my famous last words (welcome to the black parade, little boy) | l.s [✓]

11: awake and unafraid, asleep or dead. (epílogo)

holaaaaa prepárense algo pra comer mientras leen porque es largo este capítulo (+10k de palabras) y espero que les guste :D

Harry y Stephan se encontraban en frente de la casa de Juliet, en las ventanas se reflejaba una sombra moviéndose en el lugar y se escuchaba a lo lejos las noticias que transmitía la televisión en la casa, indicando que la madre de Louis se encontraba allí.

Era casi de noche y el frío apenas se sentía. Ambos chicos estaban parados, mirando la puerta color negro, pensando si de verdad valía la pena entrar y hablar, sobre todo el rizado, quien miraba la casa en silencio con una lluvia de emociones corriendo sobre él. Miró a Stephan y levantó sus hombros.

―No lo sé... es muy tarde y ella no querrá saber algo de Louis. No después de cómo la hemos visto salir del hospital. ―dijo Harry al rubio a su lado. ―Tal vez no vale la pena, esto es absurdo.

―Le prometiste a Louis que le entregarías la carta a su madre luego de visitarlo.

Harry apretó sus labios, estaba muy nervioso para poder siquiera pensar en algo. Recordaba todo lo que le dijo Louis sobre su madre y las cosas que hacía a su ex novio, y en su mente solo podía pensar que no quería tener contacto con su hijo o saber algo de Louis.

―Lo sé, pero no ha de ser el momento. ―dijo inseguro Harry mientras miraba la carta, que se encontraba levemente arrugada debido a Harry y los nervios que tenía. ―Puedo volver mañana y entregarle esto. Louis no tenía problema de que pudiera hacer eso. ―Pero...

―¿Pero...? ―repitió Stephan.

―¿Y si mañana digo lo mismo que ahora? ¿Y el día que sigue? ―cuestionó el rizado. Stephan hizo una mueca. ―Quiero hacer bien todo pero estoy muy nervioso.

Harry miró nuevamente la puerta de la casa y se mordió el labio, los nervios y el miedo que sentía de aquella mujer era mucho para el rizado. Las veces que Louis le habló de su madre, le hizo creer que era una persona dura de tratar, y pudo confirmarlo cuando Juliet habló con Stephan en su trabajo sobre el castaño y su enfermedad.

Cuando Louis le contó que no le pudo entregar su carta a su madre, pensó que pudieron discutir, sin saber lo que realmente pasó en los pasillos del lugar: Louis siendo poseído por Mamá y gritó todo el odio que tenía guardado hacia su madre.

Stephan notaba los nervios de Harry, y lo entendía, por supuesto que lo hacía. Pero era ahora o no hacerlo nunca. Y el rubio sabía lo que era evitar las cosas por miedo.

―Harry ―dijo su amigo. El nombrado lo miró. ―, te estás presionando con todo esto. No quiero que te hagas mala sangre. ―dijo Stephan mientras le ponía una mano en el hombro el rizado. ―Entiendo que estás haciendo esto por Louis, yo también tengo que hacer lo mismo que tú, pero puedes hacerlo cuando te sientas listo y no por obligación. Él te dijo que lo hagas cuando todo esto pase... ―apretó sus labios y miró la puerta negra. ―, pero si sientes que debes hacerlo ahora, hazlo. Yo te esperaré aquí.