Kate Roberts
Salgo de mi habitación y escucho las voces de mis tías maternas, no podía creer que ya estuviesen así de rápido nuevamente en nuestra casa, corro rápido hacia la cocina para que no me vean, tomo una caja de leche, y los seriales para desayunar en mi habitación. De un momento a otro escucho una voz
— Kate, espero que vengas a saludarlas, no tardes.
Me giro y era mi hermana Katerina, ella cómo siempre, haciéndome el día peor que como ya estaba destinado a ser. Le miré con odio y dije:
— Ya que eres tan buena sobrina, espero que las acompañes a visitar a sus amigas ¿No crees?
Me viró el rostro y ya casi llegando a donde estaba nuestra madre y sus hermanas dijo en voz alta:
— Hermano, que bien que despertaste, cuando estes listo baja a saludar a nuestras tías queridas ¡No tardes!
Hija de su madre, siempre en lo mismo, nunca hace nada que no sea enojarme. Subo las escaleras y vuelvo a mi habitación. Comienzo a desayunar y el teléfono suena, era un mensaje de Yohan, uno de mis más apegados amigos de la infancia.
NARRADOR
Kate, hijo de madre soltera, vive con su madre y hermana en la parte más intrincada de California, familia de buena situación económica.
Mensaje de Yohan:
— kate, no se si estás de vuelta en el trabajo, pero te informo que Keiren volvió a California, y con ella aquí, todo será más difícil.
Kate Roberts
La mañana no podría ir peor, este mensaje fue lo último que me faltaba para que empeorara todo.
NARRADOR
Kate coge nuevamente el teléfono, lo desbloquea con el rostro y va hacia la APK mensajes y busca el chats de Yohan y le teclea:
— Buenos días Yohan, recibí tu mensaje, no te preocupes, yo hablaré hoy con ella cara a cara. Saludos.
Kate coge y tira el teléfono con enojo hacia la cama, y comienza a mirar hacia el armario. Al pasar unos minutos ahí divisando su ropa, decide pararse a vestirse ya que tenía que saludar a sus tías, y hacerle una visita a una vieja amiga suya.
Kate Roberts
Estoy frente al armario, no se si ponerme un chaleco o tan solo un leve atuendo para una ocasión.
NARRADOR
Kate agarra un chaleco negro de cuero, un jeans negro apretado, y una camiseta blanca, se dirige hacia el baño de su habitación, se da una ducha, cuando termina de hacer todo lo que tenía que hacer en el baño, vuelve hacia su teléfono y lo hecha en su bolsillo derecho de su pantalón, y con no más que una sonrisa se dirige a saludar a sus tías, Marilyn y Melia, ambas muy idénticas ya que eran gemelas.
Kate Roberts
Salgo de la habitación, pongo una cara sonriente para saludar a mis tías, y para que mi madre no se de cuenta de nada de lo que estaba pasando en el momento. Llegué donde se encontraban, apenas Melia me vió, dio un brinco de esos de los que parecen por emoción pero no era nada más que puro espectáculo fingido:
— Kate, mi querido sobrino, cómo está mi sobrino precioso. Dijo Marilyn mirándome de arriba abajo.
— Bien tía, cómo siempre ya casi de salida. Le respondí guiñándole un ojo a ambas.
Fui hacia ellas, nos dimos unos besos y abrazos. Miré a mi mamá, le dije:
— No vuelvo hasta más tarde, no me llames, si algo te llamo, un beso.
— Ok querido, que pases un lindo día. Dijo ella dándome un beso en la frente.
Después de eso salí de casa, ya que iría a buscar donde estaba hospedada Keiren . Tomé un taxi hasta la casa de Yohan ya que no tengo coche propio porque últimamente hay muchas bombas en ellos, y pues no confío mucho en autos propios. Llegando a la casa de Yohan me di cuenta de algo extraño, había un coche el cual no me era nada conocido, y se podía ver que los que estaban dentro eran de la banda de Maloy, ya que los conocía muy bien porque Keiren pertenece a esa banda, ella es como su bruja personal, eso significa que el estaba de regreso también en California, ya que donde está el, ella también tiene que estar.
Después de pagarle al taxista, salí del coche y fui directo y sin mirar hacia atrás a la casa de Yohan, toqué y en segundos me abrieron la puerta. Era la madre de Yohan, me abrazó y me dijo:
— Que bueno que llegaste, esos hombres de ahí afuera están preguntando por Yohan, les dije que no estaba, pero aún siguen ahí.
Le tomé de las manos y le dije:
— No se preocupe Sara, a Yohan no le pasará nada, yo ya estoy aquí ¿Y donde está el ahora?
Me miró a los ojos y en voz baja dijo:
— Se encuentra en su habitación.
Le respondí con un tono un tanto suave para calmarla.
— Ok, no te preocupes, yo ahora hablo con el, y resolvemos todo esto.
Me di media vuelta y fui hacia su habitación, traté de abrir la puerta pero como imaginé la tenía serrada por dentro, toque y le dije:
— Yohan abre la puerta soy yo Kate.
Comencé a sentir un sonido desde dentro, era el que estaba abriendo la puerta, me tomó del brazo y me metió para adentro de un solo empujón.
Se abalanzó hacia mi llorando.
Le dije algo preocupado y pasándole la mano.
— ¿Qué te sucede, dime, no te quedes callado, qué es lo que te está afectando para que llegues a este punto?
Se apartó un poco de mi, y con lágrimas en sus ojos dijo:
— Ella ha llegado, y no está sola, nos castigará por estar en su contra.
Le pregunte confundido.
— ¿De quién me hablas? .Dime nombre, no te entiendo.
Su rostro se torna serio y me dice entre dientes.
— Keiren
No pude evitarlo, solté una de esas carcajadas burlonas que le salen a uno cuando el chiste es demasiado bueno. Le miré, le levante el rostro con mis manos, y le dije:
— Yohan, no me digas que estás así por ella, sabes que jamás se metería con nosotros. No es tan tonta como para hacerlo.
Yohan Perry's
No sabía cómo decírselo, pero ella no regresó sola, llegó desde Europa con las hermanas del Círculo corazón. No se cómo pero esa perra de Keiren hizo algo para que yo no pudiese hablar, pero de tantos hechizos que conozco jamás había visto algo parecido.
Tomo a Kate de la mano y murmurándole le digo:
Ve a casa de Lisa, y dile que te hable del Capítulo Vll del libro oculto. Y cuando sepas de lo qué hay ahí, podrás buscar a Keiren en la casa que tenía Maloy cerca del Hotel Waldorf Astoria Beverly Hills.
Kate Roberts
Le mire a los ojos y secándole las lágrimas le di las gracias junto a un abrazo, le dije:
— No llores más, ya verás que todo esto se solucionará.
Tomé mi telefono que estaba en mi bolsillo y llamé a un taxi, me despedí de Yohan y salí de la casa. Me quedé esperando unos minutos el taxi fuera de la casa, dándome tiempo a chequear bien a los tres hombres que estaban en el auto esperando a que Yohan saliera, eran dos de ellos de piel oscura, parecían de gran altura, y con una compostura fuerte, se podría decir que casi imposible de abatirlos cuerpo a cuerpo.
El taxi ya iba llegando, cuando sonó mi teléfono con un mensaje de mi hermana diciéndome que ojalá me fuera al infierno por haberle dejado sola con las tías y mamá. Abrí la puerta del taxi y me acomodé, miré al chofer y le di la dirección de Lisa.
Pasamos al rededor de una media hora en llegar, fueron unos 10 dólares el viaje, le pagué al señor y me bajé del auto, cuando iba saliendo veo que lisa ya me estaba esperando fuera de casa, al parecer ya Yohan le había dicho el motivo de mi visita.
Lisa Tomson
— Buenas señorito Kate, ya Yohan me habló del motivo de tu visita, así que no nos demoremos más que es un poco lejos donde buscaremos lo que nos hace falta, son al rededor de 1h o 1:30h de viaje así que en marcha.
Abrí el garaje, para tomar mi auto, podía haber llamado a un taxi pero me gusta darle en la cabeza a Kate con sus miedos terroristas de bombas y todo eso. Le miré y le dije:
— Antes que digas una sola palabra, sin mi auto, yo no me muevo, así que, te montas o vas a pie.
Kate Roberts
No me lo podía creer, el día no había comenzado bien, y no ha ido nada así como para que Lisa venga ahora a querer tirarse chistes conmigo, aunque una cosa es cierto, soy algo exagerado con lo de los autos propios. Así que me monté a su lado y salimos en busca de ese tal libro Oculto que solo ellos dos sabían.
NARRADOR
Eran casi las 12:00 del día cuando Lisa y Kate salieron en busca del tal libro Oculto. El auto de Lisa era moderno, se lo habían regalado sus padres por sus 17 años.
Lisa era una chica de piel morena, ojos verdes y llamativos, su pelo era algo rizado de color castaño, era una chica de buen cuerpo y con facciones finas en el rostro.
Lisa Tomson
—Deberíamos de parar para que comas algo, ya que hasta que lleguemos no veremos más ninguna tienda, y tú cómo siempre sales de casa sin comer nada.
Kate Roberts
— Es cierto, no sería mala idea comprar unos aperitivos, aunque te equivocas en algo, hace ya dos semanas que desayuno en casa, así que no ando tan mal como antes.
Le dije sonriendo un poco, ya que desde que habíamos salido de su garaje no habíamos hablamos de nada en absoluto. Nos detuvimos en un establecimiento para comprar alimentos y otras cosas que Lisa necesitaba para ella. Compré unas papas fritas, unos hot Dog y hamburgueses para ambos, pasamos todo el camino comiendo y cantando unas canciones de los 90 que tenía ella puesta en todo el viaje. Pasamos al rededor de 1 h y 30 minutos de viaje, sin contar la parada para comprar alimentos y eso.
— Por fin llegamos a este lugar, que se puede decir casi que es el fin del mundo. Le dije con un tono un tanto irónico.
Habíamos llegado a una cabaña que le pertenecía a la familia de Yohan, esta estaba cerca de un lago, el cual la hacía algo interesante y siniestra.
— Oh ya veo por qué escondieron el tal libro oculto ese aquí.
Lisa me miró con seriedad y me dijo:
— Oh que clase asombro el tuyo, ya que hablaste, deberías de ayudarme a abrir el portón para pasar el auto, que no pensarás que esta hermosura se quede aquí afuera.
Ella nunca cambia, su mal humor, es algo que se encuentra en ella todo el tiempo, es de esas personas que una sonrisa le dura unos segundos y luego todo el día con mal carácter.
Le ayudé con el portón, y pasó el auto y demás. Ya estábamos dentro en la cabaña, era lo más sucio que he visto en mi vida, pareciese que en años nadie habría pisado ese lugar, lo que era extraño, porque ella y Yohan siempre estaban aquí estudiando.
Lisa Tomson
— Kate, quédate ahí quieto, no te muevas ni toques nada, ahora vuelvo con el libro.
Kate es el chico más curioso que conozco, habla como si fuese a existir toda una eternidad sin fin, aunque no dudo que lo haga, si alguien podría hacerlo, yo te aseguraría que es el. Bajé las escaleras del sótano, al final de la habitación había un cuadro y detrás de él se encontraba una caja con el libro, lo tomé y me dirijo hacia Kate con el. Cuando voy subiendo me doy cuenta de que es cierto, había mucha suciedad en la casa, pero lo que me llama la atención es que en el pasa manos del sótano hay como que partes limpias, como si alguien hubiese pasado sus manos por ahí, me apresuro y voy donde Kate se encontraba.
— Kate, apresúrate, subamos al coche y marchémonos ya de aquí, hablamos en mi casa sobre esto.
Kate se levantó del sillón donde se encontraba sentado y subió al auto sin ningún tipo de problemas.
Kate Roberts
—¿Lisa dime que sucede? Le digo
Ella me mira y me dice:
— Keiren a estado en esa cabaña o al menos alguien enviado por ella, así que será mejor que te muestre lo que necesitas aquí en el auto, que puede ser que nos estén esperando en casa.
Lisa frena el auto, toma el libro de mis manos, y busca el capítulo Vll y me dice:
—Aquí está lo que le hicieron a Yohan, este hechizo para que se mantuviera callado, solo lo tienen los libros más viejos y poderosos de Europa, así que debes andar con cuidado, te dejaré en el lugar que me digas, pero sigue leyendo mientras llegamos.
Le miré con asombro, ya que yo no sabía de la existencia de este libro, según Yohan había sido destruído por su familia hace mucho tiempo, pero no fue así. Le dije que me dejara en la dirección que me había dado Yohan para que pudiese encontrarme con Keiren.
Pasaron un par de horas para llegar al lugar, le di el libro a Lisa y me despedí de ella. Cerré la puerta del coche y me dirigí hacia la puerta de la casa. Toqué el timbre de la puerta, cuando iba a hacerlo por segunda vez, un hombre me salió a la puerta y con un tono desafiante me dijo:
— ¿Que buscas aquí Niño?
Le miré a los ojos, y sin nada de remordimientos le respondí:
— busco a la señorita Keiren¿Ella se encuentra?
Cuando de repente se escuchó una voz
— Déjalo pasar es mi invitado.
Dijo ella, como siempre, con su tono de voz algo amenazante.
El hombre se apartó de la puerta y me dejó pasar, allí estaba ella, con un vestido negro escotado, su pelo rojo, sus labios como siempre pintados del más vivo de los colores que se podría ver, el verde.
Me miró y sonriendo me dijo,
—Esperaba que vinieses
Se sentó en uno de los muebles de la sala, y me invitó a acompañarla.
Keiren Morgan
Por fin decidió aparecer, que ni se crea que esta vez se saldrá con la suya.
Le miré y le pregunté:
— ¿Qué tal a estado todo en mi ausencia? ¿Me extrañaste?
Me miró con odio y respondió a mi pregunta:
— No creo que se extrañe el veneno de la serpiente en esta ciudad, así que no entiendo para que volviste.
Traté de calmarlo.
— no seas así, tú sabes que yo nunca he tratado de dañarte, solo es que no tenemos los mismo amigos.
Miré a uno de mis sirvientes dándole la orden que le habíamos hablado antes, de echarle un líquido para dormir a Kate.
— Kate, no hablemos más, y tomemos unas copas, ¿Que prefieres, bourbon o vodka?
Respondió:
— No se para que preguntas si sabes que siempre tomo Bourbon.
Le dije sonriendo:
—Es la costumbre de preguntar
Le dije a Bruno que trajera un trago de Bourbon y uno de Vodka para mi, y claro, el de el ya venía con su preparación engañosa.
Bruno nos trajo los tragos, y brindamos cómo era de costumbre hacer cuando dos personas conocidas toman juntos.
Kate Roberts
Su empleado nos trajo un trago a cada uno, brindamos por nuestras vidas, me tomé el trago hablando con ella sobre mi visita, al rededor de 5 minutos después comencé a notar cosas raras, veía doble, el mundo me daba vueltas, no podía creer que esta perra me había drogado, pero no podía más, cuando iba a decirle algún tipo de ofensa caí en el más grandes de los sueños.
NARRADOR
Unas horas después de Kate haberse quedado dormido por fin despierta, se siente algo desconcertado, no sabe dónde está, se encuentra en un salón amplio de la casa, un salón desierto, donde solo se está el, sentado en una silla y con las manos atadas.
Kate Roberts
Despierto, abro los ojos lentamente, no puedo divisar nada de lo que me rodea aún, siento el dolor en mis muñecas de las fuertes ataduras que me habían hecho, escucho pasos, alguien se acerca a mi. Escucho una voz:
— Por fin decides despertar, ya me estaba preocupando por ti.
Era Keiren hablando en un tono irónico.
Se puso frente a mi y comenzó a reírse en mi cara, le miro y le pregunto:
— ¿Cuanto tiempo llevo aquí?
NARRADOR
Keiren le responde:
— 6 horas, el suficiente como para aburrirme de tu visita.
Keiren comienza a caminar de un lado a otro pensando en que hará con Kate, en lo que el se le escucha diciendo:
— Ardan cuerdas, ardan.
— Ardan cuerdas, ardan
Keiren de forma burlona le mira y le dice:
— Querido, no te esfuerces, tus Abra Cadabras aquí no te servirán, mis nuevas amigas se encargaron de ello.
Piensa Kate:
Joder, lo que me faltaba ahora, un hechizo anti magia, esto era lo último que me podría pasar.
Keiren Morgan
El estaba ahí, atado, sin apenas poder moverse, pero como siempre confiado en si mismo, era el chico más orgulloso de sí que había visto. Le miré y le dije:
— Espero que no te hayas acostumbrado a estar ahí sentado, porque sabes que no me gustan los cabos sueltos, y a mis amigas menos.
Me respondió casi gruñéndome:
— No me esperaba menos de una serpiente como tú.
Ignoré su comentario, llame a Bruno y a Max y les dije:
— Encárguense de el, espero que hagan bien su trabajo, llévenselo, ya saben que hacer.
Kate Roberts
Aún no me creo, de lo que es capas Keiren, vienen dos hombres robustos hacia mí, ambos morenos, creo que eran los del auto en casa de Yohan, uno de ellos trae una navaja en su bolsillo.
Cuando se acercan a mi para levantarme de la silla y llevarme para a saber donde sería el homicidio, tomé con facilidad la navaja. El más alto de los dos me levantó y comenzó a escoltarme hacia la salida, me llevaron a unas calles de la casa, por un callejón, dándome tiempo de soltarme las manos, no se habían dado cuenta porque ya eran al rededor de las 11:00 o 12:00 de la noche quizás, así que cuando me acorralaron para golpearme ya mis manos estaban libres. Estaban ambos frente a mi, uno se abalanzó sobre mí, lo esquivé, el otro, pudo tomarme de un bazo, y me lanzó hacia uno de los lados del callejón, era algo imposible ganarle a estos dos hombres, y más si el que luchaba con ambos era yo. Tomé un amuleto que tenía en el cuello, calme mi respiración, escuché la simple brisa del viento y pronunciando en voz alta dije:
— oculi lunae inhaerentes, oculi in tenebris abscondentes
En ese momento sus visiones comenzaron a fallar haciendo que ambos se hurgaran los ojos, una y otra vez. Comencé a correr ya que había ganado un poco de tiempo hasta que lograran recuperar la vista, como en efectivo, uno de los relojes de la calle decía que eran las 12:30 de la madrugada ya, me quedaban unas 6 cuadras más para llegar a la carretera qué pasa frente al hotel Waldorf Astoria Beverly Hills, no tenia más fuerzas para seguir corriendo, creo que el corazón se me iba a salir del pecho, la sed es inminente, mis ojos pesan.
Selin Willers
En este momento no se ni que hacer, es que es algo muy emocionante para mi, algo que nunca había experimentado. Le miro el rostro, y ahí estaba el, observándome de forma tal que yo no me pudiese dar cuenta, pero se ve que lo está haciendo. Le pregunto:
—¿ A dónde vamos? Claro, si se puede saber.
Dejó caer una carcajada y respondió:
— No te preocupes, no te pasará nada, y para que estés más tranquila, no es muy lejos de aquí.
NARRADOR
Era una de esas noches tranquilas a las 12:30de la madrugada donde muy pocas personas se ven en la calle, iban cerca del hotel Waldorf Astoria Beverly Hills cuando comenzó una de esas conversaciones sobre gustos y preferencias de cada cual.
Lucas Hilbers
— ¿Que te gusta más, leer o escribir?
Me miró algo apenada y respondió sin más
— Lo siento pero ninguna de las dos, no pierdo tiempo en esas cosas.
Sonreí y respondí un tanto sorprendido
— Algo que no me esperaba, de cierta forma te creí aburrida.
Solté una pequeña carcajada guiñándole el ojo.
Se puede decir que casi gruñéndome dijo:
— Ay que gracioso, no se de que te ríes, porque no da gracia.
Selin Willers
Así que pensaba que era una chica aburrida no? Pues aquí me tiene, toda una cajita de sorpresas.
Kate Roberts
Todo el cuerpo pesa, la cabeza me quiere explotar, decido cruzar la calle, y al voltear solo veo dos focos de un auto que vienen hacia mi, quede en shot al verlo, el estaba ahí.
— Lucas
Selin willers
De repente cuando iba a hacerle yo una pregunta apareció un chico frente al auto, haciendo detenernos bruscamente, con rapidez, Lucas salió del auto y en ese mismo momento el chico diciendo su nombre casi que murmurándolo cayó al suelo.Fin del capítulo:
Significado del hechizo de Kate Roberts
Ojos que a la luna se aferran, ojos que se ocultan a la oscuridad.
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Con la luz de tu rostro
Fiksi IlmiahSelin Willers una chica de 17 años, norteamericana, de una familia rica en el estado de California, se enamora por primera vez de un joven dos años mayor que ella, el cual es hijo de una familia muy cercana a la suya, y con la misma situación económ...