Volvemos a vernos 2/2

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Los adultos se iban a una reunión del ministerio y los niños nos quedamos solos en la madriguera, era el día perfecto para intentar hablar con esa mujer, estábamos en la habitación de Rose intentando averiguar como con contactar con esa mujer, -¿Y si te concentras en la mujer?- propuso Fred -Sería muy fácil, pero por probar- cerré los ojos y me concentre en recordarla lo más detallada posible, una cabellera larga y blanquecina, unos ojos grisáceos, acompañados de unas ojeras visibles en tonos morados, una nariz pequeña y puntiaguda, una boca con labios rosados, una cara esquelética y pálida, el pelo caía por sus hombros delgados y en los huesos, con notables indicios de deshidratación y desnutrición, un vestido negro repleto de agujeros y finalmente ella sentada y encadenada a una de las varias estatuas de serpientes, al abrir los ojos seguía en la habitación de Rose, me frustre la había imaginado hasta el mínimo detalle, al notar mi decepción me animaron a volver a intentarlo.

Tras varios intentos de no lograrlo, me empecé a sentir mareada y cansada -Inténtalo de nuevo- me animo Rose, lo volví a intentar sin éxito, -No puedo...- dije frustrada, ¿por que no podía? ¿me estaba esforzando lo suficiente? -¿lo intentas de nuevo haber si está vez lo logras?- dijo Fred, me levante -Voy a por agua y lo vuelvo a intentar- al levantarme mis piernas temblaban y fallaron, por suerte el chico que no había abierto la boca en toda la conversación me sujeta evitando un golpe seguro -¿Te acompaño?- pregunta preocupado, yo negué -Supongo que será normal marearse, no iba a ser tan fácil comunicarme con esa mujer- me levante y le lance una mirada tranquilizadora acompañada de una sonrisa, salí por la puerta y deje de sonreír, no me encontraba nada bien, baje a la cocina y bebí agua.

Mientras subía por las escaleras escuchaba una discusión, -¡¿No lo entiendes? Sí contacta con la mujer tendrá las respuestas a todas sus preguntas!- chillaba Rose -Rose tiene razón ¿No crees que tiene derecho a saber quien es su verdadera madre?- decía Fred -¡No si significa que le haga daño! ¡Sigue siendo una persona! ¡Hace unos minutos al levantarse, las piernas le han fallado y se sentía ,mareada! ¡Y no quiero que le pase nada por que la amo!-Grito James haciendo el silencio en la habitación, por la sorpresa que le causa a sus primos por sus palabras, abrí la puerta causando que todas las miradas se centraran en mi cara que lucía una sonrisa, me senté al lado de James -Quiero volver a intentarlo- dije segura, cerré los ojos e hice lo mismo que las otras veces, de pronto sentí mi cuerpo elevarse y caer bruscamente contra un suelo duro y húmedo, me dispuse a abrir los ojos, estaba en esa habitación, lo había logrado, sonreí victoriosa y me gire viendo a la misma mujer, tal y como la visualice, estaba encadenada a aquella estatua de serpiente, levanto la mirada y abrió los ojos como platos.

Miré a la mujer que me miraba con lágrimas en los ojos, vi que movía los labios, sin embargo, no salía ningún sonido de ellos -No le escucho- le dije, su cara se entristeció, al parecer ella si me escuchaba, bajo la mirada y tan rápido como lo hizo la volvió  a levantar con una sonrisa triste, con su mano esquelética y blanca cómo la nieve hizo un ademan de que me acercara, me comencé a acercar y me agache a su altura, la mujer hizo el gesto de abrazarme y justo antes de llegar a tocarme con sus huesosos brazos me miro cómo pidiendo permiso, yo asentí  y la abrace, fue un abrazo cálido, a diferencia de su piel quera totalmente fría, la sensación era familiar, podía escuchar los latido acelerados de su corazón, era como si saltara de alegría, me aleje cuando note que me estaba desvaneciendo, la mire y sus labios decían te quiero en silencio.

Me desperté en el suelo con las atentas miradas de preocupación y curiosidad de los anteriormente ya nombrados, parpadee varias veces, me incorporé y tan solo pude formular -Quiero saber quien demonios es esa mujer- al decir esas palabras me desmaye.

Al día siguiente me desperté en la habitación de Rose en mi cama, me giré y James estaba durmiendo en la silla del escritorio de Rose, no tenía fuerzas para despertarlo, me quede mirando al techo donde estaban plasmadas las constelaciones favoritas de Rose, entre ellas distinguí la constelación de Sirius Black, situada en la Canis Major, me puse a pensar, teníamos cosas en común, ambos éramos la oveja negra nuestras respectivas familias, el mejor amigo de ambos también se llamaba James, me hubiera gustado conocerlo... creo que nos llevaríamos bien... y pensando esto caí en los brazos de Morfeo.

No eres como tus antepasados.(James Sirius Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora