𝐀𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥𝐬 𝐈𝐈「ʙɴʜᴀ」

𝚆𝙴𝚁𝙴𝚆𝙾𝙻𝙵 𝙱𝙰𝙺𝚄𝙶𝙾

Créditos a: katsukikiten.

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Nunca fuiste la mejor corriendo, especialmente no por el bosque. Por lo tanto, no es de extrañar que tu talón se salga y te tropieces con un pequeño tronco. Tu hueso de la pelvis se conecta con el tronco grueso, rozando tu cadera mientras tu vestido amenaza con exponer su ropa interior.

Se escucha un aullido en la distancia emparejado con algo que se mueve a través de la maleza a una velocidad impía, alcanzándote mucho más rápido de lo que pensabas.

—Mierda —siseas a tí misma, jadeando cuando las ramas parecen extenderse. Sus garras afiladas y astilladas te agarran y solo atrapan tu cuerpo con el vestido. Al rasgarlo pieza por pieza, no estas segura de si tus orejas de conejo falsas todavía están encima de tu cabeza. Era horrible lo mal que había ido esta noche y lo rápido que había sido.

Pero, de nuevo, era Halloween y había luna llena. Dicen que la luna llena tiene el poder de hacer que la gente actúe como loca y especialmente en una luna azul. Lo que hizo que tu mente en pánico divagara sobre los rumores sobre esta ciudad y lo que sucede con cada luna azul. Se rumoreaba que las familias mayores tenían secretos oscuros. Cuentos de hadas de bestias y apareamiento, pero una segunda luna llena en un mes era tan rara que se suponía que los murmullos y las burlas eran solo eso, rumores, historias.

No hombres lobo reales que no pudieron controlar sus impulsos durante este evento mágico. La luna azul llenándolos de rabia desenfrenada o lujuria innegable si no toman las precauciones necesarias; aunque nadie diría cuáles son exactamente esas precauciones.

Tu primer indicio de que los rumores son ciertos debería haber sido la estación de noticias local. Pensaste que era una broma de Halloween cuando aconsejaron a las mujeres de 20 a 30 años que permanecieran en el interior esta noche, que cerraran sus ventanas y puertas; adornando sus gargantas con plata para protegerlas de lazos no deseados. Habías puesto los ojos en blanco mientras te preparabas para tus clases universitarias diarias, poniéndote tus jeans ajustados negros y tu suéter rojo sangre.

Tu segundo indicio debería haber sido la ausencia de tu buen amigo Kirishima. Siempre te acompañaba a tu clase de inglés ya que su curso de historia era en el mismo edificio, pero esta mañana no se presentó. Ni siquiera respondió a tus mensajes de texto de noche preguntándole si quería ir contigo a una fiesta de Halloween.

Tu última pista debería haber sido cuando el normalmente distante, irritable e "intocable de los tres grandes compañeros de laboratorio que tenías para biología gruñó en tu dirección. Esto sería lo primero que dijo en todo el semestre".

—No salgas esta noche, ¿lo tienes extra? —su voz está cortada y está actuando de manera extraña, su mano izquierda agarrándose a su antebrazo derecho con tanta fuerza que un moretón estaba comenzando a florecer. Se lo atribuyes a los nervios por los próximos exámenes.

—Oh, ¿alguien me va a morder como dijo el presentador de noticias? —ríes y vuelves a concentrarte en tu trabajo solo para que el profesor cancele la clase antes de tiempo. Empacas tus cosas mientras Bakugou se sienta rígido, quieto.

Él te mira con dureza antes de ponerse de pie, tirando de la correa de tu bolso haciendo que pierdas el equilibrio. Sus ojos bailan sobre tu cuerpo, sobre tu cuello expuesto pero tú no te das cuenta, apenas ves que sus caninos se alargan mientras gruñe.

—Desearás que eso sea todo lo que hagan.

Mirando hacia atrás, desearía haberlo notado antes, entonces tal vez no estarías en la situación en la que te encontrabas ahora.