La Familia Hyūga ⚠️

La Familia Hyūga ⚠️ III

La Familia Hyūga ⚠️

Mí cuerpo tembló involuntariamente cuando sentí algo muy bueno antes de despertar. Gemí mientras la neblina del sueño se disipaba, mí respiración se hizo trabajosa cuando me dí cuenta lo que estaba pasando. Mis ojos se abrieron y miré hacia los pies de la cama, donde la sábana turquesa mostraba una campaña. Y no crean que me estoy agrandando, pero era enorme. Jadeé cuando la boca húmeda y caliente de Hinata chupó mí polla con una erección mañanera.

Con una de mis manos tomé la molesta sábana y la aparte de una, viendo la coronilla de la cabeza de mí delicia mientras atendía a mí miembro con su boca y manos.

—Buenos días, delicia— gruñí.

Hinata alzó sus ojos mientras chupaba con fuerza la cabeza de mí eje, sus perlas brillantes y ansiosas. Me mordí el labio al verla tan sexy con su boquita rosa alrededor de mí polla hinchada. Ella la soltó con un chasquido y sacó su lengua, para darle un lametón como si fuera una paleta.

—Buen día, bebé— su voz sensual y baja, su boca curvada con una traviesa sonrisa.

Mis abdominales se apretaron cuando mis manos fueron a su cabeza, tomando su cabello, formando una coleta para que no se juntará en su cara mientras ella volvía a meterme en su boca. Una de ellas se quedaron allí, mientras la otra iba a atrás de mí cabeza, para ponerme cómodo y verla hacerme la mamada, acomodé la otra almohada en mí espalda para estar semi sentado. Una de mis piernas se dobló para darle más espacio entre ellas. Gemí al ver la curva de su trasero desnudo y el asomó de sus pechos redondos, mientras se concentraba en tragarme profundo.

—Hinata— gruñí cerrando los ojos cuando me trago más profundo haciendo que los músculos de su garganta se cerrarán con golpes rítmicos en mí polla.

Retuve la respiración mientras ella subía de nuevo, los ruidos de deleite y gemidos quedaban ahogados por mí eje en su boca. Solté un siseo al bajar la mirada, Hinata me calentaba demasiado, pero aprendí a no correrme apenas me tenía en su boca, por más que mis sesos de quemaran por ello. Ví su hermoso culo moverse mientras seguía apasionadamente chupándome y fruncí el ceño por lo bien que se sentía.

—Quiero ese coño en mí boca, delicia— gemí y ella alzó la mirada sin dejar de hacer lo suyo—. Móntame la boca, amor— supliqué.

Hinata gimoteo al sacar mí miembro de su cavidad, yo solté su cabello y se movió para poner su trasero en dirección a mí cara. Siseé mientras sacaba una de las almohadas y apretaba mis manos en su grandioso culo, abriéndolo para ver su raja rosa y mojada.

—Que paisaje hermoso delicia— ella siguió moviendo sus piernas por afuera de mí cuerpo hasta que su coño estuvo sobre mí cara—. Que rico desayuno. Gracias por la comida— gruñí mientras mí lengua salió para sentir sus jugos dulces.

Hinata jadeó y tembló sobre mí, pero no estuvo mucho tiempo quieta. Agarró la base de mí polla con su mano y ahogó sus gemidos metiéndome de nuevo. Yo también gemí, concentrándome en chupar su clítoris y jugar con él con mí lengua. Mis manos se hundieron más en su carne cuando Hinata comenzó a poner todo de sí en mí polla. Sus gemidos me hacían vibrar desde la punta de mis pies hasta mí cerebro.

Los dedos de mis pies curvándose, mis músculos se tensaron. Mí boca dejó su clítoris mientras tiraba la cabeza hacía atrás, cerrando los ojos con fuerza mientras hacía que la punta de mí miembro golpeara con su garganta una y otra vez.

—Joder..— jadeé si aire.

Hinata movió su trasero sobre mí, como diciéndome que no dejará de chuparla. Mí pulgar fue a su clítoris y lo froté con la presión y velocidad que sabía que a ella le gustaba, mientras mí lengua se metía en su funda húmeda y rosada. Hinata gritó, pero sin sacarme de su boca. Eso hizo algo en mí. Mis caderas se subieron de golpe y comencé a follar su boca mientras mí mano apretó su culo para que su raja no se apartará de mí boca demasiado ansiosa.

—¡Oh! ¡Joder! ¡Si!— gemí extasiado contra su coño, mí dedo no dejó su clítoris y mi lengua se encargó de recorrer su vagina llena de su crema.

Hinata gimoteo algo en mí polla, no entendí lo que dijo, perdido como estaba en las sensaciones. Apreté con más fuerza su clítoris, mientras otro de mis dedos entraba en su coño y mí lengua fue a el agujero fruncido de su culo y se lo lamí, lleno de sus jugos. Hinata soltó mí polla mientras lo apretaba con su otra mano y se quejó.

—Que rico... Ay, Naruto—, yo dupliqué mis esfuerzos y no tardó tanto en darme frutos—. Oh, si. Me corro, Naruto... ¡Naruto!— jadeó sin aire.

Su cuerpo comenzó a temblar sobre mí, pero ella no se había olvidado de mí polla dura como el granito. La masajeó con fuerza y yo jadeé con fuerza cuando mí piel se hizo de gallina y apreté las plantas de mis pies en la cama. Hinata seguía gimiendo sobre mí cuando su corrida golpeó mí lengua al volver a meterla en su coño para ahogar mí gritó al llegar a mí clímax. Mis dedos se apretaron en su acolchonado culo mientras me corría con fuerza.

Hinata separó su coño sensible de mí boca y dedos mientras detenía su masaje en mí eje palpitante. Nuestra respiración parecía sincronizada, mientras ambos jadeábamos con fuerza. Mis extremidades quedaron laxas mientras Hinata se dejaba caer a un costado de mí cuerpo, el suyo aún temblaba un poco cuando se puso de costado y me miró desde la altura de mí cadera. Yo sonreí, con el corazón palpitante, cuando ella lo hizo. Manchas de mí semen en sus tetas y un poco en su cara.

Mí mano subió y le dí una ligera nalgada en la curva de su culo, apreté mis dedos en su carne jugosa.

— Iré a buscar algo para que te limpies— dije cuando me estaba recuperando un poco.

Hinata sonrió mostrando sus dientes blancos y pequeños.

—Bien, porque no puedo moverme— dijo con una risita.

Yo también reí y aunque mis piernas estaban algo inestables me levanté y fui al pequeño baño de la habitación, para buscar un paño.

Que mejor manera de empezar el día.

Podía aguantar cualquier cosa mientras tuviera a Hinata. Nada podía cambiar mí humor ahora.

Continuará...