Obsesionado

Eres dulce

Hace meses encontré trabajo en esta dulcería a medio tiempo, si bien no es la gran cosa, me sirve para solventar varios gastos y me doy mis gustos personales, mis padres me apoyan económicamente mientras estudio, pero yo quería pagarme otras cosas como mi ropa, salidas, etc.

La dulcería queda cerca de la universidad y camino a casa, por lo tanto no me desvío tanto, además he conocido gente muy interesante, vienen muchas mamás con sus hijos, algunos chicas y chicos de la universidad pasan para comprar caramelos y chocolates para sus parejas, ¡es todo un mundo aquí adentro!

Soy estudiante de diseño y estoy en mi segundo año, todo marchaba bien hasta el día en el que él entró por esa puerta... mis ojos fijos en aquel castaño de piel canela me dejaron sin respiración. No sé describir lo que pasó, pero desde que cruzamos miradas mi corazón se aceleró y no dejé de morder mi labio inferior, se acercó hasta a mí en el mostrador para pedirme unos dulces ácidos.

-Buenas tardes, me das de esos dulces ácidos por favor- dijo sonrojándose, lo cual me pareció de lo más tierno.

-Claro, ¿de qué sabor quieres?- dije sin despegar mis ojos de él.

Los señaló,  pagó y se fue, y ahí me quedé yo mirando como la puerta se cerraba tras él preguntándome si lo volvería a ver.

Al día siguiente todo fue normal, pensé que nunca más lo volvería a ver porque seguramente no era del lugar y sólo había pasado de casualidad, pero todo cambió dos días después cuando lo veo entrar nuevamente.

-Hola otra vez, volví por esos dulces que me vendiste la vez pasada- dice sonriéndome, yo sólo pensaba que sonrisa más hermosa, seguramente debo verme muy estúpido en este momento y traté de controlarme.

-Veo que te gustaron- dije de forma media desinteresada aunque en el fondo estaba muy nervioso.

- La verdad es que son para mi hermana pequeña, yo no como dulces- dijo bajando su mirada tímidamente, lo cual me pareció de lo más lindo.

-¿Vives cerca-?- me precipité a preguntar, quería saber si lo volvería a ver alguna otra vez y no quería decirlo tan de frente y asustarlo.

-Algo así, estudio cerca, aquí en la universidad- mis ojos se agrandaron, ¿Cómo es eso que estudia en la misma universidad y yo no lo había visto? Necesito más información.

-Yo también estudio en la universidad, cuéntame ¿Qué carrera?

-Ingeniería en sonido, me gusta la música, estoy en primer año, y tú ¿Qué estudias? ahora me tocaba contestar, estaba emocionado, él quería saber de mí.

- Estudio diseño y estoy en segundo año- mi interés había aumentado al máximo, podría ir a darme una vuelta a su facultad, estaba cerca de la mía.

Miró su reloj y vio que era tarde, la dulcería tenía poco movimiento, pero yo debía seguir trabajando.

-Es tarde, debo irme, espero verte pronto dijo...A todo esto, me llamo Bright.

-Un gusto Bright, mi nombre es Win- y sin más se despidió y salió de la dulcería.

Así pasaban los días, venía dos a tres veces en la semana a comprar dulces, si seguía así le dará diabetes a mi futura cuñada, lo mejor será que le pida su número de teléfono y así nos podremos encontrar fuera de aquí para conocernos mejor, ahora sé que no le soy indiferente, de lo contrario iría a la dulcería que está a unas calles, pero siempre vuelve aquí y espera a que yo lo atienda, ¿Eso quiere decir algo o no? 

Hoy es jueves y vino a comprar, no me aguanté más y le pedí finalmente su número, quedamos de vernos mañana en la universidad a la hora de almuerzo, ambos no teníamos más clases y me daba un par de horas antes de volver al trabajo.