Un año para recordar

Capitulo 1. Prologo 

¿Alguna vez habéis tenido esa sensación de estar sobre las nubes? Esa que tu cuerpo sueña con poder volar, que sientes la magia de imaginarte de ser el rey o reina del mundo. Pues esa, esa es la que tengo yo cuando mis pies piden moverse solos con mis viejos patines de hielo.

Me llamo Adriana Simpson, tengo 19 años. Vivo en un pequeño apartamento de una famosa calle llamada Kamtner Strasse en Viena (Austria). En realidad mi nacionalidad es española, pero hace aproximadamente un año  gracias a una beca que me dio mi academia de patinaje, es que estoy en Viena.

Mi familia se compone básicamente en mis padres, Julia y Pablo, y mis hermanos, Elisabeth y Carlos. Yo soy la menor de mis hermanos, por lo tanto siempre he tenido lo que he querido.  Mi familia es de clase alta, gracias a que mis padres poseen una gran academia de modelaje bastante famosa y la verdad es que  ha ido bastante bien.

Me considero una persona bastante caprichosa. Desde que tengo uso de razón mi madre me ha llevado a todas las fashionweek de todos los países, a mí y a mi hermana Eli, con todas sus amigas. Pero eso acabó el mismo día que me mude aquí. Desde ese día se acabó todo lo relacionado con ese mundo, por que como bien os he dicho antes mi pasión siempre ha sido el patinaje sobre hielo. Y ya que ese ha sido mi capricho no lo he tenido que decir dos veces para cuando tuve seis años mi padre en contra de mi madre, ya que ella siempre ha querido que sea modelo, me apuntara en la academia.

Físicamente, según como dicen, aparento más edad de la que tengo. Soy alta, 1'73, mi pelo largo es castaño con un toque de reflejos rubios. Mis ojos son de color azules verdosos, con unas largas pestañas y unas cejas bastantes expresivas. Unos labios carnosos de forma de corazón. Mi cuerpo casi llega a tocar la perfección en cuestión de medidas, ya que mis medidas son 90 58 90, con unas largas piernas.

Ya que ya he hecho todas las presentaciones, voy a comenzar con mi historia desde que me mude a Viena hasta estos días que me he decidido escribirla para que cada vez que me sienta una gran estúpida me suba los ánimos.