la hija de un narco [TERMINADA]

capítulo 16

   T/N. 

Me levanté algo desorientada no sabía dónde estaba giré mi cabeza hacia la derecha y me encontré de con el perfecto perfil de Jean lo cual hizo que me asustara

Tengo que salir de aquí.

Me levanté de la cama y busque mi ropa.

La encontré doblada en una silla de su cuarto.

Siguilosamente me cambié de ropa y cuando iba a abrir la puerta del cuarto me tropece con algo y caí al suelo haciendo que Jean se levantará asustado.

Me miró y dio un suspiro para luego salir de la cama y ayudarme a levantarme

—¿Te hiciste daño?— preguntó

—Estoy bien— conteste con indiferencia —¿Que estoy haciendo aquí?

—¿No te acuerdas?— me miro frunciendo el ceño

—Si me acordará no te lo estuviera preguntando— Respondí con obviedad

—Ayer en la noche te encontramos Libardo y yo cerca de mi casa borracha, llame a tu hermano y me pidió que te quedarás conmigo porque no podías aparecer en casa así—

—Gracias— le respondí

—No es nada...— se sentó en la cama y el ambiente se volvió muy tenso e incómodo

—Sera mejor que me marché— dije acomodando mi cabello en un gesto nervioso

— T/N perdón por lo que pasó con Darian y Sammy—

Solo negé con la cabeza dando a entender de que ya no importaba

—¿Estas bien?— pregunté sin pensarlo ya que lo notaba raro —Sabes que puedes confiar en mí—

—No es cierto— soltó mirando al suelo — No puedo confiar en alguien que me oculta cosas, por eso te ignore—

—¿Y que se supone que es lo que te estoy ocultando?— dije con curiosidad

—No te enojes, pero a mis amigos les dio por buscar en tu mochila el otro día y sacaron una pistola. ¡T/N una puta pistola!—

— No me lo puedo creer, has cotilleado en mi mochila Jean—

—Yo no, fuero ellos yo solo mire mientras les decía que lo dejarán. Pero T/N porfavor dime por que tenías eso...—

Me quedé callada durante unos segundos

—T/N si no me dices la verdad... No podemos seguir viéndonos ni teniendo ningún tipo de relación—

—Es cierto Jean... Tú mereces a alguien que no te guarde secretos así que... Será mejor que esto se quede hasta aquí— dije y en ese momento sentí una fuerte presión en el pecho y el solo asintió aunque en su mirada se notaba dolor

—Voy a llamar a mi hermano para que venga a recogerme—

Agarré mi móvil y me lo puse en la oreja mientras me daba la vuelta para abrir la puerta pero en ese momento jean me agarró de la cintura y me estampó conta la pared y junto sus labios con los míos en un beso lleno de deseo y necesidad.

Lo seguí pero a los pocos segundos lo separé

—Adiós Jean— abrí la puerta y salí a la entrada

Mi hermano me contestó y le pedí que me viniera a buscar.

Minutos después llamaron a la puerta. Observé sobre mi hombro a jean mirándome serio y la abrí dejando ver a mi hermano y a Devan

Mire detrás mío y levanté la mano diciéndole adiós a Jean y salí del departamento.

Cuando ya nos encontrábamos fuera del edificio no pude resistirme más y abracé a mi hermano fuertemente dejando caer por mis mejillas lágrimas. El solo acarició mi cabello y me intento calmar.

—Linda no llores— dijo Devan acercándose a nosotros

—¿Que pasó?— pregunto mi hermano preocupado

—Me enamoré— Dije entre sollozos —Pero ya da igual se término

Sentí como mi hermano me abrazó más fuerte y me dio un beso en la frente.

Caminamos hacia el coche de mi hermano y nos subimos.

Les propuse ir a algún parque o plaza donde poder desayunar y ellos accedieron.

Nos encontrábamos en la terraza de una cafetería desayunando los tres. Cuando termine busque en mi bolso una caja de cigarrillos que me compré la noche pasada y encendí uno. Le di una larga calada y respire profundo antes de expulsar el humo

—Pensé que lo habías dejado— dijo Devan

—Lo deje... Llevo casi un año sin fumar pero ahora lo necesito—

—Hermanita... No merece la pena que sufras tanto—

—Ya lo sé, pero lo estoy haciendo y ya— le di otra calada al cigarrillo

Devan me lo quito de entre los dedos e imitó mi acción para luego expulsar el humo tranquilamente

—Devan no ayudás— dijo mi hermano

—¿Nos vas a contar que paso?—

Me lo pensé varios segundos pero termine contándolo. Mi hermano no se veía enojado lo que pareció raro ya que unos meses atrás estaría de camino a casa de Jean para partirle la cara pero al parecer las charlas de autocontrol que tuvo conmigo funcionan.

Cuando el cigarrillo ya estaba casi consumido por completo lo apagué en el cenicero de la mesa de la cafetería y nos levantamos ya que íbamos casa a cambiarnos y a qué mi hermano cogiese la mochila para ir a la Universidad. Yo no me sentía de humor para ir así que solo me cambié y estuve toda la mañana metida en mi cuarto