Prólogo

614 73 9
                                    

— Loki, ¿Estás ahí? — la joven de rizos pelirrojos entró a la habitación con pasos tímidos

— Ah, Hilf, querida, ¿Cómo haz estado? — El joven pelinegro se levantó del sofá donde se encontraba y se acercó a la señorita quien miraba nerviosa sus manos.

— Bien, estoy algo nerviosa, esta fiesta es algo importante, ¿Y si algo sale mal? — Dijo elevando la mirada para encontrar los ojos de su amado.

— Querida — él tomó la mano de la joven y le plantó un delicado beso al hermoso anillo que descansaba sobre su dedo anular. — Es nuestra fiesta de compromiso, nada malo puede suceder en un día tan alegre — finalizó esbozando una sonrisa.

Ella abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpida por un estruendo cercano

— ¿Qué fue eso? — dijo él soltando la mano de ella y aproximándose a la puerta, de pronto se escucharon gritos en la planta baja del palacio en el que se encontraban.

— Hilf, quédate aquí por favor, iré a ver que sucede — sin embargo la joven se acercó y tomó su mano.

— Loki no me dejes sola — su voz denotaba nerviosismo y miedo, él volteó a verla, la abrazó y le dijo al oído  —Tranquila querida, todo va a estar bien.

Y en segundos la joven se encontraba sola en la habitación, estaba petrificada escuchando los gritos amortiguados por la enorme puerta frente a ella, fue entonces cuando sintió la presencia de alguien detrás de ella.

Volteó temiendo lo peor, y tuvo razón en hacerlo.

— Malekith — Susurró, quizo correr, pero el miedo le impidió hacerlo, se encontraba petrificada en su lugar, entonces solo gritó.

Aquel grito alertó a su amado Loki quien se encontraba peleando abajo, el grito de terror de la mujer de su vida le heló la sangre y corrió a la habitación donde se encontraba.

Llegó, pero era demasiado tarde, su amada yacía tendida en el piso, la sangre brotaba de una herida en su pecho contrastando con su blanca tez.

— ¡No,no, no! — gritó desesperado mientras tomaba a su dama en sus brazos — Hilf, querida, mírame por favor, todo va a estar bien.

Con la poca fuerza que tenía, ella le miró directo a los ojos, acarició su mejilla dejando una mancha de sangre en esta — Loki, te amo, te amo y te amaré siempre — su voz se tornaba más débil a cada palabra que decía.

— No hables Hilf, resiste, apenas termine esto te curarán, vas a estar bien, tienes que estar bien — las lágrimas brotaban de sus ojos y caían sobre las mejillas pálidas de ella.

— No llores — dijo ella esbozando una débil sonrisa, entonces su mano cayó y la vida abandonó su cuerpo, sus ojos perdieron la luz, al igual que el corazón de él.

— ¿Hilf? Hilf, reacciona, por favor, no puedes dejarme, ¡Despierta! — gritaba desesperado agitando el cuerpo de la joven, la abrazó y lloró, gritó, no podía creer que el amor de su vida ya no estaba.

En ese momento otro joven rubio entró a la habitación — Hermano, derrotamos a...— la sonrisa con la que él había llegado se desvaneció al ver a su hermano de rodillas en el piso abrazando el cuerpo sin vida de su prometida.

— Loki, ¿Qué pasó? — dudó en entrar a la habitación.

— No pude protegerla Thor, la dejé sola — dijo Loki entre sollozos — Nunca voy a poder perdonármelo.

— Loki... — el rubio se acercó y colocó su mano en el hombro de su hermano, aunque este inmediatamente se apartó

— Déjame solo —escupió fríamente

Thor se alejó y salió de la habitación, tenía que informar a su padre que Hilf, la prometida de su hermano, había muerto.

Y al mismo tiempo, en la tierra, nacía una bebé de hermosos rizos anaranjados y ojos dorados como el sol.

Eternidad - Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora