Octubre 01, 1770, Londres

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En estos dos últimos dos domingos que han pasado después de mi último escrito he desarrollado el gusto de salir a la plaza, mejor conocido como parque público, suelo sentarme en las bancas dispuestas por todo el lugar, me gusta sentarme ahí a despejar mi mente del lúgubre lugar en el que trabajo, dejo que mis pensamientos me lleven de vuelta a la casa de mis padres donde mi hermano contaba algún chiste y mi mamá golpeaba su hombro mientras reía, mi padre con su periódico y su cigarro tratando de ocultar su risa y yo, sentado en la mesa viéndolos felizmente, extraño eso, el cálido abrazo de mi madre, la voz de mi hermano que me contaba cualquier historia que oía en la calle y a mi padre que ocupaba cualquier momento para darme una lección de vida.

Mi antigua vida pudo carecer de lujos o de cosas interesantes, pero, los tenía a ellos, no eran perfectos, lo sé, con solo saber la historia de amor de mis padres sé que no lo eran pero eran sinceros a sus propios deseos, se conocieron en una mascarada realizada años atrás en el mismo sitio donde paso mi descanso dominical, así es, se conocieron en el mismo Londres donde me hallo.

Por eso conduje mis pasos a este sitio cuando buscaba trabajo, ellos siempre me hablaron de este lugar y del crecimiento que tuvo desde años atrás, para mi mala suerte nunca conté con que mi pierna estaría así de mal y que resultaría una imposibilidad, menos mal pude trabajar en la mansión.

Mi estado de salud mejora exponencialmente, le debo eso al ungüento de hierbas que me sigue suministrando Taehyung, ha sido amable, tanto así que, a diario me ha invitado a comer con él, vamos a donde se disponen por toda la calle restaurantes y lugares para tomar té, a los que he entrado, debo decir, que me he sentido totalmente fuera de lugar, claro, he pasado desapercibido por el ropaje brindado por mí mismo acompañante.

En alguna ocasión le dije sobre lo que dirían de él por estar invitando a la servidumbre a comer, se dio cuenta que lo decía por las miradas de algunas mujeres y no pude evitar pensar que su respuesta era una tontería.

«—¿No estas acostumbrado a que te miren las mujeres?

—Ciertamente no, pero me imagino que deben pensar lo inapropiado que es invitar a alguien como yo.

—Mi joven e inexperto amigo, debo decirte, que te miran porque les llamas la atención.

—No entiendo.

—Lo diré más claro, ocurre con ellas lo mismo que con Camille, deberías dejar de quitarte valor, eres atractivo y muy encantador de forma natural, no sé cómo no han llegado más chicas a mi puerta preguntando por ti.

—¿Más?

—¿No te he dicho?, lo he de haber omitido, han ido a la mansión tres o cuatro jóvenes de buena familia preguntando por ti, obviamente no con tal descaro, pero, sí que lo han mantenido implícito, he dicho que te encuentras cortejando a una señorita, no dije su nombre, creí que eso era lo mejor, tú quieres a Camille, ¿no?

—Claro que sí, le agradezco que dijera eso, no me gustaría tener un malentendido con ella, aun así me es difícil creer lo que dice.

—Pues que no te parezca tan dificil, la ropa que usas, tu cabello que has dejado crecer y que mantienes siempre bien peinado, te dan cierta presencia, también puedes agradecerme porque a tu lado no soy más que un solitario hombre que hace que destaques aún más.

—Bueno, si es así el caso, ellas perderían su tiempo.

—¿Enserio? llegas al esplendor de Londres y no disfrutas de los placeres que este te puede brindar, es una pena, pero es tu primer amor, supongo y está bien que mantengas la creencia del amor de los libros, ahí tienes Romeo y Julieta, un día eso acabara y si quieres conocer por fin lo que te ofrece este lugar con sus callejones, dímelo.

—¿Puede ser más claro?

—No sé si lo has notado, pero, suelo salir muy temprano por la mañana, mis asuntos me gusta que se mantengan privados, por ello, me dirijo a algún burdel o callejón donde alguna mujer quisiera ganar unas cuantas libras por su compañía, si es así me gusta traerlas a casa, soy cuidadoso y si en efecto tu no has visto esto es que soy precavido, mucho, así que, vive la fantasía que quieras, cuando eso acabe, dímelo. »

Aquella vez a pesar de lo que me confeso disfrutamos de la mutua compañía por horas, cuando no se propone ser espeluznante y raro puede ser agradable, también como podrás leer, quizá mis teorías se han venido un poco abajo con su confesión, si lo que dice es verdad, lo que he encontrado en las habitaciones no es más que joyería de aquellas mujeres y sus salidas matutinas son solo en búsqueda del placer, otro dato importante es que recien esta mañana he leído que atraparon al asesino de aquellos jóvenes, vivía cerca de aquí, era el asistente de un juez.

Antes ya contaba con pocas pistas que me dijeran lo que oculta este sujeto pero ahora con esto perdí dos de las más importantes, al menos se ha abierto conmigo y puedo averiguar más cosas de su viva voz, me siento más tranquilo en cuanto a que no moriré en manos de un loco, por otro lado tengo a Camille.

Me he escabullido hasta su cuarto subiendo por una enredadera que da directo a esta, me habló en aquella oportunidad sobre su familia que estaba pensando seriamente en enviarla lejos a estudiar en un convento, no puedo dejar que eso pase y le he prometido que escaparíamos antes de eso.

Me quedan cuatro semanas para averiguar cómo haré tal cosa, tengo dinero suficiente para que escapemos rumbo América, llegando ahí deberemos quedarnos en algun lugar no tan costoso, ella misma propuso que pudiera entrar como hilandera en alguna fábrica mientras que yo trato de recuperar mi puesto como reparador de maquinaria, suena bien, no viviremos con lujos y sé que será dificil pero prefiero trabajar incontables horas a dejar que ella se vaya así de mi lado.

Si tú la conocieras querido lector, verías lo asombrosa que es, cada segundo con ella es un tesoro invaluable, te confesaré que me pone triste alejarme aun más de la tierra en la que crecí y a la par siento cierta pena por alejarme de Tae, le diré en algun momento lo que planeo, quizá le escriba estando ya en suelo americano, me sentiría mal de dejarlo por completo solo.

Uno debes seguir el camino que crea correcto, eso haré, mis padres lo hicieron en aquel encuentro de la mascarada, aún sin poder ver sus rostros por completo sintieron una conexión, ambos estaban casados y aun así decidieron verse en secreto por incontables días, así fue hasta que decidieron huir. Trabajaron arduamente por horas para pagar aquel terreno en donde mi padre le construyo su casa, donde hicieron un sembradío que les ayudo a tener el dinero suficiente para traer a mi hermano, después mi padre se enlisto y a su regreso estaba listo para hacer crecer su familia conmigo.

Taehyung no cree en el amor, pero digamos que soy muestra de ello, no tengo miedo a la decisión que he tomado, ahora solo debo ponerme manos a la obra.

Algo que casi me olvido de decirte es que ese sujeto, el tal Felix, me ha estado siguiendo, todas las veces que salido de la mansión para ir a hacer algunos mandados o para ir a recoger algo de Kim, ahí está, en cada esquina, en una ocasión fue tan descarado que se puso a caminar a mi lado y volvió a extenderme su tarjeta, la única diferencia es que en aquel símbolo de la daga se hallaba una mancha, sangre, no sé si esto es una amenaza pero no interferirá con mis planes.

Anotaciones

No me he querido rendir tan fácil con mis pistas, he esperado a que saliera de la casa por la mañana y volviera a la casa con alguna mujer, así fue, lamentablemente me quedé dormido y no pude corroborar en qué momento se ha ido la joven.

Llegó un sobre cuando estaba anocheciendo, en él se leía "Centro mental", no abrí el sobre pero quería en verdad ver su interior, así que lo he puesto frente a una vela y he leido la transparencia, era una carta de su hermano Namjoon.

Al menos no lo mató.

Querido lector espero pronto te esté contando noticias sobre Camille, en dos días iré de casería como te lo había contado, espero sea divertido.

J.J.

Amantes funestos (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora