Caminaba aburrida, observando la comida de los estantes, había decidido acompañar a su madre a comprar la comida de la semana; tenía puestos sus audífonos mientras escuchaba Alrighty Aphrodite, era la única canción que conocía de Peach Pit, pero eso no impedía que Azul amara la canción; de vez en cuando ella volteaba a ver el rostro de las personas, aunque en realidad solo podía ver sus ojos; ya hacía más de un año que casi todas las personas se habían acostumbrado a salir con cubrebocas, aquel virus había sido una sorpresa para todos y se había propagado con una rapidez impresionante, ella aun recordaba el día en que todo comenzó, Azul se encontraba regresando de una competencia de bandas junto a sus amigos, habían obtenido el segundo lugar en aquella competencia y les habían dicho que sus vacaciones se adelantarían por cuestiones de salud; en un inicio, todos estaban entusiasmados, como cualquier joven o adolescente de 16 años que odiaba asistir a clases, pero esas 3 semanas de vacaciones no aseguraron su regreso a la escuela.
En el 2021, a mas de un año del comienzo de la pandemia, se podían observar muchas personas que no se tomaban la molestia de seguir los protocolos de salubridad que pedía el gobierno, pasaban sus días sin cubrebocas y nunca procuraban estar lejos de otros; era como si quisieran vivir en una realidad que era lejana a la que debían vivir.
Estaba con su madre en la sección de lácteos cuando se logró escuchar un grito desgarrador en todo el lugar, había muy poca gente por lo que no tardó en juntarse un grupo en el lugar del que provenía aquel aterrador grito; la gente se juntaba y murmuraba con miedo, Azul corrió de inmediato al lugar de los hechos y sus ojos se abrieron con espanto al vislumbrar aquella escena; una mujer de cabello oscuro, tal vez de unos 35 años devoraba con habilidad espeluznante del cuerpo de quien podía haber sido su esposo, sus ojos estaban inyectados de sangre oscura y su ropa empapada de la sangre del hombre, los guardias intentaban detenerla y alejar a la multitud, sin embargo, la mujer oponía una fuerza abismal para evitar ser inmovilizada.
En algún momento dentro de aquel escandalo, Azul había comenzado a grabar todo aquel horror, pero su teléfono casi cae cuando la mujer volteó a ver al guardia con una mirada que reflejaba locura y, con un movimiento rápido, le arrancó la nariz de una mordida; el pánico comenzó a arder entre la gente de alrededor, no obstante, el momento mas perturbador fue cuando otras personas comenzaron a actuar como si estuvieran en el mismo frenesí de aquella mujer.
Azul guardo con nerviosismo su celular y hecho a correr con premura en busca de su madre, quien no se había movido. En cuanto llegó con ella, Azul se dio cuenta que estaban demasiado lejos de la entrada y sería demasiado difícil salir si tomaba en cuenta el pánico y horror que corrían por los pasillos; tomó a su madre del brazo junto a algunas compras y entraron por una de las puertas que daba a los almacenes, le pidió a su mamá que le hablara a su padre, pero este nunca contesto, así que hablo con los empleados que se encontraban junto a ellas para que las dejaran salir, sin embargo, estos habían bloqueado todas las salidas y argumentaban que afuera se desataba un caos pero, no tenían a donde ir...
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Cuentos de la Ciudad de lo Perdido
RandomA veces cuando pierdes algo, es para siempre, describir esa pérdida no siempre es fácil. Recopilación de narraciones cortas sobre la pérdida. ⚠️ATENCIÓN ⚠️ Algunos cuentos tratan temas como el suicidio, asesinato, discriminación, entre otros. Si er...