Un chillido agudo sonaba alrededor de todo el mundo, el motivo de ese sonido era el llanto de Susano quien en los últimos años había desatendido su país y se la pasaba llorando todo el tiempo.
Izanagi bajo de los cielos y le preguntó.
— ¿Por qué lloras a gritos en lugar de gobernar el país que te he asignado?
Susano contestó:
—Lloro porque quiero ir al país en el que vive mi difunta madre
—En tal caso no puedes vivir más en este país —exclamo enojado Izanagi —ordenando el destierro divino de Susano.
—En tal caso le contare todo lo ocurrido a Amaterasu — y se fue volando a los cielos.
Las montañas y los ríos comenzaron a vibrar y la tierra empezó a temblar.
La diosa Amaterasu al escuchar tal estruendo sabía que las intenciones de su hermano no eran buenas.
Al llegar le preguntó.
— ¿Por qué has venido aquí?
—Le explique a nuestro padre la razón de mi llanto, pero él me ha desterrado, no vengo aquí con malas intenciones. Solo vengo a decirte la razón de mi viaje antes de irme.
— ¿Cómo sé que tu corazón no alberga malas intenciones?
Susano respondió.
—Qué tal si cada uno hace un conjuro y creamos a nuestros hijos.
Así pues, ambos dioses se acomodaron cada uno en una orilla del río divino Yasu para después pronunciar su conjuro.
Amateterasu tomó la espada de diez palmos que tenía Susano y la partió en tres partes, las enjuagó y las masticó hasta volverlas polvo.
Sopló y de su aliento nacieron las siguientes diosas:
La diosa Oki-tsu-shima-hime-no-mikoto.
Después nació la diosa Sayori-hime-no-mikoto
Después nació la diosa Takitsu-hime-no-mikoto
Había creado a tres hermosas diosas.
Por su parte Susano tomó las tres cintas de cuentas que sostenían el peinado de Amaterasu y sus dos pulseras, he hizo lo mismo que ella.
Sopló y de cada aliento que soltaba nació un dios, en total cinco dioses nacieron del conjuro de Susano.
Entonces Amaterasu le dijo a Susano.
—No cabe duda de que esos cinco hijos son míos pues nacieron de mis pertenencias y estas tres hermosas diosas son tus hijas pues nacieron por tu espada.
Susano respondió.
—Como prueba de que mi corazón es puro y sincero de mi pertenencia han nacido tres niñas hermosas y delicadas, ¿No es prueba suficiente de que te he vencido?
Arrastrado por el orgullo del triunfo Susano destruyó los arrozales que cultivaba la diosa y esparció excremento en el altar donde se ofrendaban los primeros frutos de la cosecha.
A pesar de eso su hermana lo disculpó con la excusa de que su Susano había estado ebrio cuando causo esos estragos.
Las fechorías de Susano seguían, hasta la ocasión en que lanzo un caballo celestial moteado desollado a la hilandera en la que tejían prendas en ofrenda a los dioses.
La hilandera que trabajaba ahí se asustó tanto que salió corriendo clavándose en sus genitales con la lanzadera del telar y muriendo.
Al presenciar esto la diosa Amaterasu se encerró en la Casa Rocosa del Cielo.
El mundo del Altiplano de los Dioses se oscureció y se sumió en las tinieblas. Una oscuridad perpetua se apodero de los dos mundos y los espíritus malignos, como moscas, empezaron a revolotear esparciendo las calamidades.
Los ocho millones de dioses se unieron e idearon un plan para sacar a Amaterasu de aquella cueva.
La diosa Ame-no-uzume-no-mikoto se subió en un cubo y empezó a bailar frenéticamente entrando así en un éxtasis que provocó que sus prendas se fueran cayendo una a una. Primero se mostraron sus pechos y después sus genitales.
Los ocho millones de dioses comenzaron al reír al unísono al presenciar tal espectáculo haciendo retumbar el Altiplano de los Dioses.
Amaterasu curiosa se asomó y les pregunto el porqué de sus risas y el baile de Ame-no uzume.
Los dioses respondieron.
—Porque hay una diosa más digna que tú, por eso nos reímos.
El dios Futo-dama colocó un espejo enfrente de ella, y Amaterasu quien nunca se había visto a sí misma en un espejo salió por completo de la cueva para ver esa imagen.
De esa forma los dioses lograron que la diosa saliera de la cueva y la luz volvió de nuevo a los dos mundos.
En cuanto a Susano, él fue expulsado y desterrado del Altiplano de los dioses.
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Mitología Japonesa: Mitos y bestiario
SpiritualSi te interesa aprender sobre Mitología Japonesa pero no sabes dónde empezar, este libro es tu salvación. Desde el mito de la creación, pasando por los dioses y sus mitos hasta el bestiario y sus criaturas fantásticas. Todo lo que necesitas saber pa...