ENVIDIA

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me aparto de ella lentamente antes de tomarla de la mano llevándola a un palco vacío donde vuelvo a besarla de forma intensa mientras nos desnudamos. Dejo su boca besando su cuello escuchándola jadear mientras una de sus manos toma mi miembro haciéndome gemir.
- Seri...
- No hables – responde ella a lo que yo muerdo su cuello haciéndola gemir más fuerte. Hago que se siente en uno de los sofás que hay en la habitación antes de ponerme de rodillas frente a ella abriendo sus piernas. Comienzo a besar su sexo al tiempo que introduzco dos dedos en su interior moviéndolos hasta que llega al orgasmo.
La veo temblar mientras sonríe, sin darle tiempo a recuperarse la embisto fuerte deleitándome con volver a sentirla. La penetro fuerte escuchándola gemir mientras sonríe haciendo que mi corazón se acelere aún más si es posible, mientras la observo pienso en lo mucho que amé y la amo.
- No pienses tanto – dice ella en mi oído para luego de un rápido gira poniéndose sobre mi moviendo su cintura mientras me mira a los ojos haciendo que mi cuerpo se estremezca. Me toma de las manos poniéndolas sobre mi cabeza cerniéndose quedando cara a cara observándonos a los ojos hasta que llegamos al orgasmo. – esto no puede volver a suceder – dice ella poniéndose en pie buscando su ropa.
- ¿podemos hablar? – me pongo de pie quedando desnudo frente a ella que me escanea de pies a cabeza mordiendo su labio inferior acercándose a mí.
- ¿me amas? - pregunta acariciando mi pectoral izquierdo donde llevo tatuada la promesa que le hice y la que por cobarde no pude cumplir, junto a su nombre. Cuando estoy por responder tocan la puerta.
- Seri - escuchamos la voz de Baek del otro lado de la puerta - Seung quiere hablar contigo.
- Salgo en un momento – dice ella vistiéndose rápidamente, pero antes de irse se vuelve a verme – lo que diré lo hare solo una vez y por qué hace quince años no tuve la oportunidad. – ella se acerca aún más a mí – no sé qué paso para que decidieras que no valía la pena luchar por mí y es algo que cada día me he preguntado.
- Seri... - trato de hablar, pero ella niega con la cabeza.
- Nada me ha dolido tanto, porque yo estaba dispuesta a todo por ti, daría lo que fuera por ti, destruiría el mundo por ti, porque te amé desde el momento que te vi por primera vez. – sin más se da la vuelta caminando a la puerta abriéndola y saliendo de allí dejándome solo con una opresión en el pecho por sus palabras.
Corro en la cinta tres días después de lo sucedido en el oasis. Mientras observo el hermoso jardín de la mansión Sokolov, viendo en lo que sucedió con Seri y que luego de aquella noche no volví a dormir con Andrea quien se encuentra molesta por mi actitud y la entiendo ya que Seri ha trastornado mi vida. Durante estos días hemos cerrado algunos tratos.
- ¿Cuándo volverás a Madrid? – escucho a mi hermano el cual me saca de mis pensamientos.
- ¿te molesta que este aquí? – pregunto divertido a lo que él niega con la cabeza.
- No, pero necesito que estés allí mientras organizo todo para el Inna durante el embarazo – dice con una enorme sonrisa que se refleja en sus ojos feliz porque será papá.
- ¿Cuándo quieres que viaje? – pregunto deteniéndome
- Mañana luego de la reunión con los Wang – responde y veo que en ese momento entra Andrea observándonos.
- Los dejo – dice mi hermano yéndose
- Tenemos que hablar – dice ella llegando junto a mi entregándome una botella de agua.
- ¿podemos dejarlo para cuando volvamos a Madrid? – pregunto abrazándola mirándola a los ojos – gracias por estar en mi vida. – ella me sonríe triste.
- Esta bien
- ¿Por qué no te vas de compras? – digo a lo que ella rueda los ojos – mientras arreglo algunas cosas con mi hermano.
- Solo quiero caminar – responde ella mientras salimos del gimnasio aun abrazados. Vamos hasta la habitación donde ella toma su bolso y luego de un beso se va dejándome solo siéndome como un imbécil.

SERI...

- ¿Todo está listo para mañana? – pregunto a mi hermano junto a mi mientras vamos en el auto a la mansión Sokolov. – quiero volver a casa.
- Todo está listo – responde mi hermano mientras observo por la ventana tratando de mantener mi mente en blanco y no pensar en lo que sucedió en el oasis y lo mucho que me afecto.
Ver nuestra promesa tatuada en su pecho junto a mi nombre hizo que el pecho me doliera, porque de nada sirve que la tenga gravada en la piel si no es capaz de cumplirla, eso hace que el dolor que siento sea más grande.
- Hemos llegado – dice mi hermano sacándome de mis pensamientos al tiempo que el auto se detiene. Suspiro antes de que uno de nuestros hombres me abre la puerta, bajo del auto al hacerlo veo a la más que perfecta novia de Santiago caminar hasta una camioneta que espera por ella. Agradezco haberme puesto lentes de sol para que nadie se dé cuenta cuanto me afecta verla, caminamos a la entrada y cuando estamos por pasar junto a ella habla.

- Sabía que serias perfecta pero no hasta este nivel – dice haciéndome detener

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- Sabía que serias perfecta pero no hasta este nivel – dice haciéndome detener.
- Adelántate – ordeno a mi hermano que niega con la cabeza antes de continuar caminando – no se quien crees que soy – le hablo a ella que ríe sarcástica.
- Se perfectamente quien eres – responde ella sonriendo retadora a lo que yo enarco una ceja – antes de escuchar si quiera tu nombre, lo supe en cuanto é te vio. – niego levemente con la cabeza – te envidio, porque sin importar que contigo este en el infierno, es un lugar donde él sería feliz.
- No sabes lo que dices – respondo tratando de irme, pero ella se vuelve a interponer en mi camino.
- Te envidio, ¿sabes por qué? – niego con la cabeza – porque durante el tiempo que hemos estado juntos jamás me ha visto, ni una sola vez. Como te ve a ti.
- ¿Cómo se supone que me ve? – pregunto a lo que ella sonríe triste
- Eres el Báratro en el que sería feliz viviendo, sin importar cuando dolor y sufrimiento pase en este...

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