Capítulo V

110 102 7
                                    

Nota del autor: Hola a todos espero que estén disfrutando de esta historia. Con esta pequeña nota quería agradecerles a todos los que me han estado apoyado en la realización de este libro, en específico a dos personas muy especiales que siempre me  aconsejan y que quiero mucho: @Donatella1212 y @ClaudiaMarievisRodrg.

       También decirles que esta nueva parte fue inspirada en la trama de “La trampa de la tienda” un capítulo de una de mis series de detectives favorita. Sin más los dejo, Gracias y espero que les guste.

         Café Roxanne - 6: 05 pm

       El miedo reflejado en la cara de Meybis hizo que me pusiera nervioso. No sabía que hacer y si llegaba la policía la iban a detener hasta que se pudiera mostrar su inocencia. Su jefe tenía todas las de creer que ella era la ladrona. Pero ella lo negaba rotundamente, y yo le creía.

       –A propósito ¿que fue lo que se llevaron exactamente? –pregunté.

       –De todo un poco -dijo su jefe con voz acusadora. Cigarros, comida preparada, té, refrescos, gaseosas, chocolates, algunos paquetes de caramelos y demás. Es fácil imaginar porque se llevaría esas cosas.

       –Eso es cierto -dijo Michael colgándose su mochila azul de un hombro.

       –¿Pero si ella hubiese sido quien robó esas cosas tambíen tendría que haber sido grabada por las cámaras no? –pregunté como si tuviera la solución de todo en esa pregunta.

       –Las cámaras solo funcionan en el horario en que se atiende a los clientes, sinó las cuentas de luz serían demaciado altas.

       –¿Por eso está oscuro el pasillo verdad? -preguntó Michael.

       –Bueno, es que estoy intentando ahorrar para recuperar lo perdido. Los clientes que usan el baño siempre vienen y se acostumbran a la oscuridad.

       –Meybis no te pareció extraño ningún cliente -le pregunté tratando de buscar otro culpable.

       –Si, es verdad, agregó Michael. Tuviste que haber visto algo que te llamase la atención. 

       Michael parecía interesado en ayudar. No parecía el mismo idiota con el que tuve una pelea. Aunque todavía seguía evitándome con la mirada.

       –No, nada fuera de lo normal -respondió. Aunque los tres que usan siempre el baño… Colocó su mano en la barbilla.

       –¿Cómo son estas personas?
 
       –Una de ellos es una muchacha joven de pelo rubio y que siempre lleva gafas oscuras.

       –Danos Más detalles -pidió Michael.

       –Siempre se queda hasta que cerramos, compra un paquete de caramelos, pide el menú de la cafetería y se queda leyéndolo.

       –¿Se queda leyendo el menú hasta tarde? 

       –Sí, lo raro es que nunca pide nada más, solo compra comida instantanéa al marcharse. Además es bastante descarada, suele tirar la envoltura de los caramelos al suelo y hay veces en las que molesta a otros clientes, le he llamado la atención varias veces pero no hace mucho caso. El segundo tiene pinta de ser un oficinista o algo por el estilo. Parece tímido e indesiso.

       –¿Tímido? ¿Porqué? -preguntó Michael con un tono muy particular.

       –Sí. Siempre está mirando al suelo. No le dice nada a la muchacha de los gafas cuando se burla de él, y siempre que va al baño deja pasar a los demás primero. Únicamente compra caramelos y en algunas ocasiones le he visto comprar pilas eléctricas a Tom, uno de los dependientes de aquí.

InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora