1.- Me dolio

953 98 237
                                    

Llevaba un mes tratando de conseguir el número de Atsumu.

Y llevaba un mes escuchando a Motoya decir que me rinda.

Decía "si no te lo dio es por algo" pero Motoya es un idiota.

Tuve que hacer hasta lo imposible por lograrlo.

Preguntarle a personas que si lo tenían, y así hasta que recordé que un jugador de su equipo estaba en el top 5 de ases, y podía pedírselo a él.

Y me costo conseguirme su numero, no hablo mucho con los demás ases, bueno, no hablo nada, no soy de socializar. Pero logre conseguirlo.

Y cuando le pregunte que si podía pasarme el numero de Atsumu. Se negó.

Fue raro. Pero no me importó, solo tuve que contactar con alguien más. Hasta que por fin.

Tenia su numero.

Era hermoso. No sé como un numero de celular puede ser hermoso, pero lo era.

Lo llame.

No me contesto.

Lo volví a llamar, y paso lo mismo.

–Kiyoomi, no te humilles, si no te contesto fue por algo, si no te dio su número fue por algo– estábamos en el pasillo de la escuela. El no entendía y no entendería nunca, lo que vivimos juntos, Atsumu y yo, no es algo que no le puedas dar importancia.

–no me humillo, el me quiere– lo mire de reojo y molesto– le voy a escribir.

"Holaa"

No obtuve respuesta. 

"Hola ¿Cómo estas?"

Pasaron veinte minutos. Y aun no respondía.

"Soy yo"

"Omi"

Espere. Pero nada.

"Kiyoomi"

"Sakusa Kiyoomi"

Habían pasado dos horas desde mi primer mensaje. Y sinceramente estaba nervioso. Porque no contestaba?

"El chico del campamento"

 –Kiyoomi, para, tu dignidad, literal si ya perdiste tu virginidad con el al menos mantén tu dignidad– entramos a su casa, por suerte estaba tan limpia como la mía.

–cállate, debe tener el celular apagado– no era así, mis mensajes le llegaban.

"Estas ahí?"

"Este es tu número cierto?"

–Kiyoomi– Motoya me quito mi celular– respétate, ya no te contesto.

–Me va a contestar– le dije de cuenta. Atsumu no jugaría conmigo.

–no lo hará, primero no te dio su numero, segundo no contesto tus llamadas, y tercero no ha visto tus mensajes, los esta ignorando– Motoya parecía frustrado. Yo también lo estaba, debía de entender de que no me podía estar ignorando.

Y entonces. 

Desbloquee mi teléfono para poder ver el chat.

Dos ticket azules.

Ningún mensaje.

No estaba escribiendo, no estaba en línea.

Trate de mandarle un mensaje.

Ya no le llegaban. Y su foto de perfil había desaparecido.

Me costo entenderlo. Y asimilarlo. Estaba viendo mi celular en shock mientras Motoya preguntaba que había pasado.

six days, six years, six secondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora