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Jimin había ordenado una taza de café para esperar a Jungkook, se tomaba los nervios formados en su estómago con el café cargado. No era muy buena idea, pero ahí estaba, con su taza de café entre las manos mientras veía la lluvia caer por el ventanal.

Era un día lluvioso, un día oscuro lleno de nubes en el cielo, bastante frío; llevando hojas de un lado a otro. El día ameritaba para quedarse en casa, tomando un chocolate caliente en los brazos de la persona que hacía latir tu corazón. Pero, él estaba sentado en un restaurante a la espera de quien hacía aquello con su corazón.

Realmente la noche anterior no pudo pegar un ojo, ya que estaba muy nervioso por el mañana, muy nervioso por lo que fuese a suceder cuando el sol vuelva a salir entre las montañas. Ansioso por la respuesta de Jungkook y la reacción a su disculpa.

Al principio, creyó que Jungkook no vendría, ya qué pasó veinte minutos en los que no se aparecía por el restaurante; hasta que lo vio por la ventana, con un paraguas en la mano y un gran abrigo protegiéndole del frío. La sonrisa en el rostro de Jimin no se pudo evitar, estaba feliz de verlo en el lugar planeado.

Espero un par de segundos hasta que lo vio cerca, tenía un gorro cubriendo su cabello y una chalina sobre su garganta. Jimin envidiaba que haya venido tan abrigado, él apenas tenía un suéter.

—Hey.—Saludó Jungkook sentándose frente a él.

—Hola.—Saludó de vuelta con una sonrisa en su rostro.

—Ya te pediste un café.—Señaló Jungkook.

—Ah, sí, hice hora tomando el café.

—Lamentó haberme retrasado, había mucho tráfico en el centro y por eso llegué tarde.

—Tranquilo, la lluvia se puso intensa y debe haber causado mucho tráfico.

—¡Y fue así!—Sonrió.—Había salido diez minutos antes e incluso llegue tarde, mas tarde de lo planeado.—Soltó una risa.

Ambos sonrieron por el instante, viéndose a los ojos mientras que en sus rostros se formaban bellas sonrisas.

Podían ver, en los ojos del contrario, estrellas brillar. Su mirada se iluminaba al ver a la persona que habían amado por muchos años.

—¿Quieres también un café o prefieres un plato?—Pregunto Jimin.

—Un café está bien, almorcé muy tarde.

Jimin asintió, llamando al mesero que le había atendido, pidió dos nuevas tazas de café y espero a que se las trajeran.

Mientras tanto, suspiro, necesitaba acomodar todo el mundo que debería de decir.

—Y...¿cómo has estado?—Jungkook fue quien inició la conversación.

—Bastante bien, ¿qué tal tu?

—No me quejo.—Sonrió encogiéndose de hombros.

Obviamente, Jimin prefería que la conversación fuera a otro rumbo mientras trataba de acomodar las correctas palabras. Fue así que, comenzaron hablando de su día, luego de su semana, ya con el café nuevamente en sus narices; conversaban mientras se ponían al día sobre las distintas cosas. Incluso parecía que solo se habían reunido para hablar de cosas banales. El tiempo pasaba y el café de sus tazas había desaparecido, el cielo era oscuro mientras que aún llovía.

Ya era hora, era algo que le debía.

—Jungkook...quería pedirte perdón.

El mencionado se quedó callado, escuchando atentamente mientras le prestaba toda su atención a Jimin.

>>—Cometí muchos errores cuando volvimos a vernos, nunca...nunca debí intentar algo contigo mientras estaba con alguien más y mucho menos debí quedarme en silencio. Se que en el pasado también te he lastimado por mis actitudes, no te mereces algo así; no cuando demostraste ser alguien mejor. En verdad siento mucho haberte hecho pasar malos momentos.

—Acepto las disculpas.—Asintió.

—Gracias.—Sonrió.—Siempre ha sido difícil para mí...

—¿Saber lo que quieres...?—Jungkook lo interrumpió.

—Ah.—Soltó un suspiro.—Si.

—¿Aún no sabes lo que quieres?—Susurro mirando la taza vacía.

—Te quiero a ti.—Susurro de vuelta.

Jungkook sonrió por lo bajo, había esperado tanto para escuchar aquellas palabras, que parecía un sueño. Al levantar la mirada para ver a Jimin él se encontraba con un sonrojo sobre sus mejillas, se veía adorable.

—¿Me quieres a mi?—Pregunto, tratando de creerse aquello.

—Siempre te he querido a ti, Kook, solo a ti.—Confeso, se sentía bien al hablar sobre sentimientos que había reprimido hace mucho.—Aun...aun estoy enamorado de ti.

El pelinegro sonrió, dejando que sus mejillas se sonrojaran, se levantó de su asiento yendo directo hacia el lugar de Jimin, parándose frente a el y logrando que el rubio le mirase. Bajo hasta su altura, tomándolo de la barbilla y planto un beso sobre los labios afelpados de Jimin, tomándolo por sorpresa. Fue un beso corto, pero fue suficiente para dejarlos sonriendo y con un sonrojo sobre sus mejillas.

—Yo también sigo enamorado de ti.—Confesó Jungkook.

Jimin sonrió, levantándose de su asiento y envolviendo sus brazos en el cuello de Jungkook, volviéndose a besar; un beso corto, que al finalizarlo hizo que sus frentes se toparan.

—Supongo que ahora si puedo recibir un te amo correspondido.—Bromeo Jungkook.

—Te amo.—Sonrió.

—Vuelve a decirlo.

—Te amo.—Soltó una risilla.—Dejemos a los demás tener su cena.—Señaló, ojos sobre ellos por la escenita romántica que se habían montado.

—Oh, cierto.—Jungkook sonrió soltando a Jimin y sentándose en su asiento, estaba más sonrojado por recibir todas las miradas que estaban sobre ambos.

Jimin lo siguió, acomodándose en su lugar mientras ocultaba una sonrisita.

Se miraron felices, pidiendo una orden más de café y una rebanada de pastel, pasarían lo que restaba de la noche acompañándose y sonriéndose.

Al fin, podían sentarse a mirarse a los ojos con sonrisas en sus rostros, al fin se había podido expresar sus sentimientos.

Al fin, podrían ser felices, sin impedírselos.

Más de lo que fue ♥︎; kookmin au [Más que eso II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora