El retumbar de los disparos recorrían sus oídos, los gritos de su padre sonaban peor de horríficos que el estallido de las balas. La casa brillaba con la luz de luna, pero no podía evitar solo ver todo en tonos grisáceos en la gran habitación. Estaba en soledad sin saber qué hacer, tapándose sus pequeñas orejas. La voz de su hermano gritando al igual que la de su padre apareció a la lejanía, sin embargo, esta termino tan rápido como comenzó.
El surgimiento del rompimiento de un cristal hizo que el silencio se expandiera, sus manitas bajaron y se posaron en las sábanas de su cama. Miro la puerta con detenimiento, unos pasos se escuchaban, no sabía si eran de su hermano o de su padre, por alguna razón algo en su pequeña mente le dictaba que no era ni uno de ellos. Tal vez nada más era su imaginación, pero vio una sombra gigantesca posarse tras la puerta. Había instalaciones de velas por toda la casa muy al estilo antiguo de antes que la bombilla existiera. La luz que se filtraba de los candelabros del pasillo en las orillas del marco de la puerta; era casi completamente cortada por la gran figura que solo estaba ahí sin hacer nada. La puerta se abrió, de manera lenta que hizo que su reacción fuera cubrirse hasta la cabeza con las sábanas.
Las pisadas regresaron, no obstante, esta vez se alejaron. Sorprendido abrió un leve hueco para ver como en el pasillo no había nada. Se levantó sosteniendo la tela aun sobre sus hombros, y con toda la valentía que pudo obtener salió y bajo las escaleras. Su hermano se encontraba a mitad de la sala, sin moverse, observando lo que era una botella de cerveza rota cerca de la entrada principal. Se acercó a él, y cuando lo toco este lo miro. Se asustó por un momento. Su mirada ya no era la misma.
-Jimin, papa se ha ido.
La mañana era tan amena como lo era todos los días. Jimin se había levantado de buen humor casi al amanecer, despertando a su hermano, Yiji y a Susana para preparar el desayuno. La mujer mayor le había enseñado todo lo que sabe de cocina, claro que solo cosas que podían preparar con los ingredientes que adquirían de vez en cuando. Susana siempre le comentaba que las comidas de Jimin tenían una sazón especial, pues sin importar cuan poco condimento utilizará esta resultaba deliciosa, y con aquellos halagos lograron que Jimin adorara cocinar, volviéndose su actividad permanente para ayudar. Aunque claro, siempre auxiliaba en todo lo que estuviera a su alcance.
- ¿Yiji, puedes ir a despertar a los demás?, la comida esta lista- Dijo Susana exprimiendo unos cuantos limones para hacer una bebida.
-De acuerdo, espero no batallar con los niños.
Melody y Eliu eran los más jóvenes del grupo. Contaban con 6 y 8 años, siendo la niña la menor. Davey los había encontrado moribundos en un restaurante a varios kilómetros. Su madre -quien al parecer los cuidaba sola- había muerto de una fuerte infección de una herida en uno de sus muslos. Los niños habían vivido con el cadáver de su madre unos días. Con el trauma, el niño mayor forjó una personalidad asocial, pero era compensado por la parlanchina e hiperactiva que era su hermana, a ella solamente le costó un par de semanas acoplarse y olvidar la pesadilla que alguna vez vivió. Su hermano fue un caso totalmente distinto.
Los demás del grupo eran personas muy características. Esteban muy -por no decir demasiado- robusto, que era igual a un motociclista clásico, pero sin tatuajes o perforaciones. Yamilet, una chica morena de pelo tan esponjado que Jimin siempre lo comparaba con una nube oscura, rara vez se le escuchaba decir algo, sin embargo, su carácter era tan dulce al comunicarse abiertamente con sus expresiones que olvidabas ese gran detalle. Wook, que tenía toda la pinta de un Kkangpae*, tan reservado y al mismo tiempo tan fuerte. Lo rodeaba un ambiente de fiel protección al grupo. Y por último estaba Bill, quien al principio Jimin le decía que tenía cara de payaso malévolo haciéndolo irritar bastante, pero ahora se llevaban muy bien, además de que era muy bueno en el combate gracias a su delgadez y gran altura. Se decía que su padre era algún cazador por lo también que sabía hacerlo, su especialidad eran las cuchillas, y aun así Bill nunca hablaba de su pasado, ni siquiera con Jimin, que lo consideraba su mayor confidente.
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Carnaval ♤ Kookmin
FanficJimin vive junto a su hermano en un mundo catastrófico devorado por una bestia lunar. Ciertas circunstancias lo llevan hacia un hombre fuerte, poderoso y además cruel. No sabrá si el infierno esta en las peligrosas calles de supervencia o al lado de...