°Harry Potter-One Shots°

Festival (Imagina)

Nunca me habían interesado los festivales y menos el que entusiasmaba a toda mi familia, el festival de las flores. Era ridículo e infantil. Y lo peor, mi madre tenía un puesto de flores en ese festival.

Y como cada año, estaba en el puesto, aburrida, con mis manos sosteniendo mi cabeza mientras me apoyaba mis codos sobre la mesa. Mis hermanas pequeñas iban de un lado a otro, corriendo con flores en sus manos.

-Hey, no pongas esa cara- Mi mamá llegó regañándome. Me entregó algunas coronas de flores.- Ve y reparte a las personas- me ordenó. Me alarmé.

-¡Mamá, por favor! Dile a las chicas, a ellas les encantaría repartir estas cosas- le reclamé.

- Ve ahora- refunfuñé. Mamá suspiró.- Mira hija, sé que no te gusta este festival, pero al menos trata de verlo de un lado positivo-.

-Como cuál- le pregunté.

-Puede que encuentres a una persona especial aquí- rodé los ojos.- Y ahí está, la misma actitud que tu hermano- se puso a recoger unas flores- Uno trata de mejorar el ambiente y viene con esa actitud- se había molestado. Vio que no me movía.- Ve, o yo misma te llevaré tarándote una oreja- Me apresuré y fui hacia la gente.

No sabía con quién empezar, qué decir, qué hacer. Me quedé parada con una corona de flores azules y amarillas sobre mi cabeza. Probablemente le daría las flores a unos niños que pasaran por allí, y le diría a mamá que los había dado todos.

Hasta que la vi.

Vi a una chica hermosa, que caminaba emocionada viendo todo tipo de flores. Me sonrojé. Joder, era hermosa. La observé mientras ella pasaba. Hasta que se fijó en mi. Entré en pánico. 

-Hola- Maldita sea, su voz, su jodida e hipnotizante voz- ¿Estás dando las coronas de flores? ¿Cuánto cuestan?- sacó dinero de una bolsa.

- N-no cuestan- reí tímida- En este festival las flores no se compran, se regalan-.

-Qué bien, no tengo mucho dinero muggle- se dio cuenta de lo que había dicho y se asustó poniendo una mano en sus labios. Es ESOS labios. En esos hermosos, carnosos y... 

¡Haber, concéntrate!

-¿Así se llaman las monedas en tu país?- asumí que era extranjera. Aunque hablaba el idioma perfectamente. ella asistió un poco insegura.- Que raro, nunca había escuchado ese sistema monetario-.

-Sí bueno...- negó con la cabeza.- ¿Me das una corona?- cambió de tema.

-C-claro cual quie-quieres- Ese tartamudeo, amigxs míos, es un tartamudeo de enamorada-.

-Este- señaló una corona de flores rosa y amarillo que tenía en mis manos. 

Una idea fugaz pasó por mi mente, y no sé porqué lo hice, pero terminé poniendo la corona sobre su cabeza. Ella se sonrojó.

-Ay, yo... lo s-siento muchísimo- me disculpé totalmente sonrojada. Ella me disculpó diciendo que no me preocupara.

-Oye, ¿Tienes novio?- me preguntó.

- N-no, no tengo novio- la pregunta me puso nerviosa.

- ¿Novia?- negué con la cabeza.- Entonces, ¿te gustaría salir algún día conmigo?-.

-C-claro- traté de ocultar mi nerviosismo y un evidente sonrojo.- Hay... un café cerca, p-podríamos ir a-allí, si quieres- le propuse.

- Me encantaría.- Sonrió sonrojada.- ¿El viernes? ¿A las 7?- asentí rápidamente.

Ella sonrió. Se dio vuelta y se alejó un paso.

-Espera- Se dio la vuelta.- ¿Es una cita?-.

-Claro- me guiñó el ojo.

Se fue, mi corazón latía a mil, mis hormonas se desestabilizaron y mi heterosexualidad está llorando en el piso, llorando.

Gracias mamá, gracias por traerme a este festival.