Jeongin cruzó las piernas y apoyó su mentón en una mano. Estaba muy nervioso porque Hyunjin le había dicho que a las cuatro podían encontrarse a las afueras de un parque. El problema era que ese parque quedaba lejos de su casa, tan lejos como su escuela. Cuando el mayor le preguntó si estaba bien, debió de darse cuenta de la distancia, no solo aceptar al ver el camino en Google Maps.
—¿Ya estás ahí?
—Sí, pero aún falta media hora —Le contestó a Seungmin—. Me da algo de miedo, no hay nadie, no hay niños jugando ni parejas, estoy solo.
—Con Minho hyung te dijimos para acompañarte y no quisiste.
—Ya soy mayor, Min.
—No voy a entrar en ese tema otra vez.
—Bien —rodó los ojos—. ¿Crees que esté bien si llamo a Hyunjin?
—Debiste hacerlo hace rato, dile que se apure, a nosotros nos gritas cuando nos demoramos.
—Le diré que ya llegué.
—Ew.
—Adiós, Seungmin, te quiero igual.
Colgó y se fijó en los contactos para llamarlo, pero el sonido de un impacto contra el piso lo hizo pararse e ir a ayudar al joven que estaba de cara al piso y con bolsas de compras aplastadas.
—¿Te hiciste daño? —Lo levantó con cuidado y luego recogió lo que estaba regado en el piso.
Mantequilla, harina, chocolate y una caja de huevos con algunos de ellos reventados.
Felix no hubiera querido nunca que fuera Jeongin quien lo viera con el rostro encendido por darse contra la acera, el frío aumentando la rigidez del golpe.
—Estoy bien, gracias. —Cubrió sus ojos jalando el gorro negro que lleva puesto.
Felix creyó que, con suerte, Jeongin no lo había reconocido, y era cierto; Yang se entretuvo en revisar que nada quedara tirado en el suelo.
El menor levantó la cabeza y le entregó las bolsas, de esa única forma pudo observar pecas alrededor de sus mejillas y nariz, tenía lindas facciones, tan detalladas como un muñeco. Se despidieron con una reverencia. El rubio siguió su camino mientras que él volvió a la fría banca a continuar con la espera, como si fueran completos desconocidos.
Después de unos quince minutos jugando en el teléfono, recordó que iba a llamar a Hyunjin, y lo iba a hacer, pero antes quería terminar la partida. En el momento en que su auto de carreras iba en la cima de una montaña e iba a saltar al otro extremo de esta, su visión fue interrumpida por unos guantes negros y felpudos.
—Jeongin-ah, ¿adivina quién soy?
—Me hizo perder, hyung —se quejó.
—No vi que estabas jugando. —Quitó sus manos y rodeó al menor para sentarse a su lado—. ¿Lo siento? —rio entre torpe y avergonzado.
Jeongin abrió sus ojos, no era tan serio, después de todo—: ¡No importa! Es costumbre mía quejarme.
—¿Estuviste mucho tiempo esperando? Vine cinco minutos antes por si llegabas temprano, luego te vi sentado hecho una bolita y me apuré.
—No tanto, acabo de llegar.
Si Seungmin o Minho lo escucharan, simplemente no lo creerían, no cuando él era exquisito con los horarios y la espera, pero también era consciente de que llegó antes de lo citado.
—Me alegro —asintió—. ¿Caminamos? Estar sentados me congela aún más el cuerpo.
Jeongin guardó el celular y siguió al alto por donde él iba. Los dos mantenían un paso lento para así charlar.
ESTÁS LEYENDO
──just a tweet𓆇⊹ hyuninꜜ
FanfictionSolo es Jeongin preguntando quién era el chico rubio de cabello largo. ───❅ೃ ∞ ɪɴɴɪᴇ ⸙─── No creyó que sus tweets serían leídos por é𝘭. ꒰💭❵꒱ #twitter #hyunin ───𝗣𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗮 su copia y/o adaptación. ⁺◟yeostorm ꜜ