Fairytale ✿ VMin

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Jimin se quedó mirando el techo mientras Taehyung estaba dormido a su lado abrazándolo completamente desnudo.

Se sintió bien, pero había algo que le hacía sentir que eso estaba mal. ¿Pero cómo podía ser malo que Taehyung lo amara? Dejó de lado los pensamientos negativos y se centró en lo que realmente importaba. Taehyung.

A la mañana siguiente Taehyung le dio un corto beso en sus labios y bajó a cocinarle a su padre, la chica seguía allí. Sólo la miró con desagrado y fue directo a la cocina ignorando a la pareja que estaba sentada en el sillón.

—¿Te gusta? —le preguntó su padre refiriéndose a la chica.

—No en realidad —dijo sirviendo los platos.

—Puede que le gusten los chicos —dijo la chica y soltó una carcajada la cual su padre no tomó nada bien.

—No, mi hijo no es un maricón —habló como si aquello hubiera dañado su orgullo—. Él es un hombre como su padre.

—Lo dudo mucho, se ve que es un chico delicado.

Taehyung se secó las manos en su mandil y sin previo aviso su padre le dio un cachetada volteando su cara .

—¡¿Qué mierda es ese mandil de mujer?! —vociferó haciendo que Taehyung se encogiera en su lugar.

—Era de mamá —susurró Taehyung acariciando su mejilla en un intento de aliviar el dolor en su piel—. Es para no ensuciarme.

El hombre miró a la chica sentada y ella se encogió de hombros.

—Te dije…

Taehyung tembló al sentir la enorme presencia de su padre. Lo tiró al suelo de un golpe en el estómago.

Quiso gritar, pero por un momento sintió que el aire se le había ido y antes de poder negarse lo tomó de los cabellos y lo arrastró hasta encerrarlo en un armario. Golpeó la puerta repetidas veces con sus puños pidiendo ayuda, pero nadie lo ayudó.

Escuchó los murmullos tranquilos de su padre con la mujer, ambos se quedaron conversando, mientras él seguía encerrado. Dejó de pedir ayuda cuando se dio cuenta que nadie lo sacaría. 

Pudo haber sido peor. Pensó, otras veces lo habría dejado sangrando, ahora se había contenido porque tenía visita.

Poco después su padre se fue de la casa y reinó un horrible silencio.

—Por favor —susurró y se hizo bolita llorando en una esquina de aquel angosto armario.

Escuchó la voz de Jimin preguntar por él.

—¡Jimin! —gritó y golpeó varias veces la puerta.

Jimin se acercó y con movimientos torpes logró abrir la puerta de aquel armario.

—Aquí estás —dijo aliviado.

Taehyung abrazó a Jimin llorando sin poder parar. Él le suavizó la espalda esperando ser reconfortante y después le hizo verlo a los ojos.

Pero Taehyung apartó la mirada.

Cómo podía siquiera mirarlo a los ojos después de que en la noche anterior le prometió cuidarlo, si se la pasaba llorando y siendo golpeado por su padre.

—Soy un cobarde con mi padre. No mereces a alguien tan horrible como yo.

Para Jimin eso no era importante, él lo amaba demasiado, sabía que su Taehyung era fuerte y él también lo era.

Sujetó de la barbilla y lo hizo mirarlo.

—Tae —dijo con una pequeña sonrisa—. No me importa tu padre, no me importa nada más que tú, no eres horrible por ser quién eres, eres precioso.