SERI...
Paso saliva observando el féretro bajar lentamente al tiempo que escucho los sollozos provenientes de Katrina y la madre de los Rivera quienes son abrazadas por su respectivo esposo. Los ojos se me llenan de lágrimas sintiendo como mi hijo me toma de una de mis manos y Santiago de la otra. Hace un día llegamos a Sicilia donde estamos enterrando a Diego.
- ¿estás bien? – pregunta Santiago haciendo que me vuelva a verlo negando con la cabeza.
- No debería estar aquí – respondo con un enorme nudo en la garganta, él suelta mi mano abrazándome por los hombros lo que me hace romper en llanto.- Eres parte de esta familia – responde en mi oído haciendo que mi llanto aumente y más cuando veo a la señora Guadalupe frente a mí. Tanto mi hijo como su padre me sueltan alejándose un paso.
- Lo siento tanto... - comienzo a decir, pero ella simplemente me abraza dejándome sorprendida.
- no sabes el dolor que siento por la pérdida de mi hijo, pero Diego dio la vida por sus sobrinos, algo que cualquiera de los Rivera haría por otro Rivera – comienzo a llorar abrazándola fuerte y ella a mí – eres parte de la familia, eres madre de dos Rivera y en cualquier momento serás la esposa de Santiago, para nosotros la familia es lo más importante.
- Gracias – digo a lo que ella besa mi mejilla antes de apartarse un poco de mi tomando mi mano. El resto de la ceremonia ella sostiene mi mano, en determinado momento, me alejo de ellos tomando una rosa blanca acercándome a la tumba con los ojos llenos de lágrimas. – no tuve la oportunidad de conocerte más o que pudieras conocer más a mis hijos, pero eso no te detuvo para protegerlos y es algo de lo que siempre estaré agradecida. – beso la rosa antes de dejarla caer dentro de la tumba.
Unos días después volvemos a Madrid más que listos a desatar una guerra. Cuando bajamos del avión veo en la pista a Jing recostado en un auto. Al verme se endereza mientras me acerco a él.
- ¿Cómo? – pregunto sorprendida mientras nos abrazamos.
- Llame a Santiago y me dijo que llegan hoy – responde mirándome a los ojos – ya me entere de lo que sucedió.
- Ellos están bien y a salvo – respondo a lo que él asiente con cabeza.
- Tanto tiempo sin verte – dice mirando tras de mí y sé que trata de Santiago antes de ponerse junto a mí.
- Más de quince años – responde él divertido estrechando su mano.
- Tengo que hablar con ustedes – habla Jing a lo que asentimos con la cabeza.
- vamos a casa con los demás – habla Santiago tomándome de la mano antes de comenzar a caminar hasta una de las camionetas, donde abre la puerta para que entre antes de rodear el auto entrando.Durante el camino vamos en completo silencio, lo tomo de la mano haciendo que se vuelva a verme regalándome una radiante antes de besar mi frente. – te amo – dice antes de besar mi mano haciéndome sonreír. Vuelvo la mirada a la ventana observando la ciudad hasta que llegamos a la mansión.
Rápidamente bajamos notando que los hombres que custodian el jardín algunos son rusos y otros coreanos. Sonrió al darme cuenta del pequeño ejército que tenemos en el lugar y que nos protegen. Veo que Jing baja de la camioneta mientras uno de sus hombres le entrega cinco estuches de terciopelo negro, Santiago y yo lo esperamos antes de adentrarnos a la casa yendo al salón donde se encuentran los hermanos Rivera, los Sokolov, Inna, Maria Paula, Alek, Pavel, Gabriel y Baek. Todos se vuelven a vernos confundidos desviando la mirada a Jing.
- Esto es increíble – comenta Jing haciéndonos fruncir - ¿Cómo alguien se atrevió a atacarlos?
- No comprendo – comenta Sebastián parado junto a su más que perfecta esposa.
- Tres de las familias más poderosas en nuestro mundo juntas es simplemente asombroso – entendemos a lo que se refiere lo que nos hace reír – con todo respeto, traje un presente para las hermosas mujeres aquí presentes – habla entregándome uno de los estuches, luego camina hasta Katrina, luego Maria Paula, luego Inna y por último la demonio a quien observa suspirando haciéndonos reír. – vine aquí a ofrecerle todo mi apoyo. – asentimos con la cabeza – como muestra de buena fe – veo que uno de sus hombres se acerca a él como una carpeta en la mano entregándosela y luego el a mí – el lugar donde se encuentran Eun- Ji y Ji-hyun. – veo que todos se ponen de pie observándome – ellos están recibiendo ayuda de una familia aliada de los Rivera. – abro los ojos como platos levantando la mirada hacia Santiago.
- Están en Andorra – leo en voz alta la información que hay en la carpeta también viendo las fotos de ellos.
Le entrego la carpeta a mi hermano que viene hasta mi con Sebastián mientras Antonio y Alek comienzan hablar por teléfono. Akemy habla con Katrina e Inna a lo que ellas asienten con la cabeza.
- Preparen todo – habla Sebastián acercándose a su esposa – saldremos en una hora.
Luego de aquello todos ponemos a planear en la forma que atacaremos, media hora antes de salir Santiago y yo vamos a su habitación donde nos cambiamos de ropa por un traje de kevlar. Una vez listo volvemos al salón donde los demás están vestidos igual que nosotros. Rápidamente salimos de la casa viendo que en la entrada ya hay algunas camionetas listas para nosotros y cuatro motos, en una de estas se sube Katrina, decido subirme en otra viendo que Inna y la demonio se suben en las demás. Rápidamente nos ponemos en marcha con nosotras a la cabeza. Mientras conduzco pongo mi mente en blanco reprimiendo todo el odio y la sed de sangre que tengo para cuando lleguemos a Andorra, porque una vez allí no podre controlarme porque lo único que quiero es acabar con aquellos que le hicieron daño a mi familia.
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BARATRO
RomanceDicen que el primer amor siempre tendrá un lugar especial en el corazón, pero que sucede cuando tu primer amor te destruye.