Lo que menos esperaba era escuchar tu voz entre tanto murmullo de la cena.
¿A qué jugamos?
Tu voz se cortó después, pero incluso me llamaste con ese apodo.
Me sorprendí y volteé a verte,
tenías esa mirada de determinación,
como si estuvieras aceptando un reto.No quería hacer frente a eso
y no porque tuviera miedo,
es que así deben ser las cosas.Seguí mi camino.
Es lo que debemos hacer, sigamos nuestros caminos, los dos tenemos nuestras propias metas.
Sólo dejemos esto.