No lo podía creer. No podía creer lo zorra que había sido. Salí corriendo de allí. No aguantaba, la realidad caía como un balde de agua fría justo encima de mi cabeza. Corrí alejándome de todos los estudiantes que me miraban hasta llegar a mi casillero. De allí saqué una camisa escocesa en tonos fucsia y rosa pastel y unos jeans claros que tenía guardados por las dudas.
-¿Me puedes explicar qué es lo que está pasando?- exclamó un muy alterado Mike- ¿Por qué todas las mujeres hoy actúan raro? ¿Están en sus días?
-¡Agh! ¿Por qué diablos todos los hombres creen que estamos indispuestas cuando estamos de mal humor?- pregunté harta. Soné como mi hermana.
- Primero, tú me coqueteas, luego Talia y April están enfadadas conmigo, luego vuelves a coquetearme, nos besamos.- hace una mini pausa ya que estaba hablando muy rápido- Las chicas nos ven, Talia sale llorando, April te tira el plato de pasta, parece que te vino, por cierto; también me llama ciego y luego sale tras Talia y tu lloras también.
-¿¡Qué!?- digo mirando mi ropa la cual tenía dos manchas enormes de salsa, una en el pecho y otra en la entrepierna.- Oh, diablos. Espera aquí, voy a cambiarme y vuelvo.
-¿Qué te parece si nos juntamos en el árbol detrás del edificio?- ofreció. Asentí y me despedí dirigiéndome al baño de damas para cambiarme.
***
En un manzano viejo, sentado bajo la sombra de este, estaba Mike. Tenía la mirada perdida y se recostaba en el grueso tronco. Parecía llevar mucho tiempo allí sentado, esperándome, aunque solo habían pasado diez minutos desde que me fui a cambiar.
-Ya llegaste- dijo cuando me senté junto a él, dejando un pequeño espacio entre nosotros para que no fuera incómodo para ninguno.- Sinceramente- continuó tranquilamente con la mirada perdida- ¡No sé qué mierda hago, solo yo rodeado de amigas, todas y cada una de ellas mujer! ¡Son tan complicadas! ¡No las entiendo!- estalló.
-Cálmate, deja de ser tan histérico, ¿quieres?- repliqué- ¿En serio preguntas eso? Tú nos escogiste a nosotras.
- ¿¡Me estás diciendo histérico!? ¿¿¡¡A MÍ!!?? Tengo derechos, mi madre es abogada, creo que ser histérico todavía es legal- comenzó a decir rápidamente- ¿O ya no? Eso quiere decir que ustedes se fugaron de prisión, ay, soy amigo de fugadas. ¿¡Qué diría mamá de esto!?
-¡MIKE, TE ESTÁS ALTERANDO, YA BASTA!- grité. Pasaron unos cuantos minutos hasta que por fin logró calmarse.
-Ok, ok, ya está- dijo.- Ahora, a lo importante, escupe.
-¿Escupe?
-Lo siento, a veces olvido que estoy hablando con la nieta de la reina de Inglaterra- dijo burlón. - ¿Podría, mi Lady, explicarme que es lo que está sucediendo con todas las damiselas por favor? Comenzó a hablar con un falso acento inglés malísimo, pero me hizo reír hasta que casi muero de la risa.
-Guau, es en serio- comenté seria una vez calmada- Por un momento creí que era todo una actuación para no quedar mal con nadie, aunque no te habría funcionado con mi hermana ni que fueras Brad Pitt. Los chicos son idiotas.
-¡Mujer, me desesperas! ¡Habla ya!
-Primero debes prometer que nada va a cambiar entre Talia y tú, de ninguna manera- dije seria. Él solo se limitó a asentir ansioso. No sabía si era de mi incumbencia este tema en el cual yo no era partícipe, eso era algo entre él y su mejor amiga, yo y April estábamos demás. Por otro lado... él merecía saberlo, y era importante para que luego tomara una decisión – Talia esta e...- no me dejó ni terminar la frase.
-¿¡EMBARAZADA!? ¡Dime quién fue el hijo de puta! ¡Voy a ser tío!- empezó a gritar enojado y emocionado a la vez. Se vía consternado, enojado, pero más que nada triste. Decepcionado. En ese momento me di cuenta que mi partida ya estaba perdida. Que hace rato alguien, habiéndolo deseado tanto, pero sin darse cuenta, había ganado el corazón de este ciego.
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Head vs. Heart
ParanormalTu destino puede cambiar todo. De las millones de personas el puto universo, ¿por qué tenía que ser yo a la que le tocara esto? Porque ÉL se encaprichó conmigo. Justo conmigo. Conmigo... Aunque si tuviera que volver atrás, si tuviera que volver...