Capitulo 25

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Abrí los ojos y enseguida me vino un cólico terrible y con eso un dolor de estómago, esperé unos cuantos segundos a que el dolor se tranquilizara un poco y así pasó, vi a mi derecha y ahí estaba Gio boca abajo durmiendo con sus manos bajo la almohada, se veía totalmente perdido en sus sueños asi que no lo desperté, me paré y fui al baño, ojalá eso ayude un poco por lo menos con el dolor de estómago.
Salí del baño y Gio aun dormía, que bueno, dije aliviada, con los resultados anteriores me di cuenta de donde venía el dolor y no era precisamente la regla sino que me había hecho daño algo que había comido, probablemente fue el dukbokki que habíamos ido a comer. Salí de la suite sin hacer ruido, no quería que Gio se fuera a despertar. Mientras bajaba por el elevador sentí un escalofrío: no había traído suéter. Las puertas se abrían, yo salí y enseguida vi al gerente que venía a mi.

-Señorita, ¿se encuentra bien?- creo que me preguntó eso porque eran cerca de las 4 de la mañana y yo iba en pijama con cara adormilada y de dolor.

-Si, bueno no mucho.- le dije apenas con un nudo en la garganta, no Dios no ahora, no con el gerente.

-¿Qué le sucede?- me preguntó aún más preocupado ya que mis ojos empezaban a sacar pequeñas lágrimas. He ahi el reflejo de mi periodo.

-Me duele mi estómago, - ahora sentía que hablaba con mi padre - y no tengo medicamento.- me estaba ahogando en un vaso de agua pero aun así él estaba serio.

-Ya veo el problema, por favor acompáñeme al restaurante del hotel, ahí tienen medicamento.

-¿Si?- le pregunté con cara de felicidad.

-Si, solo venga.- caminé junto a él hasta llegar a una de varias mesitas, yo me senté y él fue hasta las únicas dos personas que se encontraban encargadas. Yo lo miré y vi como charlaban por unos segundos, después vi al gerente que caminaba nuevamente a mí con un vaso de agua.- Aquí tiene, eso tal vez le pueda ayudar.- me dio el vaso y una pastilla.

-Gracias.- le dije y enseguida me la tomé.

-Se va a sentir mejor.

-Si, muchas gracias.

-Vaya a descansar señorita Oliver.- nuevamente solo asentí y me paré, no le dije nada pero sentía que iba detrás mío, antes de subir al elevador me detuve y me giré a verlo.

-Gracias.- y lo abracé sin decirle nada, honestamente no sé por qué lo hice, solo un impulso llegó a mí, cuando él se acercó a mí y me preguntó qué era lo que me sucedía, recordé a mi padre y todas esas veces que yo despertaba a media noche y bajaba a la cocina por alguna cosa y lo veía en su oficina aún trabajando.

-No tiene por qué agradecer.- sonreí un poco y me subí al elevador.

Apenas entraba a la suite, el dolor estaba disminuyendo cuando vi a Gio salir del baño.

-¿A dónde fuiste?- me preguntó apenas me vio.

-Bajé al restaurante por algunas pastillas.- le dije caminando hacia él.

-¿Pastillas?- me preguntó con cara confundida.

-Me dolía el estómago.- le dije ya camiando ambos hacia la cama.

-¿Por qué no me despertaste?- yo me acosté en el lado en el que estaba hace unos momentos.

-Porque no, bueno yo podía ir sola.- el fue hasta su lado y se acostó pero se recargó sobre su codo derecho, sosteniendo su cabeza y su cuerpo estaba en dirección hacia mí.- ¿Qué pasa?- le dije nada más girando mi cabeza sobre la almohada.

-Y ¿ya no te duele?.

-Si, pero por lo menos podré dormir mejor.- enseguida se sentó sobre la cama con las piernas cruzadas viendo hacia mí, quitó mis manos que estaban sobre mi abdomen, y lentamente alzó la playera que tenía.- ¿Qué haces?- lo detuve justo cuando estaba abajo de mis senos.

-No te preocupes que no te haré nada.- él dejó la playera y empezó a sobarme mi estómago con ambas manos.

-Esto tal vez te ayudará a dormir mejor.

-Mi mamá hacia esto cuando no podía dormir.- le dije viéndolo a los ojos.

-No pienses en otra cosa más y tan solo cierra los ojos.- con una sonrisa de satisfacción cerré los ojos, ¿acaso esto podía llegar a ser mejor?

.......

Lo primero que vi fue la ventana al despertar, era un dia nublado pero a pesar de eso no hacía frío o al menos no los pocos segundos que llevaba despierta. Vi a un costado, no estaba Gio, me paré acomodando un poco mi cabello cuando unas ganas horribles de ir al baño me invadieron.

-Tengo que ir al doctor.- me dije a mí misma cuando cerraba la puerta, me había enfermado del estómago y no era nada bonito.

-Ya despertaste.- me asusté al escuchar su voz, entraba a la suite con una bandeja cubierta.

-Si, ¿qué es eso?

-Tu desayuno.- dijo descubriéndolo. Eran unos huevos con tocino, un coctel de frutas con yogurth natural encima, un vaso de jugo de naranja y un vaso de leche con un pan tostado. La verdad de todo eso, la leche y el jugo era lo que mas quería, de tantas visitas al baño creo que ya me había deshidratado.- Ven vamos, los meseros me dijeron que esto es lo que pides para desayunar la mayoría de veces.- ajá claro, la mayoría de las veces, es siempre.

- Gracias, pero pude haber bajado contigo, adenás, ¿dónde esta lo tuyo?- le pregunté sentada en la cama.

-No, yo no desayunaré, te dejaré aquí mientras yo voy a mi departamento.

-¿Tu departamento?

-Iré a darme una ducha y regreso ¿ok?

-Está bien.- la verdad en un principio no quería que se fuera pero depués lo pensé dos veces y eso tal vez me beneficiaría, así podría ir al doctor mientras él no estaba y él no tiene por que enterarse y solo pensar que es por el periodo.

-Ok, pero antes quiero ver que te acabes todo esto.- lo miré asustada, no hablará en serio, si se queda se dará cuenta.

-Mejor ve, yo yo me tardo mucho comiendo el desayuno.

-Eso no me da mucha confianza.

-Debes confiar en mí.- trataba de convencerlo lo mejor que podía hasta que sonó mi celular, fui por el y contesté.-Bueno.- dije poniéndolo en mi oreja derecha.

-Bueno, hija, ¿Megan?- era mi padre, lo reconocí por su voz.

-Papá.- le contesté sentándome en el sillón de nuevo. Mientras mi padre me decía algo vi a Gio que me hizo una señal de que ya se iba, yo solo asentí y el salió dejándome sola hablando por teléfono, mi padre me había salvado.

Trust on you ~Kim Hyun Joong~...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora