V010.

902 77 27
                                        

—Yo sé pero no puedo ir ahora.—respondí mientras acariciaba a un Taro adormilado en mis piernas.—Estoy con alguien que me necesita más que esa verificación de un chisme.

—Te encantan los chisme,¿estás segura de que todo va bien?,esto me preocupa realmente.

—Sí,tranquilo.—vi a Rauw aparecer con una manta.—¿Y eso qué?.

—¿Esto?.—señaló el objeto.—Es una manta,¿no tienes en tu casa?.

—Ronnie,te tengo que colgar,¿si?.

Vi como el zorro con pulgas fruncía su ceño.

—¿Quien es Ronnie?.

—¿Y a ti que te importa?.

—Me importa.—comencé a reírme porque pensaré que bromeaba pero al ver su expresión tan seria dejé de hacerlo.—¿Quién es?.

—Es un compañero de trabajo,¿cual es el show contigo,acaso estás celoso?.

—Sí.

—Ah.—se acercó a mi.—No esperaba una respuesta afirmativa.

—¿Entonces debería mentirte?

—Entonces no deberías andar celándome,tengo jevo.

—Me importa un bicho tú jevo.—tiré de las cuerdas de su hoodie provocando que la distancia entre nosotros disminuyera.

—Deja de decir tonterías...—lo vi pasando la lengua por sus labios despacio,que tipo tan malo,él sabía lo que hacía,obvio que sabía.

—¿Será que me sueltas?.

—Claro.

—Te besaría pero después me esquivas como ayer.

—¿Te acuerdas?.—comencé a reírme como una loca.—Casi besas el suelo,suerte que te agarré.

—¡De las trenzas!.

—Ay pues perdón pero era lo que tenía más cerca.

—Querías hacerme daño y ya.

—Si es lo que piensas...—Taro se levantó y buscó a Rauw.

—Voy a ponerle su comida.

—También estoy hambrienta y no te veo tan preocupado.

—¿Cómo así,la baby está hambrienta?.—hizo un puchero.—Tengo una carnecita suculenta pero está tan acostumbrada a esa porquería que tiene tu novio quizá no estés lista para disfrutar de semejante manjar.

—Te odio.

—Dijiste que no lo hacías.

—Bueno,ahora si.—caminé con él hasta la cocina,comencé a abrir armarios recolectando cualquier snack que se me cruzaba por el medio.

—Déjate de pendejás.—me arrebató las papas.—Siéntate,prepararé algo.

—Quiero pizza casera,con poca pulga,vigila que no se te caigan.

—Tan chistosa.

—Yo sé.

Comenzó a sacar los ingredientes,a la hora de cortar decidí echarle una mano para que así pudiera terminar antes,realmente estaba hambrienta.

—¡No!.—dije apartando su mano cuando intentó agarrar un trozo de bacon.—No metas así la mano.

—¿Y cómo quieres que la meta?.—mi cuerpo se tensó.—La mano,Venus.—sentí su respiración chocando contra mi cuello.—¿Vas a ignorarme?.

Venus.[RAUW ALEJANDRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora