➪ 24.

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Marco el número de Hakkai y este contesto al segundo tono.

—Hakkai, necesito que cuides a los gemelos por unos minutos, para salir a buscar algo — hablo, algo agitado.

—De acuerdo, ya iba en camino, también te necesito para algo ¿Que vas a buscar?

—Te digo cuando lo encuentre — dijo, pues los gemelos estaban a su lado y no podía revelar el regalo de Yukine un día antes de su cumpleaños.

La llamada termino y unos quince minutos después el ya conocido auto negro de su novio estaba frente a su casa y de el bajaba el dueño, caminando hacia la casa. Mitsuya se apresuro a abrirle.

—Ya comieron, pero Yuki no ha hecho lo tarea, encárgate por favor, ya vuelvo — dijo, hablando de manera apresurada poniéndose de puntillas para dejar un suave beso en los labios de su pareja, apenas un roce antes te tomar sus llaves, celular y salir corriendo fuera de la casa.

Hakkai no estaba muy seguro de en qué momento se ganó la confianza del omega al punto de que lo dejara cuidar de sus hijos con tranquilidad, pero el simple pensamiento le hizo sentirse orgulloso de si mismo.

—¡Hakkai! — exclamó Yuu, que iba bajando las escaleras y lo vio en la entrada, el niño de casi siete años corrió hasta el y se colgó de su cintura. El ruido llamo la atención de Yuki, que estaba recostado de cabeza en el sofá, viendo la televisión.

Cargo a Yuu en brazos hasta la sala y lo dejo sentado junto a su hermano.

—Yukine, trae tu tarea, te ayudaré a hacerla — le dijo, el niño negó y escondió su cabeza bajo un cojín del sillón.

—No quiero. — escucho la voz del niño, amortiguada por el cojín.

—Bueno, entonces supongo que no podré darte tu regalo mañana — dijo, desinteresado, captando la atención del niño que se sentó de golpe en el sillón y le volteo a ver completamente indignado.

—No te atreverías... — dijo, entrecerrando los ojos.

—Oh, si que lo haría. — contesto el mayor, sintiendo cada vez más diversión ante la situación.

Yukine lo miro indignado, sin embargo se levantó y fue escaleras arriba, bajando un poco después con su mochila y otras cosas en mano, puso todo en la mesa y lo miro, esperando que lo siguiera.

Mientras ayudaba al niño con la tarea, recordó que la tarea de los niños de primaria era realmente fácil, además Yukine era realmente inteligente por lo que acabaron rápido.

—No tardaste ni veinte minutos, ¿Porque no la hiciste antes? — pregunto, al terminar.

—Es aburridoo — contesto, alargando la última vocal con tono desganado. Hakkai negó con una sonrisa y le indico al menor que recogiera sus cosas y las llevará arriba.

Le dio un vistazo a Yuu, que estaba jugando en el suelo con algunos bloques de lego.
Y con algunos trato de decir que el niño ya había formado todo Manhattan, se sorprendió de los tantos edificios que había hecho en tan solo el tiempo que estuvo junto a Yukine. Literalmente la sala de estar y el inicio de las escaleras estaba repleto de legos perfectamente formados, apenas y había lugar por dónde pasar.

Yukine llegó hasta el de nuevo, esquivando la creación de su hermano, venía concentrado en no hacer caer nada.

—Está en problemas — dijo riendo, cuando llegó hasta el.

—¿Porque? — pregunto curioso.

—A papá no le gusta que llene la sala con sus cosas, siempre que sale Yuu se aprovecha, pero si no alcanza a quitarlo antes de que llegue, está en problemas.

Hakkai trato de no reírse del hecho de que Yukine estaba más ocupado riéndose del próximo castigo de su hermano que preocupado por el o ayudándole a limpiar.

“Vaya sentido de la hermandad” pensó.

Estaba por acercarse a ayudar al menor de los gemelos cuando el timbre de la casa sonó, Hakkai sabía que no era Takashi, porque el chico claramente tenía las llaves de su propia casa, pero quiso darle un pequeño susto a Yuu.

—Deberías esconderte — le susurro entre risas, el niño lo observo con pánico y corrió escaleras arriba, desatando las risas de Yukine, que lo siguió también. El se acercó a abrir la puerta.

—¡Hola Mitsuya! — hablo la persona cuando abrió la puerta, mientras metía algo en su bolsillo del pantalón. Hakkai distinguió que eran unas llaves. — Oh, no eres Mitsuya.. — descubrió, al levantar la mirada.

—No. — contesto, con un tono más grosero de lo que habría querido, pero es que simplemente la presencia de Haitani Ran le era insoportable.

—¿Y dónde está? — pregunto, asomándose por el hombro de Hakkai.

—No está.

—¿Y que haces en su casa? — inquirió, sonando incluso molesto.

—No te incumbe, el que no debería estar aquí eres tú. — escucharon a una tercera voz, detrás de Ran.

Al mirar en esa dirección vio a Takashi, venía cargando bolsas de supermercado. Hakkai se apresuro a hacerlo a un lado para ayudar a su novio, el cual le agradeció con una sonrisa antes de volver a mirar a Ran de la misma manera en que un gato observa al agua antes de un baño.

—Vete y deja de venir, eres exasperante Haitani. — probablemente Hakkai jamás había escuchado a Takashi hablar de esa manera tan fría y sería, normalmente el chico era un pilar en el cual apoyarte, siempre amable y comprensivo.

—Venía a saludar, nada más — hablo.

Takashi le dirigió una mirada de incredulidad y hastío puro.

—No me importa, vete. — musitó, pasando por su lado y entrando a su casa sin dirigirle una segunda mirada. Hakkai fue tras el con prisa, para decirle que tuviera cuidado en donde pisaba.

Claro que no supieron más de Ran por el resto del día, pero Takashi ya había captada la mirada dudosa de Hakkai desde que entraron, como si se preguntará qué hacía Haitani ahí de nuevo.

—Ha estado apareciendo todos los días desde la otra vez, no tengo idea que quiere pero es persistente. — aclaro, mientras guardaban las compras en sus respectivos lugares.

—¿Porque no me dijiste? — Takashi suspiro.

—No quería hacer un problema de ello, está bien, basta con aventarle algo para que se vaya — comento, tratando de reír pero sin embargo salió más como una mueca.

—Es sospechoso, no sabes cómo consiguió tu dirección y viene todos los días, puede incluso ser peligroso, no deberías guardarte las cosas, lo que está haciendo es una violación a tu privacidad y puede tener problemas legales por ello.

—Pero no los tendría — rebatió el, desganado. Se recargo con los codos en la encimera y apoyo su rostro en sus manos, soltando un largo quejido de pura frustración. —Es así, ya he intentado hacer denuncias a acosadores antes, pero siempre es igual, yo soy omega y ellos alfas, su voz cuenta y la mía no.

—Takashi... — el omega soltó un suspiro ante la voz preocupada de su novio. Quiere decirle que está bien, que no se preocupe pero está tan fastidiado con la situación que no tiene la fuerza de hablar. Siente como Hakkai le abraza por la espalda y ambos se quedan en silencio, en esa posición hasta que Hakkai decide volver a hablar. —No puedo comprender tu frustración, siempre he tenido todo tal y como lo quiero desde que era un niño, ya sea por tener dinero o ser alfa, pero voy a apoyarte, de acuerdo? Eso jamás va a faltarte.

Takashi sonríe y se da la vuelta para corresponder al abrazo, segundos después se separan y comparten una mirada cariñosa.

—Espera aquí — le dijo el omega y camino hacia la sala de estar, el se quedó en la cocina, terminando de ordenar las compras. — ¡Mitsuya Yuu, ven aquí! — gritó.

Hakkai recordó la ciudad de legos improvisada y sintió lástima por el menor de los gemelos, pero las ganas de reír eran más.

FUTURE ⸻ MitsukkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora