la hija de un narco [TERMINADA]

capítulo 34

Libardo.  

Estábamos todos en mi departamento, estaba Devan también con nosotros, no sabíamos nada de Jean, T/N y Adrián desde hace 2 días y después de haber puesto la desaparición con la policía solo nos queda esperar.

Estaba sentado en el sillón pensando donde se podrían haber metido mientras los demás intentaban contactarlos pero ninguno respondía.

De repente sonó el timbre de la puerta y me levanté apresurado ha abrir... Y detrás de la puerta estaban Jean y Adrián, tenían los ojos rojos, parecía q habían estado por otras llorando y parecían destruidos

—Jean! —Lo abracé pero simplemente me apartó poco tiempo después—Donde estabais llevamos 2 días sin saber de vosotros hemos puesto una denuncia de desaparición y...—

Vi como a Jean se le salió una lágrima y camino hacia su habitación para después encerrarse ahí.

Adrián pasó al departamento y fue al salón donde estaban todos algo confundidos con el comportamiento de Jean.

Tan pronto como entró Devan salto ha abrazarle, el realmente estaba preocupado

—Donde estabais hermano? Que le pasa a Jean?—

Adrián no respondió y solo se dejó caer en el sillón y se hecho las mano a la cara

—Adri... ¿Donde esta T/N?— pregunto Devan mirándole sin perder ningún detalle de su reacción q fue echarse a llorar y eso hizo q dejará de respirar —Donde está Adrián? Donde esta T/N?— pregunto ahora con más nervios en su voz

—Esta muerta... Murió— dijo entre lágrimas y con la voz cortada

—¿Que estás diciendo? No os ha bastado con iros 2 días y no responder para ahora bromear?— le dijo Ralf

—Ya me gustaría que fuera una broma... Murió esta madrugada—Se quito las manos de la cara y se secó las lágrimas—Mataron a mi hermana!—

Ese gritó fue tan desgarrador que nos erizo la piel de inmediato a todos...

Me eche la mano a la boca al igual q otros presentes y Devan cayó de rodillas en frente de su amigo

—Eso no es verdad Adrián no juegues conmigo... ¿Donde esta? ¿¡Donde carajos!?—

—Nos secuestraron... A ella la golpearon hasta romperle algunos huesos y cuando mi padre vino a por nosotros y estaba a punto de salir la dispararon... Vi como mi propia hermana perdía la vida!—Lloró aún más aunque parecía imposible

Devan con lágrimas en los ojos salió corriendo al balcón en busca de aire por qué en esa habitación ya parecía imposible respirar bien. Marian se sentó a su lado y lo abrazó con fuerza y yo corrí al cuarto de Jean. Abrí la puerta y lo vi sentado en el suelo llorando con las manos en la cabeza. Con pasos largos llegue hasta el y me deje cae a su lado y lo abracé.

—Me siento tan culpable... Al que iban a disparar era a mi! Pero ella se metió de por medio para protegerme... No me di cuenta! Habría sido diferente si me hubiera fijado más, no lo merecía, no sabes el dolor y vacío que siento... Vi a mi novia muerta!—

Apretó mi camiseta con fuerza y lloró todo lo que quiso en mi hombro, no me iba a mover de ahí hasta que estuviera más calmado aunque eso significará estar horas ahí sentado.

Sentí como varias lágrimas rodaban por mis mejillas, la había cogido cariño, y sentía un gran dolor en mi pecho, no me puedo imaginar que sentía Jean que la amó tanto  o su hermano...

—No sé cómo voy a salir de esta... No voy a ser capaz— susurró

Jean.  

Pronto se hizo de noche Adrián y Devan se fueron a su departamento al igual que los otros, solo estábamos Libardo y yo.

Me metí en la cama aún llorando y Libardo estaba en su cuarto dormido supuse por que no se escuchaba nada.

Intenté dormir pero me fue inútil, cada vez que cerraba los ojos, la veia ahí tumbada en esa camilla sin rastro de vida.

me levanté y me dirigí a la cocina aunque Libardo y yo no éramos de tomar alcohol sabía que teníamos algunas botellas para momentos especiales y este era uno, mi cuerpo me pedía olvidarme de todo y esa era la única manera que se me ocurrió.

Agarre una botella que ni me fijé de que era me senté en el taburete y la puse encima de la encimera, abrí la botella con torpeza y le di un trago largo, luego un segundo y un tercero mientras las lágrimas corrian por mis mejillas. Me odiaba tanto... Seguí bebiendo hasta casi terminarme la botella, para ese punto ya estaba tan borracho q me quedé dormido en la cocina.

Me despertó Libardo a la mañana siguiente con cara de preocupación, a su lado estaba Darían que me miraba con una mezcla de tristeza y horror

—Vamos Jean, no puedes hacerte esto— me ayudó a levantarme y me llevo con cuidado a mi cuarto, todo me daba vueltas.

Me dejó en la cama y me arropó para luego salir dejando la puerta entre abierta y sin querer escuche lo que hablaban

—No me mires así... No podemos reclamarle nada acaba de morir su novia, a la que más amo en toda su vida—

—Ya lo se... Simplemente tenlo vigilado... Me preocupa que vaya a hacer alguna locura

Seguí escuchando pero en algún momento volví a dormirme