Capítulo II: Leila

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Diablos, si estaba nerviosa, hoy vería mi familia luego de un año en un internado para señoritas.  Los nervios oprimían mi pecho sin ninguna piedad, mientras intentaba embocar la llave en la dichosa cerradura. La llave se resistía pero finalmente (no tengo ganas de admitirlo, pero luego de cinco minutos) logré meterla y la giré para abrir la puerta de la gigante casa que estaba en frente mío.

-Y esta es una foto de April de pequeña- escuché pronunciar a la voz de mi madre desde el salón. Caminé hasta allí, olvidándome de bajar el equipaje que aún estaba guardado en el auto. 

Me asomé levemente  para ver a mi madre con un álbum de fotografías de nuestra infancia en sus manos abierto por la mitad, sin contar los otros tres que se encontraban en  la mesa ratona al lado de tres vasos con batidos frutales y un plato lleno de cupcakes. En el sofá de enfrente se sentaba (más bien tirada) mi hermana tapándose el rostro con ambas mano. Y por último reparé en los dos chicos, una chica y un chico, que se encontraban uno a cada lado de mi madre mirando las fotografías con ella. Uno era rubio de ojos marrones, alto y apuesto; mientras que la chica era castaña con unos penetrantes ojos grises, también alta, pero no tanto, y muy linda. Ambos sonreían genuinamente mientras observaban cada detalle de las imágenes.

-¿Interrumpo algo, madre? ¿Quieres que vuelva más tarde?- pregunté sarcástica. Todos en la habitación voltearon a verme. Mi madre me dedicó una amable sonrisa, mientras que dos chicos me miraban atónitos y por último April se levantó de un salto y se abalanzó sobre mí, envolviéndome en un familiar abrazo que tanto había añorado.

- No quiero interrumpir, pero... ¿Mike? ¿Estoy viendo doble?-preguntó la chica luego de un rato. Creo que se dirigía al muchacho- Dime por favor que tú también las ves- dijo en plural.

El muchacho abría y cerraba la boca sin articular palabra.

-S... s...si...si- tartamudeó. Reí por lo bajo mientras que mi hermana empezó a mover los hombros de arriba hacia abajo y viceversa mientras reía.

-Chicos...- dijo un poco más calmada, pero luego volvió a estallar- ¡Oh, Dios! ¡Mamá! ¡Siempre tienes la maldita cámara a mano cuando no es necesaria pero ahora no puedo fotografiarles la cara!

- ¿Terminaste? ¿O vas a seguir?- le pregunté ya un poco exasperada

-Espera... Jajajaja- dijo seriamente- Ya está. Chicos, ella es Leila, mi hermana gemela- Ambos chicos me miraban atónitos.- Leila, estos son Mike- dijo señalándome al chico- y Talia- señalando a la hacia esta vez.

- Estoy encantada de conocerlos a ambos- dije educadamente.

-Claro, lo mismo, creo que tendré que ir a un oculista la próxima semana.- dijo Talia.

-¡Que te digo que no!- exclamó April.

- Ok, ya sabemos que es lenta, déjenla ser- dijo Mike mientras me miraba sonriendo. Le devolví la sonrisa al tiempo que Talia le pegaba un manotazo en la nuca - ¡Auch! Solo una cosa más con respecto al tema "gemelas"... ¿Cómo se supone que las vamos a diferenciar?

-Fácil- dijo mi madre. Ya casi había olvidado que seguía en la habitación- Son idénticas por fuera, puros polos opuestos. Acabas de presentarte a Leila, y ella te respondió educadamente, ¿No?- Mike asintió mirándome sonriente- ¿Cuánto quieres apostar que cuando conociste a April, ella fue grosera contigo?

-¡Ey!- protestó la aludida.

-No te ofendas, pero es cierto- le repliqué.

-No te ofendas, pero cuando una persona dice no te ofendas seguido a algo malo de ella, se ofende aún más- dijo imitándome. Talia río.- Irónico, ¿No?- añadió sarcásticamente.

Head vs. HeartWhere stories live. Discover now