la perfección con su familia, él era el único de ellos que en verdad no parecía un vampiro, cuando los encontré, me cuestioné mucho sobre si matarlo a él era correcto, lo espié cada mañana, cada noche, tan solitario como lo es ahora, pero algo cambió, te encontró a ti.

—Yo solo fui un sirviente.

—Claro que no, vio en ti lo mismo que yo puedo ver, supongo que eres afortunado y a la vez desdichado, o quizá solo muy tonto, como sea, tu servirás mejor que cualquier castigo que le pueda infligir, veraz, un vampiro no muere con estas cosas, menos los originales como él, creados por hechizos de bujas , los neófitos en cambio, nacidos de su sangre pútrida y la sangre de una virgen, no son más que errores que los mismos vampiros acaban matando, como a mi hermana, así que yo podría romperle el cuello todas las veces que quiera, pero no habrá efecto alguno, a excepción de que lastime algo que él quiere.»

Cuando terminó de hablar, tomó mis manos y las besó, realmente no estaba entendiendo a que se refería, no fue hasta que colocó aquel instrumento que rodeo mi dedo anular e índice de ambas manos, en medio tenía una pieza en forma de mariposa incrustada en una especie de clavo, le dio vuelta y aquello prensó dolorosamente mis dedos, caí al suelo tratando de liberarlos, solo empeoró con cada movimiento, podía ver el hueso y sangre brotando, mis oídos solo escucharon un sonido agudo y mis ojos se salían de sus orbitas, cuando estuve a punto de desmayarme, observé como se inclinaba hacia mí extendiendo su brazo, en su boca no tardaron en aparecer unos afilados colmillos nevados, los incrustó y desgarró su propia piel, después aquel líquido lo derramó sobre mi boca, el sabor era tal y como lo recordaba, mi mente se despertó, ya no tenía ganas de desmayarme.

La herida cicatrizaba y se volvía a abrir, era aún peor.

«—Me divierte mucho verte así, ¿qué tan divertido crees que le parecerá a él verte así? Prometo que lo averiguaremos pronto Jungkook, ahora necesito perfeccionar mi técnica, necesito provocar en ti las ganas de querer morir, eso seguro lo destrozará.

—¡Detente por favor!

—Vamos, resiste un poco más, aún faltan 110 artilugios de tortura.

—Haré lo que quieras, solo detente.

—Esto es lo que quiero, así que nada me detendrá. »

Miraba orgulloso mi sangre y lágrimas, pronto vi en él algo extraño, su mirada se vacío, concentró su mirada en un punto, se acercó lentamente con sus colmillos expuestos hasta mi entrepierna, me quitó el pantalón y ahí tocó con sus frías manos mi piel, sabía lo que iba a suceder, aquello era el hambre de un vampiro.

Amantes funestos (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora