Después de su expulsión Susano bajo del cielo a un lugar llamado Torikami en la provincia de Izumo. Ahí se encontró con una pareja de ancianos y con su hermosa hija llorando.
— ¿Quiénes son ustedes y que hacen aquí?
La pareja le dijo sus nombres y el de su hija, Kushi-nada-hime.
— ¿Por qué están llorando?
—Eso es porque antes teníamos ocho hijas pero la gran serpiente de ocho cabezas de Koshi venia cada año y, una a una, se fue comiendo a mis hijas. Esta es nuestra última hija y en poco tiempo llegara la gran serpiente de ocho cabezas. Por eso lloramos amargamente.
— ¿Qué aspecto tiene esa serpiente? —volvió a preguntar Susano.
—Sus ojos son rojos como cerezas, de su tronco sobresalen ocho cabezas y ocho colas y su piel está cubierta de musgo. La longitud de su cuerpo se extiendo por ocho valles y ocho montañas. Y su vientre esta hinchado como pelota.
— ¿Si mato a esa serpiente me darían a su hija como esposa?
— ¡Claro que sí!, Pero aun no conozco su augusto nombre.
—Soy Susano el dios de los anchos mares y hermano de la gran diosa Amaterasu. Acabo de descender del Altiplano del Cielo.
—Si es usted un gran hombre no tenemos problema en darle a nuestra hija como esposa —respondió la pareja de ancianos.
Susano transformo a la joven en una peineta y se la puso en su moño, luego les ordeno a los ancianos que prepararan todo el alcohol que hubieran fermentado ocho veces y que alzaran una valla, que abrieran ocho caminos en esa valla y en cada paso poner un barril lleno del vino fermentado.
Los dos ancianos hicieron lo que Susano les ordeno y esperaron pacientemente.
Cuando la gran serpiente de ocho cabezas llegó, metió sus cabezas en cada uno de los barriles bebiendo todo el vino que contenían. Una vez ebria se durmió.
Susano desenvainó la espada de diez palmos que tenía a su costado y fue cortando una a una las ocho cabezas de la gran serpiente hasta llegar al torso; al intentar cortar el tronco de la serpiente su espada se partió en dos. Susano no comprendía la razón por la que su espada se había roto, por lo que usando la punta de su espada escarbó en esa parte, lo que encontró lo dejó sin palabras.
Una espada hermosa y larga yacía en el estómago de la serpiente, Susano la agarró y se la guardó para luego entregársela a su hermana Amaterasu como muestra de respeto. El nombre de esa espada era Kusanagi.
En cuanto a Kushinada, ella se fue a vivir con Susano a la provincia de Izumo, en donde se casó y tuvo su primer hijo.
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Mitología Japonesa: Mitos y bestiario
SpiritualSi te interesa aprender sobre Mitología Japonesa pero no sabes dónde empezar, este libro es tu salvación. Desde el mito de la creación, pasando por los dioses y sus mitos hasta el bestiario y sus criaturas fantásticas. Todo lo que necesitas saber pa...