Koko e Inui estaban delante del antiguo hogar del último. El rubio ya no se encontraba en la espalda del menor. Justo ahora estaba al lado del pelinegro intentando mantener los nervios en su cuerpo. El azabache lo notó.
-¿Seguro que vas a estar bien? -preguntó.
-Si. Tranquilo -lo tranquilizó.
-Pues hasta mañana -sonrió el menor.
-Koko -dijo Inui antes de que se fuera. Kokonoi lo observó- ...¿Si tuvieras que elegir entre mi hermana y yo a quien elegirías? -preguntó el de cicatriz algo nervioso y sin entender porque lo había preguntado.
El pelinegro se quedó desconcertado. ¿Por qué le hacía aquella pregunta ahora el de ojos verdosos?
-Inupi... -tragó saliva- No puedo elegir. Los dos sois muy importantes para mi -sonrió.
Inui solo sonrió forzado. Era idiota al pensar que lo escogería a él.
-Buenas noches, Koko -se despidió el rubio para entrar en la casa algo decaído.
-Buenas noches, Inupi... -dijo Kokonoi empezando a caminar, pero no dejando de ver a su amigo entrando a la casa.
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.El mayor ya se encontraba dentro de la su antigua casa, que le traían malos recuerdos y a la vez buenos.
-¡Hermano! Al final has venido -sonrió Akane a recibirlo.
Inui no dijo nada.
-Vamos al salón. Están mamá y papá esperando -sonrió para que no se sintiera incómodo su hermano. Este solo asintió con la cabeza sin ganas de ver a sus padres.
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.Koko se dirigía a su casa con la cabeza gacha. Estaba pensando por lo que había sucedido hoy. Hoy veía más atractivo a Inui. ¿O sería porque se me parecía a Akane? También recordó cuando el rubio ganó aquellas pulseras que él no pudo conseguir con tantos intentos.
-Inupi... Eres increíble -sonrió para él mismo.
-¿Qué es ese humo?
-¿Un incendio?
Al escuchar eso Koko giró su cabeza hacia las personas que estaban hablando y luego miró al cielo.
-Hay humo... -susurró- Ese lugar... -susurró más alto el pelinegro algo preocupado.
De ahí salió corriendo hacia el lugar.
Al llegar se paró delante de un edificio pequeño llenó de llamas, ardiendo ferozmente por la ventanas del lugar.
-¡INUPI! ¡AKANE! -gritó Kokonoi desesperadamente.
-¡Llamar a los bomberos!
-¡Traigan agua!
Gritaban las personas que observaban el espectáculo sin saber lo que hacer.
Koko no podía esperar. La vida de su mejor amigo y de Akane estaban en peligro. Y por inercia propia y sin pensarlo entró rápidamente en el edificio.
-¡Chico, no entres ahí! -le gritaba la gente pero este no le importaba.
Ya se encontraba en la entrada de la casa ardiendo, pero no sabía por donde empezar. Las llamas eran cada vez más grandes y amenazantes.
-¡Inupi! ¡Akane! ¿¡Dónde estáis?!
No hubo respuesta.
Kokonoi se adentró más al interior de la vivienda hasta llegar al salón.
-¡AKANE! -dijo al ver el rostro de la muchacha tapada con una sábana- Tranquila, te sacaré de aquí -la cogió en sus brazos e intentó salir de aquel laberinto de llamas- Perdóname, Inupi. No pude protegerte a ti también -dijo susurrando casi llorando y salió de aquel horno que cada vez se hacía más grande.
Al salir se encontró con los bomberos que sa echaban agua a la vivienda en llamas.
El pelinegro se apartó de la gente y llevó a Akane a una esquina.
-Akane-san. Estas a salvo -dijo entre sollozos Koko- La ambulancia casi está aquí- al oír el sonido lejano de la ambulancia.
-Koko... -dijo una voz débil- Te equivocaste -tose.
Al oír aquella voz, el menor se giró. No podía creerlo.
-I-inupi-pi...
-No soy Akane -dijo abriendo los ojos lentamente- Soy Seishu.
El azabache cayó rendido en el suelo delante del mayor. Mostraba una sonrisa algo psicópata.
-En-entonces... Akane-san está dentro... -no podía mediar palabra. Solamente levantó su mano hacia la cara de Inui. Tocó su cicatriz que a causa del incendio ahora estaba más marcada.
El rubio bajó su cabeza para que sus labios tocaran la cabeza del menor.
-Siento no ser Akane... Koko -terminó con alguna que otra lágrima.
El pelinegro solo podía tener la cabeza agachada. No podía creer lo que estaba sucediendo.
-¡Por aquí! ¡Hay un herido! -gritó uno encargado de la ambulancia corriendo hacia Inui- ¡Traed la camilla, rápido!
Levantaron al de cicatriz para ponerlo en la camilla. Este solo tenía fuerza para ver a su amigo roto.
-Koko... -dijo sin fuerzas- No me dejes solo.
El azabache sólo negaba con su cabeza lo que estaba sucediendo.
-Akane-san... No está muerta -sonreía sin control el menor.
El mayor solo pudo cerrar sus ojos sin fuerzas, dejando caer lágrimas por sus mejillas maldiciendo en su mente de porque no pudo Koko salvar a su hermana y no a él. O aún mejor. ¿Por qué no pudo Koko enamorarse de él? ¿Por qué?
Lo último que escuchó fue decir a uno de los bomberos "¡Hay tres personas ardiendo en el interior!" y los grandes gritos de Kokonoi al escuchar eso. Sólo pudo caer inconsciente en la camilla cuando estaban por ponerlo en la ambulancia.
Gracias por seguir leyendo la historia. Ha sido algo corto pero lo emociónate vendrá algo más adelante. ¡Hasta la próxima actualización!
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Un Amor Inevitable [Koko×Inui]
FanfictionKokonoi Hajime e Inui Seishu son amigos desde su infancia. Han compartido casi toda su vida con el otro, pero hubo algo que marcaron a los dos niños... A partir de ahí la relación de los dos jóvenes sería más lejana y dudosa. Uno entraría a una band...