Capítulo uno:"Una nueva vida sin fundamentos explicados"

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Cuando la primogénita del emperador nació, soltó un llanto estrepitoso. El médico real alegó que era una buena señal, los pulmones se habían desarrollado perfectamente.

Pronto la nena pasó a estar en los brazos de su madre, que aún debilitada por el parto, quiso sostenerla por sí sola. Era una linda princesa, pequeña y frágil, asustada por su nuevo entorno y, como aventurera temerosa, abrió sus grandes ojos para divisar a una hermosa mujer de mirada angelical.

La noticia se esparció como pólvora, en pocos minutos todos los palacios estaban enterados y fue cuestión de horas para que el imperio completo conociera las nuevas buenas. Los festejos no se hicieron esperar, en menos de dos días se armaron misas, ferias y banquetes, todo en honor de la nueva soberana. La población entera estaba más que contenta, muchos comentaban que su nacimiento era un augurio de prosperidad, sobre todo, en esas fechas.

Todo era dicha y regocijo en el imperio, sin embargo, existía un alma afligida en medio de toda esta actividad.

Cosette tardó un poco en entender su situación, todo sucedió de una forma tan repentina que su cabeza aun no lo procesaba correctamente. Al inicio creyó estar en la mezcla macabra de un sueño y una pesadilla , de esos en los que no eres consciente de tu realidad. Sin embargo, desechó la idea cuando los días empezaron a transcurrir. Su desorientado cerebro le ordenaba mantener la calma, pero sus emociones no parecían decir lo mismo.

No lo aceptó al principio, pero cuando vio que no podía hacer nada en contra de su fatídico destino decidió dejarlo ahí, aunque internamente su corazón gritaba por volver a su vida normal. No era de las personas que se quedaban calladas ante cualquier percance, pero en esos momentos ¿Qué demonios podía hacer? Ahora era una bebé a la que le habían arrebatado todo lo que amaba.

Las primeras noches fueron difíciles, siempre despertaba llorando y con la imagen de su familia en la cabeza, los extrañaba mucho. Sus sollozos eran evidencia de la desdicha de su corazón. ¿Y cómo no tenerla? Si cada vez que cerraba los ojos y entraba profundamente en su conciencia, veía a sus hermanos reunidos. Su linda familia, esperando su llegada para celebrar su nueva función de baile.

De seguro Ji-on fue quien decoró la sala junto a Anthony. Luciel estaría a cargo de la comida y Philip traería whisky a escondidas de todos. Jhuliam mantendría las cosas en calma o solo se reiría de todos.

Quería ir, estar cerca, solo tenía que caminar a la puerta de su hogar pero, cada paso que daba hacía retroceder la casa. No importaba si corría o gritaba, todo se alejaba de ella. La oscuridad empezaba a ser más espesa y la envolvió con mayor rapidez. Su voz no salía, estaba muda. De nada servía que sus cuerdas vocales se desgarraran por palabras que no podía pronunciar. Llanto, eso era lo único que se le estaba permitido.

— Ya, ya, mi pequeña — Las cálidas palabras entraron en su corazón y la despertaron de aquel trance horroroso. Cosette sentía su cara húmeda, nuevamente había tenido pesadillas, algo muy usual por las noches. Sentía la garganta adolorida y aun daba ,pequeños y entrecortados, gimoteos — Mamá está aquí. No llores más cariño — la estaban arrullando. Esa mujer la llevaba de un lado a otro mientras canturreaba una canción de cuna. Se había levantado personalmente solo para atenderla.

Tal vez, la única persona que podía calmarla era ella, su "nueva" madre. ¿Qué extraño, no?. Sus arrullos lograban cesar el llanto, su voz apaciguaba el corazón y su canto le dejaba dormir tranquila. ¿Ese era el poder secreto de las madres?. Si es así, entonces es lo más divino que había conocido. No iba a negar que dormir a su lado le causaba un placer excepcional, junto a ella los malos sueños no se atrevían a acercarse y por fin lograba caer en los brazos de morfeo.

¡Vuela mariposa! ¡Vuela!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora