Obsesionado

"Aniversario"

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Eso bebé, así es, muévete... fue lo que más me excitó esa noche, tenerlo dentro en mi interior y yo moviéndome como una cualquiera era lo que más amaba de la relación que teníamos.

Con él todo era así, salvaje, bruto, caliente; nuestra vida juntos tenía de todo, amor, pasión, compañía, sexo salvaje, ya llevábamos años juntos, pero esa noche de aniversario todo dio un giro inesperado... él era otro y eso me enamoró aún más.

Llegamos al hotel, había Champagne, velas aromáticas blancas que iluminaban el lugar en penumbras, pétalos de rosas haciendo un camino hasta la cama y ahí mi mandíbula cayó cuando veo unos juguetes en la cama, sin duda, eso era nuevo. Me llevaba en sus brazos, firme, evitando que apartara mi cuerpo del suyo, tantas veces he sido suyo y él mío y aún así mi corazón se acelera como cada vez. Lo amo, no hay palabras para describir lo que siento por él. Suavemente besa mi frente y mis labios y me tiende en la cama.

- Bright... ¿Qué es todo esto?

- Es nuestro aniversario cielo y quiero hacerlo especial.

- Pero – tomo unas esposas que estaban sobre la cama- ¿Y esto?

- Espero que lo disfrutes, prometo que esta noche será inolvidable.

Y ahí estaba mi chico, una vez más dándome una sorpresa tras otra.

Encendió el jacuzzi y caminó hasta mí, me besó suavemente y me tomó de las manos para ponerme de pie, lentamente sus manos viajaron por mi cuello, rozando suavemente mi piel, bajó hasta mi abdomen y jugó con el borde de mi camisa, ahí la levantó lentamente y comenzó a desvestirme, con mi torso desnudo, completamente a su merced, sentí sus labios atacar mis pezones, los lamió y mordisqueó, mis piernas temblaron y mi erección se hizo evidente, un gesto tan simple erizaba mi piel y volteaba mi mundo de cabeza, así era Bright, me hacía llegar al cielo con solo besarme o solo tocarme.

Mientras la espuma comenzaba a aumentar, me recostó en la cama, mis piernas tocaban el piso, se acercó y me desabrochó el cinturón, su lengua jugó con mi ombligo mientras tanto, yo me retorcía de placer y comencé a jadear. Quitó lentamente mi pantalón, mis ojos ya no enfocaban de tanto placer, una vez casi desnudo, su boca mordisqueó mi erección sobre mi calzoncillo, lógicamente comencé a gotear, mi estado de excitación aumentaba, cuando de pronto toma mis manos y las junta adelante, se sienta a horcajadas sobre mi pelvis y me mira de manera lujuriosa, eso me enciende más, veo como me pone las esposas.

- ¿Estás bien así? – dice preguntando mi opinión y yo asiento.

Con sus dientes me saca la ropa interior que era lo último que me cubría y me mira deseoso. Ahí yo tendido en la cama esposado, con mi miembro erecto, me muerdo los labios cuando veo como él comienza a desabotonar su camisa, gimo por lo bajo ante tremenda escena, comienza a mover sus caderas bailando eróticamente hacia mí, era la primera vez que veo a mi hombre haciendo eso y debo decir, que lo hace genial.

Se toca de manera indecente y yo ya no aguanto la erección, me palpita y duele, ya quiero tenerlo dentro de mí y que me desgarre la garganta mientras gimo su nombre. Se quita la camisa y voltea a mirarme, me desespero, me pongo de pie y mueve su cabeza negándomelo. Sigue su baile erótico, va por su pantalón y yo lo veo desesperado sentado al borde de la cama, las esposas me pican de lo inquieto que estoy, me las quiero quitar y tocarlo por completo, él es mío, ese chico tan caliente es mi hombre y mi cuerpo lo reclama.

Desliza su pantalón y observo excitado la erección que tanto ansío, junto mis piernas, mi entrada pica y ya quiero sentirlo.

- Voltéate boca abajo- dice de manera dominante y yo le hago caso. Me volteo poniendo mi torso y rostro en la cama, mi trasero queda expuesto esperando por él.