la hija de un narco [TERMINADA]

capítulo 20

   T/N.   

Iba de camino a la universidad riendo y bromeando con mi hermano hasta que llegamos.

El coche paro justo en frente de la entrada y lo vi de pie junto a Libardo mientras sonreía.

Al abrir la puerta del coche miro hacia mí y su sonrisa se ensanchó aún más lo que hizo que sintiera mariposa en el estado.

Al principio pensé que tendría que ir al baño porque jamás lo había sentido y me asusté por unos segundos pero luego entendí que era eso que sentían los protagonistas de las novelas románticas al estar con el amor de su vida y esas cosas...

Me acerque a él y Jean imitó mi acción bajando de las escaleras de la entrada.

Segundos después ya estábamos frente a frente y solo le abracé y él lo siguió escondiendo su rostro en mi cuello.

Mi corazón empezó a latir desenfrenado al sentir su respiración contra mi cuello

—¿Como estás?— dijo separándose de mi

—Bien... ¿Y tu? Te extrañe— solté sin pensar

—Yo también te extrañe aunque no hallan pasado no 24 h— me dio una pequeña sonrisa antes de acercarse y rozar con delicadeza mis labios para luego besarme agresivamente

—Suficiente, Que te haya dejado ser novio de mi hermana no significa que te estés besando con ella en frente mío— dijo Adrián

—Pues no mires Cuñado— contesto jean con tono burlón

—Si, hice una buena elección de cuñado, me caes bien Jean... Cuida de mi hermana— Dio una sonrisa y camino dejándonos solos

Jean me miro y volvió a darme un beso corto

—Lo prometo— susurró con una gran sonrisa —¿Que te parece si no entramos y mejor vamos a mi casa?—

Me lo pensé por unos segundos pero termine aceptándolo sin razón alguna... Solo quería estar con él

Salimos de ahí y llegamos a los 15 minutos al depa de jean.

Abrió la puerta dejándome entrar para después cerrar la puerta detrás suya y acorralar me contra la pared

—De verdad que no puedo contigo, es solo verte y me queman las ganas de tenerte encima mía y sin ropa—

—Bueno pues...— me empecé a desabrochar los botones de mi camisa — Adelante, aquí estoy—

El se quitó la camiseta que llevaba y me ayudó a sacarme mi camisa dejándome en sostén y falda

—Amo como se te ven las faldas—

Puso una mano en mi cintura mientras me besaba desesperado y con la otra mano siguió la silueta de mi cuerpo desde mis pechos hasta colar su mano debajo de mi falda y apartar mi ropa interior acariciándome por encima primero y luego metiendo dos dedos dentro de mi moviendo los suavemente consiguiendo darme el máximo placer.

Bajo sus besos de mi boca a un poco debajo de mi mandíbula mientras seguía jugueteando en mi zona íntima.

Mordió mi lóbulo y con su pulgar empezó a acariciar mi clítoris.

Empecé a jadear y cuando sentí un calor inmenso en la parte baja de mi abdomen me deje ir. Mis piernas temblaron y yo solté un gemido cuando me vine al rededor de sus dedos

Sentí una sonrisa contra mi cuello y se separó de mi sacando sus dedos de mi, los observó por escasos segundos para luego llevárselos a la boca.

Cuando terminó observé el brillo de sus labios y no pude evitar besarlo sintiendo el sabor salado de mi orgasmo.

El me alzó enredando mis piernas en su cadera y me llevo a su cuarto aún con nuestros labios enredados en un beso que parecía no tener fin.

Me bajé antes de que me tirará a la cama. Me saque lo que me quedaba de ropa y se la saque a él lo tiré en la cama el me dio un condón que tenía en su mesita de noche y se lo puse . Me senté en su regazo haciendo que penetrara en mí y los dos soltamos un jadeo cuando estaba completamente dentro de mi.

Empecé a moverme encima suyo mientras el apretaba las sábanas haciendo que se le marcas en las venas de los brazos.

Aumente la velocidad de mis movimientos y él hecho la cabeza hacia atrás cerrando los ojos.

Yo también sentí que ya estaba llegando al final a si que di un último esfuerzo hasta que sentí que flotaba.

Jean soltó un gemido y eso hizo que me viniese más rápido y fuerte.

Caí exahusta encima suya aún con él dentro mío y apoye mi cabeza en su pecho

—Eso fue... Increíble— dijo entre jadeos para luego salir de mi dejandome un vacío.

Se quitó el condón, lo ató y lo tiro a un lado. Me abrazó y yo me moví encima de él para acomodarme mejor y sentí como se puso nervioso. No entendía por qué pero cuando me volví a mover sentí una nueva erección

Sonreí aguantando me la risa y lo mire

—Peedón, no es mi culpa que me pongas así con un simple roce—

Se me salió una pequeña risa y baje hasta quedar a la altura de su miembro ya erecto.

Lo agarre con seguridad y lo lamí para luego meterlo en mi boca.

Seguí así durante algunos minutos hasta que me avisó que se iba a venir . Lo saque de mi boca y lo puse a la altura de mis senos viendo cómo salia el líquido caliente y manchaba mi pecho bajando hasta mis pezones haciendo que me extremezca.

Después de eso nos quedamos dormidos